?Olvidar Srebrenica?
?Est¨¢ Europa ante su mayor crisis desde la II Guerra Mundial? Hay razones para pensar que alguna confusi¨®n de los sentidos nos ha llevado a una inmensa tergiversaci¨®n. Que es una crisis, no hay duda alguna, a tenor de la palabrer¨ªa que vienen suscitando tanto el rechazo por los ciudadanos franceses y holandeses de la Constituci¨®n europea como el fracaso estrepitoso de una cumbre de 25 jefes de Estado y primeros ministros que no fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre nada, ni sobre qu¨¦ hacer con la Constituci¨®n ni sobre los presupuestos de la Uni¨®n hasta 2013.
Europa sufri¨® una aut¨¦ntica crisis, hace una d¨¦cada, que da sopas con honda a esta enorme crisis actual. Y que no debiera olvidarse, por un deber moral de memoria y por el deber pol¨ªtico de evitar que vuelva a producirse. ?O no fue una soberbia y desgraciada crisis que en el coraz¨®n de Europa se produjeran de nuevo matanzas como las que ensangrentaron el entero continente en la II Guerra Mundial?
El 11 de julio se cumplir¨¢n diez a?os de lo que ocurri¨® en Srebrenica. Entre siete y diez mil j¨®venes y ni?os musulmanes bosnios fueron asesinados en pocas horas por las tropas serbias del general Mladic, tras ocupar una ciudad declarada zona protegida por Naciones Unidas y custodiada sin eficacia alguna por una fuerza de cascos azules holandeses. Primero separaron a mujeres y viejos de hombres y j¨®venes. Luego los transportaron a cercados y edificios donde los recluyeron, antes de ejecutarlos a las pocas horas. Los sat¨¦lites de espionaje occidentales fotografiaron los campos repletos, y a las pocas horas pudieron captar im¨¢genes de los mismos campos vac¨ªos y de las tierras removidas de los alrededores.
Aquello s¨ª fue una aut¨¦ntica cat¨¢strofe para Europa, y un naufragio de las instituciones internacionales, empezando por Naciones Unidas y su impotente Consejo de Seguridad. Pero lo fue tambi¨¦n para la OTAN, que vio c¨®mo en sus narices se fraguaba una guerra de exterminio y se ejecutaba. Y tambi¨¦n, en grado m¨¢ximo, para la Uni¨®n Europea, surgida contra la guerra e impotente cuando la guerra volv¨ªa a crecer nuevamente en el coraz¨®n del continente.
La tempestad pol¨ªtica que levant¨® el genocidio de Srebrenica ya se ha calmado con el final de las guerras balc¨¢nicas. Pero no sus responsabilidades. Hubo dos importantes investigaciones sobre el porqu¨¦ de aquellos hechos. El Gobierno holand¨¦s, que hab¨ªa aportado los cascos azules, se sinti¨® abrumado por la verg¨¹enza y encarg¨® a un instituto de historia un estudio exhaustivo, que puede consultarse en su integridad en Internet (www.srebrenica.nl). El Consejo de Seguridad hizo lo propio y Kofi Annan dijo palabras graves que debieran resonar ahora en los o¨ªdos de los mandatarios europeos, de Sarkozy y de Merkel sobre todo: "La matanza de Srebrenica atormentar¨¢ para siempre a la ONU".
Europa no existi¨® en un momento decisivo, cuando hac¨ªa m¨¢s falta que nunca. Dos responsables del genocidio, el pol¨ªtico Radovan Karadzic y el militar Ratko Mladic, no est¨¢n todav¨ªa a disposici¨®n del Tribunal de La Haya. Serbia ni siquiera ha iniciado el proceso de purga moral que debe conducir a asumir la culpa, y luego al perd¨®n y a la reconciliaci¨®n, cosas muy dif¨ªciles, pero estrictamente imprescindibles para la normalizaci¨®n de su sociedad y para su integraci¨®n en la UE. Y hay todav¨ªa rescoldos que el viento de los odios ¨¦tnicos y religiosos puede avivar en cualquier momento, como ha sucedido en Kosovo hace apenas unos meses.
Si hay algo que no ofrece dudas en la vida con frecuencia mediocre de la UE es que su propia existencia constituye el mayor polo magn¨¦tico de paz y de estabilidad que hay hoy en el mundo. Su ampliaci¨®n, realizada con el m¨¦todo discutible de la entrada en tropel, ha sido un ¨¦xito en cuanto a extensi¨®n de la zona de paz, estabilidad y prosperidad que es Europa. ?Qu¨¦ suceder¨ªa si ahora se diera un par¨®n a la ampliaci¨®n? ?Podemos dejar a rumanos y b¨²lgaros en la intemperie? ?Podemos mandar a los musulmanes bosnios y a los kosovares, a los dem¨®cratas serbios y croatas, el mensaje de que se quedar¨¢n fuera? Si la UE tomara este camino estar¨ªa renunciando a clausurar debidamente la herida imperdonable de Srebrenica. Estar¨ªa tambi¨¦n neg¨¢ndose a s¨ª misma. Ser¨ªa un suicidio moral, pero tambi¨¦n pol¨ªtico.
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