Los colonos desaf¨ªan a Sharon en Gaza
M¨¢s de 400 jud¨ªos radicales se atrincheran en un hotel para intentar frenar el plan de retirada del territorio palestino, que el Gobierno israel¨ª quiere iniciar en agosto
Un cartel que dice "Bienvenidos a Palm Beach", una bonita playa con un mar imponente y ni?os haciendo castillos de arena. No se trata de una id¨ªlica isla tur¨ªstica, sino del ¨²ltimo reducto de casi 400 colonos extremistas en la franja de Gaza. ?stos no escatiman amenazas y profec¨ªas para impedir el plan de evacuaci¨®n que el Gobierno israel¨ª pretende llevar a cabo en agosto. Ayer, los inquilinos del hotel Maoz Yam (Fuerte del Mar, en hebreo), vivieron la jornada sab¨¢tica de rezo y descanso con la mente puesta en un posible enfrentamiento con los mejores agentes de la unidad de lucha antiterrorista israel¨ª.
A la entrada del hotel, el Ej¨¦rcito ha colocado un puesto de control. "Lo hacen para demostrar que nos vigilan. Si nos echan de este lugar por la fuerza, lo consideraremos una declaraci¨®n de guerra. La guerra por la supervivencia de nuestro pueblo en nuestra tierra. Y en esta guerra usaremos todos los medios", avisa Baruj Marzel, uno de los referentes de la ultraderecha israel¨ª, que tiene su suite en el hotel. Marzel y sus compa?eros se mezclan en la recepci¨®n con familias enteras que llevan semanas en ese lugar.
Curioso y pol¨¦mico hotel. Hace unos meses, era simplemente un edificio abandonado, con agujeros de bala en las paredes, totalmente olvidado en el bloque de colonias de Gush Katif, al sur de Gaza. Pero a medida que el plan de desconexi¨®n del primer ministro, Ariel Sharon, superaba los obst¨¢culos pol¨ªticos y legales, aumentaba la militancia de los opositores. Entre ellos, el matrimonio Arieh y Datia Itzjaki, que alquilaron el establecimiento para convertirlo en el basti¨®n de la lucha m¨¢s encarnizada contra la evacuaci¨®n. "No pod¨ªamos quedarnos con los brazos cruzados mientras mi Gobierno y mi Ej¨¦rcito me quieren echar de mi casa y rendirse al terrorismo palestino. El hotel es nuestra respuesta", dice Itzjaki. A un ritmo vertiginoso, empezaron las obras de restauraci¨®n de un inmueble que en pocas semanas ser¨¢ destruido durante la retirada. Decenas de radicales, sedientos de un s¨ªmbolo, no dudaron en dirigirse al hotel, ante la preocupada mirada de la polic¨ªa y del resto de colonos.
Muchos colonos de Gush Katif, incluso los que a¨²n no han aceptado la evacuaci¨®n y la indemnizaci¨®n gubernamental, explican que no desean la presencia de estos radicales. "Vienen para provocar. Buscan encender una situaci¨®n que, ya de por s¨ª, es explosiva. Nosotros estamos en contra de que nos expulsen de nuestros hogares, pero lucharemos de forma legal y pac¨ªfica", afirma un habitante del asentamiento de Rafiaj Yam.
Los servicios secretos internos (Shin Beit) fueron testigos de la llegada de los extremistas al hotel, pero no lo evitaron. Un responsable de seguridad dijo que "la idea era atraer a ese lugar a todos los m¨¢s fan¨¢ticos y peligrosos para tenerlos bien controlados antes y durante la evacuaci¨®n". Pero reconoce: "Quiz¨¢ nos hayamos equivocado al permitir que se unieran en un mismo lugar, provocando un volc¨¢n que nos puede estallar en la cara". Seg¨²n la misma fuente, hay esp¨ªas que informan al instante a los atrincherados. Itzjaki lanza una carcajada confirmando estos temores: "Os puedo mostrar copias de los planes operativos de las fuerzas de seguridad durante el pr¨®ximo mes y medio".
Hace una semana, algunos de esos colonos extremistas dispararon contra cuatro ba?istas palestinos, lo que caus¨® heridas a uno de ellos. Las autoridades decidieron entrar por la fuerza en el hotel y detener a los sospechosos. El incidente ha puesto m¨¢s presi¨®n sobre Sharon.Si ordena el desalojo policial del hotel, "demostrando que la ley y la democracia est¨¢n por encima de todo", tal y como afirman los juristas, puede provocar un derramamiento de sangre que haga peligrar la retirada de la franja de Gaza. Si no lo hace, enviar¨¢ un mensaje de debilidad ante los colonos m¨¢s extremistas.
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