El sol ilumina de nuevo a Venus
La mayor de las Williams derrota a Davenport y se vuelve loca de alegr¨ªa en la pista
Aquellos saltos, aquella ilusi¨®n, aquella forma de expresar sus sentimientos... Era algo que ya casi todos los aficionados hab¨ªan olvidado. Venus Williams salt¨® de la misma forma, y tampoco entonces supo c¨®mo contener su emoci¨®n, en 2000, cuando gan¨® su primer t¨ªtulo del Grand Slam. Estaba tambi¨¦n en la pista central de Wimbledon, pero ten¨ªa s¨®lo 20 a?os. Curiosamente, contaba apenas 21 cuando gan¨® el ¨²ltimo de los cuatro grandes que atesoraba hasta ayer: su segundo Abierto de Estados Unidos, en 2001. Han pasado cuatro a?os desde aquel septiembre y la mayor de las hermanas Williams, a sus 25, parec¨ªa irremisiblemente perdida para la ¨¦lite del tenis.
Sin embargo, Lindsay Davenport le abri¨® ayer una puerta y ella la aprovech¨®. Venus, 16? del mundo, surgi¨® de sus propias cenizas y gan¨® su tercer t¨ªtulo en la catedral. Se la daba por finiquitada cuando Davenport sac¨® para vencer con 6-5 en la segunda manga tras haberse impuesto en la primera por 6-4. Y despu¨¦s volvi¨® a parecer irremisiblemente derrotada cuando la n¨²mero uno dispuso en la tercera de su ¨²nica bola de partido con 5-4 y 30-40 sobre el saque de su rival. Pero en ambas ocasiones Venus conect¨® algunos de sus mejores golpes para evitar un descalabro y convertirse finalmente en la primera mujer campeona desde 1935 tras superar un match-ball.
Williams volvi¨® a entrar en el partido, rompi¨® el saque de una Davenport que empezaba a mostrar signos de flaqueza mental y f¨ªsica -hab¨ªa pedido a la fisioterapeuta que le ayudara a reponerse de sus dolores en la espalda tras el s¨¦ptimo juego del tercer set- y remat¨® el partido en su segundo match-ball
"Doy gracias a Dios por permitirme estar de nuevo aqu¨ª", coment¨® Venus en la misma cancha cuando consigui¨® calmar la locura que le invadi¨® tras lograr su tercer t¨ªtulo brit¨¢nico. Y, llorosa, agreg¨®: "Pap¨¢, mam¨¢, Lindrea [la hermana que estaba en la pista], gracias por estar aqu¨ª conmigo. Y gracias, Serena, por tus consejos. Nadie cre¨ªa que fuera a ganar, pero yo esperaba que saliera el sol".
Y el sol apareci¨® para iluminar de nuevo el camino que debe recuperarla para el tenis. Tras sus dos triunfos en Wimbledon y sus dos en el Open de su pa¨ªs consecutivos (2000 y 2001), Venus entr¨® en una serie interminable de conflictos personales que la descolocaron por completo. El fundamental fue el cumplimiento de la profec¨ªa que hab¨ªa hecho su padre, Richard: "No veo a nadie m¨¢s que a Serena capaz de desbancar a Venus del liderato mundial". Cuando el enfrentamiento entre las dos hermanas se produjo, Venus desarroll¨® un sentido protector hacia Serena, la menor, que le impidi¨® vencerla. Entre 2002 y 2003 jugaron seis veces, entre ellas en las finales de Roland Garros, Wimbledon (2002 y 2003), el Abierto de Estados Unidos y el de Australia, y en todas se impuso Serena.
La consecuencia fue que Venus comenz¨® a desviar sus intereses hacia otras actividades, como el dise?o, a las que acab¨® dedicando la mayor parte de su tiempo. Pero esta temporada, en los cuartos de final de Miami, volvi¨® a ganar a Serena, en un deplorable estado de forma f¨ªsica, y dos meses m¨¢s tarde logr¨® su primer torneo en un a?o.
"El tenis ha recuperado un lugar prioritario en mi vida", confes¨® entonces. Y lleg¨® a la catedral dispuesta a coronarse y... a embolsarse los 912.000 euros del primer premio.
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