Palabra sobre palabra
Dicen que su mejor poema no est¨¢ en libros como ?spero mundo o Tratado de urbanismo (libros llenos de poemas memorables, de una rara y brillante lucidez), sino en su propia vida y en su propia persona. Lo dice Javier Rioyo en el n¨²mero que la revista Zurgai dedica a ?ngel Gonz¨¢lez y que esta tarde se presenta en Bilbao. Ser¨¢ en la Biblioteca de Bidebarrieta y all¨ª estar¨¢ el autor de Palabra sobre palabra recitando sus versos. All¨ª estar¨¢n tambi¨¦n muchos lectores de este poeta afiliado a una generaci¨®n, la del 50, tan "partidaria de la felicidad" que termin¨® pidi¨¦ndole a la vida, como escribi¨® en un c¨¦lebre poema Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo, "m¨¢s de lo que ¨¦sta ofrece".
Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, Juan Cruz, Carlos Marzal, Juan Van-Halen, Manuel Rivas, Isla Correyero, Leopoldo S¨¢nchez Torre, Paco D¨ªaz de Castro, Juanjo Lanz o Claude Le Bigot, entre otros varios poetas y estudiosos, han querido sumarse al homenaje orquestado por Pablo Gonz¨¢lez de Langarika y aceptado, supongo que con una sonrisa beat¨ªficamente ir¨®nica, por el poeta asturiano convertido en poema (como quer¨ªa Jaime Gil de Biedma), seg¨²n Javier Rioyo. Yo imagino que esta clase de cosas (los homenajes y los paneg¨ªricos y los monogr¨¢ficos) se las toma con humor el poeta, porque si hay un autor realmente vacunado contra la vanidad, ¨¦se es ?ngel Gonz¨¢lez. No hay m¨¢s que leer sus versos o tirar de la lengua a sus colegas.
La vanidad, que es el s¨ªndrome de inmunodeficiencia del artista, no parece afectar a este lector de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez que pronto se dio cuenta de que el inmenso "yo" del autor de Moguer dejaba muy poco espacio "para lo otro y los otros". Y los otros le importan tanto a AG como a Gabriel Celaya o Blas de Otero, los dos poetas vascos que tanto le influyeron y a los que ha dedicado inteligentes reflexiones cr¨ªticas. "Porque yo soy de los que creen que la poes¨ªa, la gran poes¨ªa, est¨¢ inseparablemente unida a la vida (...) No las confundo, pero s¨ª las fundo", ha escrito ?ngel Gonz¨¢lez. El solipsismo l¨ªrico no roza a este poeta que lleva a?os habl¨¢ndonos con meridiana claridad y profunda iron¨ªa del mundo y sus asuntos.
La iron¨ªa, ¨¦sa es otra. No cabe imaginar a ?ngel Gonz¨¢lez sin una buena dosis de iron¨ªa inyectada en su vena po¨¦tica. Su propensi¨®n al escepticismo seguramente es constitucional, se nace esc¨¦ptico como se nace optimista antropol¨®gico, que dir¨ªa el se?or Zapatero, pero hay al mismo tiempo en el poeta una necesidad de creer en algo que le aleja del sarcasmo barroco y le conduce, inevitablemente, sin esperanza y con convencimiento, a la iron¨ªa. Uno imagina lo que deb¨ªa de ser el Ministerio de Obras P¨²blicas cuando dos funcionarios llamados Juan Garc¨ªa Hortelano y ?ngel Gonz¨¢lez prestaban sus servicios en ¨¦l, escribiendo poemas en horas de oficina.
Y luego y sobre todo la palabra. Porque, como suele advertir el escritor, se olvida en demasiadas ocasiones que la poes¨ªa se hace con palabras. En su discurso de ingreso en la Academia ha dicho: "Ya s¨¦ que la poes¨ªa no se hace a partir de los diccionarios, pero, as¨ª como Miguel ?ngel pensaba que un bloque de m¨¢rmol contiene todas las formas que el artista puede concebir, yo tambi¨¦n creo que todos los textos que un poeta puede imaginar est¨¢n impl¨ªcitos en esos gruesos y sustanciosos vol¨²menes". Echar una ojeada al diccionario de vez en cuando no le hace mal a nadie, ni siquiera a los poetas, parece que nos dice el esc¨¦ptico y l¨²cido autor que esta tarde tendremos la fortuna de escuchar en Bilbao. Pasar¨¢ por la Villa m¨¢s despacio y con mucho menos ruido que los absurdos b¨®lidos (m¨¢s absurdos a medida que aumenta la cotizaci¨®n del barril de petr¨®leo) que llevar¨¢n el circo de las World Series a nuestras calles el mes que viene.
Aprovechemos que a¨²n no estamos sordos y vayamos a o¨ªr a ese se?or que viaja acompa?ado siempre por su otro yo, el poeta ?ngel Gonz¨¢lez, el caballero de la barba blanca dispuesto a que ma?ana no sea lo que Dios quiera.
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