El 'Kingfisher' profundiza en el Estrecho
El proyecto emerge de cuando en cuando: un t¨²nel submarino para unir Europa y ?frica a trav¨¦s del estrecho de Gibraltar, donde m¨¢s se acercan las costas de ambos continentes. Una infraestructura que ya se imaginaba a principios del siglo XX, pero que en los ¨²ltimos 30 a?os ha dado peque?os pasos que la aproximan a su construcci¨®n. El pasado 13 de junio, la ministra espa?ola de Fomento, Magdalena ?lvarez, y el ministro de Transportes marroqu¨ª, Karim Ghellab, fortalecieron el compromiso pol¨ªtico de ambos pa¨ªses para impulsar la obra. Y, sobre todo, constataron un avance significativo en los trabajos del comit¨¦ t¨¦cnico hispano-marroqu¨ª, al haber completado los sondeos geol¨®gicos que determinar¨¢n el dise?o definitivo del t¨²nel.
"De este tipo de obras, siempre se habla durante a?os, del t¨²nel bajo el canal de la Mancha, ya hubo proyectos en tiempos de Napole¨®n, hace dos siglos", aclara Manuel Esteras, supervisor de la campa?a de sondeos, que tambi¨¦n puede dar fe de que son proyectos de largo recorrido: "La primera vez que estudie el tema fue en 1972, cuando el Gobierno de entonces me encarg¨® un informe confidencial sobre la posibilidad de construir un t¨²nel as¨ª en el estrecho de Gibraltar". En los a?os ochenta, los gobiernos espa?ol y marroqu¨ª iniciaron los contactos para abordar el proyecto y comenzaron a recopilar toda la informaci¨®n disponible sobre el fondo marino del Estrecho. En 1991, tras un encuentro del rey Juan Carlos I y el monarca Hassan II, se cre¨® un comit¨¦ t¨¦cnico formado por las sociedades estatales espa?ola (Secegsa) y marroqu¨ª (Sned), encargadas de desarrollar el proyecto.
La finalizaci¨®n de una de las galer¨ªas del Eurot¨²nel unos pocos meses antes (diciembre de 1990), sirvi¨® de acicate a ambos pa¨ªses. El enlace de 50 kil¨®metros (37 bajo el canal de la Mancha) entre Gran Breta?a y Francia, tard¨® a¨²n otros cuatro a?os m¨¢s en completarse.
En 1996, el comit¨¦ mixto hispano-marroqu¨ª descart¨® de forma definitiva la alternativa de acometer la construcci¨®n de un puente sobre el Estrecho de Gibraltar y se decant¨® por un proyecto similar al Eurot¨²nel: construir primero una galer¨ªa, que servir¨¢ de v¨ªa de servicio o evacuaci¨®n y para alinear los dos t¨²neles de tr¨¢fico, por los que discurrir¨¢n los trenes de mercanc¨ªas o de pasajeros (con vagones para los coches particulares).
Tambi¨¦n se decidi¨® la traza del t¨²nel, que tendr¨¢ casi 43 kil¨®metros de longitud, 38 bajo el mar: en Marruecos arrancar¨ªa un par de kil¨®metros antes de Punta Malabata, al este de T¨¢nger, y en Espa?a aflorar¨ªa m¨¢s all¨¢ de Punta Paloma, al oeste de la localidad de Tarifa. El siguiente paso era analizar las condiciones del subsuelo marino del Estrecho, que es el trabajo que se acaba de realizar ocho a?os despu¨¦s.
A pesar de las semejanzas entre las dos obras de ingenier¨ªa, la construcci¨®n de un t¨²nel bajo el estrecho de Gibraltar "es m¨¢s compleja", a juicio de Manuel Esteras que la realizada en el Canal de la Mancha. Primero, porque discurrir¨¢ a una profundidad mucho mayor que el Eurot¨²nel, que descendi¨® a los 150 metros bajo el nivel del mar. Y, sobre todo, porque el subsuelo del estrecho de Gibraltar "es muy heterog¨¦neo, mientras que el trayecto m¨¢s corto entre la costa francesa y la costa inglesa ten¨ªa una geolog¨ªa de libro", explica el director del ¨¢rea de medio f¨ªsico de Secegsa.
A todo eso hay que a?adir "el enorme desconocimiento" que hab¨ªa sobre el estrecho de Gibraltar. Esteras destaca que las necesidades del proyecto han generado varias l¨ªneas de investigaci¨®n. Los encargos del comit¨¦ mixto han permitido completar estudios sobre las corrientes o una carta batim¨¦trica (un mapa de las profundidades marinas) mucho m¨¢s detallada que la que exist¨ªa.
Los t¨¦cnicos tambi¨¦n han tenido que desarrollar su propia l¨ªnea de investigaci¨®n para acometer los sondeos geol¨®gicos. "La primera campa?a fue un desastre", explica Esteras. La fuerza de las corrientes marinas y las mareas dificultaron la recogida de datos: el barco desde el que se hac¨ªan los sondeos no lograba mantener la posici¨®n en el mar el tiempo suficiente y, muchas veces, la tuber¨ªa que se bajaba hasta el fondo (en algunos puntos a una profundidad de m¨¢s de 300 metros bajo el nivel del mar) para perforar el suelo, no resist¨ªa la presi¨®n y se romp¨ªa. Los resultados de las dos campa?as siguientes (duraron unos seis meses) no fueron mucho mejores.
Las dif¨ªciles relaciones diplom¨¢ticas entre ambos pa¨ªses en la pasada legislatura congelaron tambi¨¦n la realizaci¨®n de m¨¢s sondeos. Un par¨¦ntesis que termin¨® con el cambio de Gobierno en Espa?a y la llegada a la Moncloa del presidente Rodr¨ªguez Zapatero.
La campa?a Kingfisher (el nombre del barco perforador usado para realizad los sondeos del fondo marino) se puso en marcha. Y las diferencias con las otras tres son abismales. "Hemos resuelto todos los problemas, logramos el 95% de los objetivos y tenemos la informaci¨®n que necesit¨¢bamos, la quinta campa?a servir¨¢ para solucionar algunos flecos", afirma Esteras.
Los t¨¦cnicos han desarrollado finalmente una tecnolog¨ªa propia para mejorar la resistencia de la tuber¨ªa, a la que han recubierto de un aler¨®n en forma de espiral, que gira y alivia la presi¨®n. Adem¨¢s, tambi¨¦n han ideado otro mecanismo, "una especie de embudo", que se queda en el agujero perforado. As¨ª, cuando las mareas vivas imped¨ªan a los motores laterales del Kingfisher mantener la posici¨®n, el barco pod¨ªa volver luego y con la ayuda de un robot y los ultrasonidos, encajar la tuber¨ªa y continuar con el sondeo.
La informaci¨®n lograda en esta campa?a ha confirmado que la alternativa m¨¢s superficial (unos 400 metros por debajo del nivel del mar, algo m¨¢s de 100 metros bajo el fondo marino) es "viable", aunque "el t¨²nel tendr¨¢ que bajar otros 50 metros m¨¢s" para evitar una zona de arenas y arcillas. Cuando culmine la quinta campa?a de sondeos, ya habr¨¢ datos suficientes para redactar el proyecto de ingenier¨ªa. La financiaci¨®n determinar¨¢ entonces cu¨¢ndo se asomar¨¢n las tuneladoras al estrecho de Gibraltar.
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