Estimulante arqueolog¨ªa
?Qui¨¦n se acuerda hoy de aquellos nombres del Nuevo Cine Sueco, los Bo Widerberg, los J?rn D?nner, o este Vilgot Sj?man a quien un distribuidor con inquietudes rescata ahora del m¨¢s pertinaz olvido? Nacidos de la ¨®rbita de Ingmar Bergman, esos j¨®venes hicieron un cine a menudo de espaldas, o contra, el de su maestro, de ah¨ª que esta pel¨ªcula que en realidad son dos se sit¨²a mucho m¨¢s que tras las huellas del gran Bergman, en la estela de un g¨¦nero tan poco sueco como el cin¨¦ma-verit¨¦, un a medio camino entre el trabajo de puesta en escena y el m¨¢s puro documental de tesis, en el que la presencia del director, la c¨¢mara y el equipo t¨¦cnico es una constante, y en el que los actores pueden incluso llegar a increpar al autor, a disentir de ¨¦l, a llevarle la contraria... o a meterse en su cama.
SOY CURIOSA - AZUL
Direcci¨®n: Vilgot Sj?man. Int¨¦rpretes: Lena Nyman, B?rje Ahlstedt, Peter Lindgren, Gudrun Ostbye, Gunnel Br?mston. G¨¦nero: cinema-verit¨¦, Suecia, 1968. Duraci¨®n: 107 minutos.
SOY CURIOSA - AMARILLO
Direcci¨®n: Vilgot Sj?man. Int¨¦rpretes: Lena Nyman, B?rje Ahlstedt, Peter Lindgren, Marie G?ranzon, Olof Palme. G¨¦nero: cinema-verit¨¦, Suecia, 1966-67. Duraci¨®n: 117 minutos.
Brutal, tierna aunque muy ir¨®nica disecci¨®n de la sociedad sueca de los a?os 60, Soy curiosa, que se beneficia de la luminosa mirada de una joven, Lina Nyman, eje sobre el que bascula todo el filme, luce hoy los mismos aires desenfadados que los que aqu¨ª no se vieron en la fecha de estreno de la pel¨ªcula (lleg¨® a Espa?a s¨®lo la primera parte, y muy cortada por sus constantes e hirientes referencias a Franco y su dictadura). Es decir, que adem¨¢s de los datos con que la Historia ha cargado insospechadamente al filme (como las presencias de Mart¨ªn Luther King y Olof Palme, ambos asesinados con posterioridad), sigue ah¨ª su sana provocaci¨®n sexual, que fue uno de los motivos de que el filme fuera censurado en medio mundo; su sorprendente tono cr¨ªtico con la izquierda y, dem¨¢s est¨¢ decirlo, tambi¨¦n con la derecha y los EE UU (pruebe el espectador a cambiar Vietnam por Iraq y ver¨¢ c¨®mo las pancartas del filme tienen la mayor actualidad); su disecci¨®n sin matices del supuesto milagro econ¨®mico n¨®rdico.
Y por encima de todo, y eso es lo que lo hace un producto tan estimulante hoy como entonces, la absoluta libertad con que est¨¢ construido, el desaf¨ªo feroz que lanza contra cualquier espectador acomodaticio o meramente amante del cine comercial. Todo puede ocurrir en estos dos filmes que son uno, y por encima de todo, la desafiante interrogaci¨®n hacia el papel del propio espectador como constructor de certezas... m¨¢s de veinte a?os antes de que Michael Haneke nos obligara a ponernos frente a nosotros mismos y reconocer cu¨¢nto contribuimos a nuestra propia alineaci¨®n cinematogr¨¢fica.
Babelia
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