Veterinarios para los 'correbous'
Los defensores de los animales denunciar¨¢n a la Generalitat por promover un reglamento que permite los 'bous'
"Tengamos los bous en paz". As¨ª se piensa en los 38 municipios del Baix Ebre y del Montsi¨¤ donde se celebran los tradicionales correbous. Esta paz es precisamente lo que busca una suerte de manual de buena conducta con los toros, la ¨²ltima pirueta de la Generalitat para tratar de compatibilizar el bou embolat, que lleva fuego en las astas, y el bou caplla?at, cuyos cuernos est¨¢s atados con cuerdas, con la Ley de Protecci¨®n de los Animales. Este manual, sin rango legal, dispone que habr¨¢ veterinarios al inicio y al final de estos espect¨¢culos para evaluar el sufrimiento de los toros, lo que no ha sido suficiente en absoluto para los defensores de los animales, que denunciar¨¢n ante la justicia al Gobierno catal¨¢n por permitir los correbous y, con ellos, el sufrimiento de los toros.
En el sur de Catalu?a, lejos de apagarse, la pol¨¦mica en torno a los espect¨¢culos de ra¨ªz tradicional con toros se agiganta. "No se llaman correbous. Esa es una palabra inventada en un despacho de Barcelona. Aqu¨ª los conocemos desde siempre como bous", dice Pedro Fumad¨®, descendiente de una familia de criadores de toros desde 1891. Fumad¨® y los defensores de estos espect¨¢culos sostienen que los toros no sufren. "Tengo 700 animales, y un bou caplla?at sale un m¨¢ximo de dos veces al a?o", dice.
Una hora de estr¨¦s cada vez para el animal. Esto es lo que dice el Colegio de Veterinarios, que asegura que los bous las pasan canutas mientras los balancean de un lado a otro para jolgorio del respetable. Y a esto se aferra la Asociaci¨®n Nacional para la Protecci¨®n y el Bienestar de los Animales (ANPBA), que est¨¢ decidida a llevar a los tribunales el Gobierno catal¨¢n por, supuestamente, vulnerar la ley.
El delegado de la Generalitat en las Tierras del Ebro, Llu¨ªs Salvad¨® (ERC), hizo llegar el pasado mi¨¦rcoles a cada municipio con tradici¨®n de bous un manual que cada agente implicado en las fiestas se comprometi¨® a cumplir. Habr¨¢ un tiempo limitado de duraci¨®n y se disponen medidas de seguridad para las personas y los animales.
"Todos lo respetaremos", asegura el alcalde de Amposta (Montsi¨¤), Joan Maria Roig (CiU), quien sostiene precisamente lo contrario que ANPBA al asegurar: "Nuestro marco legal es la Ley de Protecci¨®n de los Animales, que permite indudablemente los bous tradicionales". En esta interpretaci¨®n de la ley est¨¢ el meollo del asunto. El texto literal es suficientemente ambiguo como para que defensores y detractores de los bous se aferren a ¨¦l para argumentar sus tesis. La ley proh¨ªbe el sufrimiento a los animales en general. Y la misma ley permite expl¨ªcitamente las fiestas con ra¨ªz tradicional que no terminen con la muerte del toro.
"Si este reglamento es un paso m¨¢s para mejorar la fiesta, bienvenido; pero si es un subterfugio para que avanzar en su prohibici¨®n auguro problemas", dice Roig. Asimismo, Pedro Fumad¨®, m¨¢s conocido en la zona como Lo Xarnego, prev¨¦ un enfado social may¨²sculo si alg¨²n d¨ªa se proh¨ªben los toros. "Adem¨¢s, yo tendr¨ªa que apuntillar todos mis animales", a?ade el criador.
Anualmente surge la pol¨¦mica en torno a estas fiestas. "Es un debate que viene de fuera", dice Roig, y anualmente los defensores de la fiesta responden. En L'Aldea (Baix Ebre), hace muchos a?os que uno de esos toros publicitarios que abundan en las carreteras y en las pegatinas de los coches estaba tapado por unos cipreses, con toda la intenci¨®n, para que no se viera. Esta semana, en pleno inicio de la temporada taurina en las Tierras del Ebro, alguien ha cortado los cipreses y el conductor que sufre la N-340 a la altura de L'Aldea parece entrar en territorio taurino.
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