'Live Eight'
Los conciertos de rock no pueden resolver los problemas del mundo, pero deber¨ªan sensibilizar a los m¨¢ximos dirigentes pol¨ªticos del planeta cuando engloban causas tan justas y necesarias como la de la lucha contra la pobreza en ?frica. En ese sentido, Live Eight, el gigantesco espect¨¢culo celebrado simult¨¢neamente el pasado s¨¢bado en 10 ciudades de Europa, Estados Unidos, Asia y ?frica, en v¨ªsperas de la cumbre del G-8, y promovido por Bob Geldof, fue una magn¨ªfica iniciativa del m¨²sico irland¨¦s y del centenar y medio de famosos cantantes que decidieron participar. Constituy¨® un ¨¦xito que congreg¨® a cientos de miles de personas y que fue seguido por m¨¢s de dos mil millones en la televisi¨®n e Internet. Dej¨® peque?a la respuesta tambi¨¦n masiva que tuvo el que hace ahora 20 a?os organiz¨® este mismo artista irland¨¦s, convertido hoy en productor musical.
Es probable que no todos los que cantaron y bailaron al ritmo del l¨ªder de U2, Bono, Paul McCartney o Madonna el s¨¢bado en Hyde Park sigan de cerca el desarrollo de la cumbre del G-8. Pero, en cualquier caso, los dirigentes de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo, adem¨¢s de Rusia, se deber¨ªan sentir m¨¢s presionados y vigilados cuando se re¨²nan de mi¨¦rcoles a viernes en la localidad escocesa de Gleneagles tras esta inmensa concentraci¨®n juvenil. "No pedimos caridad, sino justicia" con ?frica, les ha dicho a los poderosos de la Tierra, Paul Hewson, alias Bono, el l¨ªder de U2.
Tony Blair, anfitri¨®n del encuentro, admit¨ªa a principios de este a?o que no caben disculpas ni justificaciones por el sufrimiento de millones de personas en el depauperado continente. La Comisi¨®n para ?frica, creada por el propio primer ministro brit¨¢nico, y el Proyecto del Milenio de Naciones Unidas han establecido que ?frica necesita alrededor de 50.000 millones de d¨®lares anuales de aqu¨ª a 2010 para producir m¨¢s alimentos, atenuar los estragos de la malaria o el sida y construir infraestructuras decentes.
Evidentemente, una reuni¨®n de tres d¨ªas de los dirigentes m¨¢s ricos del planeta no puede resolver problemas de ra¨ªz. Al final de estos encuentros abundan m¨¢s los largos compromisos de intenciones para erradicar la pobreza que a menudo quedan luego en papel mojado. En esta ocasi¨®n, sin embargo, existen fundadas esperanzas de que el G-8 apruebe medidas concretas para reducir la deuda externa, doblar la ayuda al desarrollo -aunque en eso Europa quiere hacer m¨¢s que Estados Unidos-, y alentar acuerdos para un comercio justo que aliente m¨¢s la inversi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.