El Prado recrea el Buen Retiro para recordar la pasi¨®n de Felipe IV por el arte

Am¨® la pintura y con su pasi¨®n contribuy¨® a crear una importante colecci¨®n de obras de los grandes genios con los que le toc¨® vivir, una ¨¦poca de gran brillantez en el arte y la literatura. El Museo del Prado celebra el cuarto centenario del nacimiento de Felipe IV (1605-1665) con una exposici¨®n en la que se recrea por primera vez la disposici¨®n original de las pinturas del c¨¦lebre Sal¨®n de Reinos del Palacio del Buen Retiro, con La rendici¨®n de Breda, de Vel¨¢zquez, como protagonista y en la que se exhiben pinturas que han permanecido en los dep¨®sitos del museo.

El palacio del rey Planeta. Felipe IV y el Buen Retiro muestra 62 obras, que se podr¨¢n contemplar en el Prado (www.museoprado.es) del 6 de julio al 27 de noviembre, procedentes de las colecciones de la pinacoteca y de pr¨¦stamos de colecciones particulares y de otros museos. El director del Prado, Miguel Zugaza, asegur¨® ayer que "es imposible entender el Museo del Prado sin Felipe IV. Lo que promovi¨® ese monarca con su pasi¨®n por las artes fue la gesti¨®n de lo que ser¨ªa un museo" y por ello se decidi¨® "mostrar lo que hab¨ªa permanecido oculto durante mucho tiempo". En menos de 10 a?os, entre 1634 y 1643, Felipe IV, a trav¨¦s de encargos realizados por los representantes de la monarqu¨ªa en Roma, N¨¢poles, Amberes y Madrid, form¨® una importante colecci¨®n de pintura moderna con obras de artistas como Vel¨¢zquez, Zurbar¨¢n, Ribera, Poussin, Lanfranco o Domenichino, entre otros. Las obras estaban expuestas en el palacio del Buen Retiro, del que debido a los da?os sufridos durante la Guerra de la Independencia s¨®lo se conservan los edificios del Cas¨®n del Buen Retiro y el ala norte de la Plaza Principal, que alberg¨® el Sal¨®n de Reinos y que todav¨ªa sirve de sede al Museo del Ej¨¦rcito, pero que pasar¨¢ a formar parte del conjunto arquitect¨®nico del Museo del Prado. "No hay fecha porque es algo que depende del Ministerio de Cultura, pero nos gustar¨ªa que fuese lo antes posible"

La principal secci¨®n de la exposici¨®n recrea, precisamente, el Sal¨®n de Reinos y en ¨¦l se exhiben 11 cuadros que conmemoran los ¨¦xitos militares del reinado, entre los que se incluyen La rendici¨®n de Breda, de Vel¨¢zquez, y La recuperaci¨®n de Bah¨ªa, de Juan Bautista Ma¨ªno; los cinco retratos ecuestres de la familia real, de Vel¨¢zquez; y los 10 de H¨¦rcules, de Zurbar¨¢n. Las obras est¨¢n dispuestas tal y como las contemplaba Felipe IV desde su trono. "Es una manera de que el museo rinda tributo a un monarca a cuyo intenso af¨¢n de mecenazgo y coleccionismo debe muchos de los tesoros m¨¢s preciados de su colecci¨®n", indic¨® Zugaza.

La muestra est¨¢ organizada en cinco secciones y comienza con las panor¨¢micas exteriores del Palacio del Buen Retiro, presidida por un retrato de Felipe IV. Avanzando por la sala, el espectador se encuentra con una serie de obras que nunca hasta ahora hab¨ªan sido expuestas en conjunto y que representan las costumbres y tradiciones de la Roma cl¨¢sica: funerales de emperadores, luchas de gladiadores, circos y anfiteatros. En la creaci¨®n de estas obras, seg¨²n el comisario de la muestra, Andr¨¦s ?beda de los Cobos, "intervinieron los artistas activos m¨¢s importantes de Roma y N¨¢poles de los a?os treinta, entre los que destaca Giovanni Lanfranco, Nicol¨¢s Poussin y Jos¨¦ Ribera". Las obras expuestas son en su mayor parte desconocidas por haber permanecido en dep¨®sitos de dif¨ªcil acceso o en los almacenes del Museo del Prado. El retrato del conde duque de Olivares jalona otra de las secciones junto a cuatro bufones de Vel¨¢zquez y un par de lienzos de Ribera.

En la galer¨ªa central del museo se evoca la decoraci¨®n del Sal¨®n de Reinos del Palacio, concebido como lugar de recepci¨®n de embajadores extranjeros, y est¨¢ ornamentado con tres grandes conjuntos pict¨®ricos destinados a glorificar al rey. Entre las ventanas colgaban 12 grandes escenas de batalla pintadas por artistas de la corte como Vel¨¢zquez; otras 10 escenas mitol¨®gicas de Zurbar¨¢n se intercalan con las otras obras, y a ambos lados de las puertas se exhiben cinco retratos ecuestres de la familia real. Es la primera vez que se muestran reunidos desde que fuera desmontando en el siglo XVIII.

El palacio del rey planeta se cierra con una galer¨ªa de paisajes de una belleza exquisita, con obras de Claudio Lorena, Poussin, Jan Both y Jean Lemaire.

Andr¨¦s Ubeda, comisario de la muestra y jefe de conservaci¨®n de Pintura Italiana y Francesa del Museo del Prado, coment¨® que el Palacio del Buen Retiro ejemplifica el car¨¢cter coleccionista casi enfermizo del monarca, y su construcci¨®n, con materiales perecederos, "puede compararse con el propio reinado construido con pies de barro y que se fue desmoronando".