El embajador que sabe escuchar
El nuevo representante de EE UU en Espa?a, Eduardo Aguirre, es un cubano pragm¨¢tico y amigo de Bush
Cuando Eduardo Aguirre pis¨® por primera vez suelo norteamericano, el 7 de diciembre de 1961, lo ¨²ltimo que pod¨ªa pensar es que iba a ser embajador de EE UU en Espa?a. Aguirre se despidi¨® de Cuba a los 15 a?os: era uno de los 14.000 ni?os enviados por sus familias a Miami entre 1960 y 1962 para que no crecieran bajo el progresivo autoritarismo del r¨¦gimen. 44 a?os despu¨¦s, el embajador y su mujer han escrito a sus amigos de Houston el primer mensaje tras su llegada, seg¨²n el Houston Chronicle: "Las primeras horas en Madrid han sido maravillosas. Hasta ahora, todo est¨¢ sobrepasando nuestras expectativas, que eran muy altas".
"Nosotros no somos los ni?os que volaron porque nunca quer¨ªan crecer; somos los ni?os que crecimos antes de tiempo", dice Elly Chovel, tambi¨¦n una ni?a de la Operaci¨®n Pedro Pan -no Peter Pan- organizada por la Iglesia cat¨®lica y EE UU, que era la Tierra de Nunca Jam¨¢s. "Eduardo es un hombre de un coraz¨®n tan grande, tan ¨ªntegro y con tanto sentido del humor que va a ser muy bueno para los espa?oles y para los norteamericanos".
"Quiere dar pasos concretos; hechos, m¨¢s que palabras", asegura Westendorp
Tanto los que le tratan desde joven, como Elly Chovel -que ha impulsado la conversi¨®n en parque de Matecumbe, el campamento en el que ella, Aguirre y varios miles de ni?os se instalaron-, como sus amigos y colaboradores, coinciden. Alfredo Brener, empresario de Houston, se?ala que Aguirre ha hecho todo en la vida -Bank of America en Houston, donde entr¨® en contacto con Bush padre e hijo; primer hispano presidente de la Universidad de Texas; vicepresidente del banco Export-Import; director del Servicio de Inmigraci¨®n y Ciudadan¨ªa- "por puro m¨¦rito de ¨¦l". "Nunca he conocido a nadie que me hable una palabra mala de Eduardo. Que no tenga enemigos dice mucho de ¨¦l. ?Y trae la sangre latina!".
"Es muy pragm¨¢tico. Est¨¢ en la tarea en la que estamos todos: que las relaciones vayan bien. Lo importante es que haya di¨¢logo abierto, y ¨¦l es una persona que escucha y que quiere dar pasos concretos; hechos m¨¢s que palabras". La opini¨®n que el embajador espa?ol en Washington, Carlos Westendorp, se ha formado de Aguirre es la que tiene desde hace a?os Michael Solar, abogado de Houston, de origen mexicano: "Es un l¨ªder pol¨ªtico y social por encima de nacionalidades y de ideolog¨ªas", dice Solar, que sabe, por razones de amistad, que "est¨¢ muy ilusionado con Espa?a, por sus antecedentes familiares [su abuelo Antonio naci¨® en Muskiz, Vizcaya] y siempre ha tenido mucho cari?o a ese pa¨ªs. Estoy muy orgulloso de que un latino represente a EE UU en Espa?a; est¨¢ muy preparado, es muy abierto y muy colaborador. Siempre est¨¢ buscando el consenso".
Consenso es un t¨¦rmino vital en las relaciones entre Espa?a y EE UU, ya en una fase muy distinta a la del a?o pasado -cuando Washington encaj¨® mal la r¨¢pida retirada de las tropas espa?olas en Irak-, pero que tiene alg¨²n escollo, como los distintos puntos de vista sobre Cuba y Venezuela. ?El perfil de Aguirre es el m¨¢s adecuado para el momento? "El puesto de embajador en Espa?a tiene mucho prestigio aqu¨ª, y supongo que su nombramiento es un reconocimiento de la confianza que el presidente Bush tiene en ¨¦l", se?ala Solar, y a?ade: "Su personalidad se presta a escuchar, a estudiar y a responder de una forma muy calculada y prudente".
Westendorp, que destaca la labor hecha en los ¨²ltimos meses por el n¨²mero dos de la embajada de EE UU en Madrid, Bob Manzanares, coincide: "En el hecho de haberle nombrado hay un mensaje, igual que cuando me nombraron a m¨ª pretendieron enviar un mensaje de alguien que cree en la relaci¨®n transatl¨¢ntica. Coincidimos en casi todo; yo dir¨ªa que en todo lo que se refiere a los objetivos. A veces, en algunos temas, podemos tener visiones distintas en el m¨¦todo, pero si hay di¨¢logo, esas diferencias a veces son fruct¨ªferas, se les puede sacar partido".
Sobre las visiones distintas en temas, o, en otras palabras, el manejo de las relaciones con Cuba y Venezuela, en el Departamento de Estado prefieren declinar cualquier comentario, igual que sobre las relaciones en general, "porque depende ya del embajador". Aguirre, conciliador y subrayando que "no vengo a dictarle nada al Gobierno espa?ol, estar¨ªamos locos", sino a cumplir el encargo de Bush de "tratar puntos concretos para mantener lo que haya bien y mejorar lo que no", se?al¨® esta semana en Madrid que Ch¨¢vez "est¨¢ haciendo cosas que son incompatibles con la democracia" y que EE UU "no tiene la misma confianza que el Gobierno espa?ol en sus palabras". Tambi¨¦n consider¨® "contraproducente" que los pa¨ªses de la UE no inviten a disidentes cubanos a sus fiestas nacionales en La Habana. Por lo dem¨¢s, el embajador dijo que la Casa Blanca no le ha dado ninguna instrucci¨®n para preparar un encuentro entre Bush y Rodr¨ªguez Zapatero.
Una fuente al tanto del esfuerzo de aproximaci¨®n entre Washington y Madrid se?ala que "se est¨¢ haciendo muy buen trabajo en recuperar la normalidad, pero hay un elemento de confianza y de relaci¨®n personal que no es recuperable as¨ª como as¨ª, y que quiz¨¢ no se va a recuperar. No hay que obsesionarse; hay que demostrar que se puede obtener lo mismo sin esa relaci¨®n personal. ?No hay qu¨ªmica? Bueno, eso corresponde a los sentimientos personales, y es dif¨ªcil cambiarlo".
Otra fuente que tuvo acceso a lo que hablaron Bush y Aguirre hace ya dos meses coincide en que las relaciones, a nivel ministerial, van muy bien, pero recuerda que en la Casa Blanca "a¨²n hay frialdad personal", y explica el mensaje que Aguirre ha llevado al Gobierno espa?ol: "Dec¨ªs que quer¨¦is tener buenas relaciones, pero est¨¢ la venta de armas a Venezuela, la interacci¨®n con el r¨¦gimen cubano... Hay que ser coherente: en un lado hay una serie de afirmaciones, pero luego vemos acciones que no son coherentes con esas afirmaciones".
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