Mari Paz cumpli¨® su sue?o
Tras ocho a?os de espera, la torera de M¨¢laga confirm¨® ayer su alternativa
Vestida de estreno con un traje verde roc¨ªo y oro, con los nervios a flor de piel y la emoci¨®n contenida, Mari Paz Vega pis¨® ayer por vez primera el ruedo de Las Ventas. Y lo hizo para confirmar su alternativa ocho a?os despu¨¦s de que otra torera, Cristina S¨¢nchez, la doctorara en la plaza de C¨¢ceres con Antonio Ferreras como testigo. Dos toros muy dif¨ªciles no le permitieron triunfar, pero la c¨¢tedra del toreo salud¨® con una ovaci¨®n su primera faena en Las Ventas.
Malague?a de 29 a?os, Vega hac¨ªa realidad el sue?o de su vida, por el que ha luchado sin descanso a pesar de las continuas dificultades que ha encontrado para torear en Espa?a y, especialmente, para confirmar en Madrid, donde, seg¨²n ha repetido, siempre se le ha dicho que era muy larga la lista de toreros aspirantes. La torera pertenece a una familia apasionada por los toros. Su padre fue novillero y acab¨® siendo mozo de espadas, y su madre ha sido una ferviente admiradora de Antonio Ord¨®?ez. De los seis hijos del matrimonio, cinco se dedican a los toros: Mari Paz, como matadora de alternativa, tres banderilleros y un mozo de espadas, Jorge, convertido en la sombra protectora de su hermana.
"Es una torera de raza y valor, con un punto de gusto que sorprender¨¢", dice su hermano
Mari Paz y sus hermanos acompa?aban al padre en sus entrenamientos. As¨ª, dice Jorge, naci¨® la afici¨®n de todos ellos, y todos se sorprendieron cuando, a los nueve a?os, la ni?a de la familia se puso delante de un becerro y decidi¨® integrarse en la Escuela Taurina de M¨¢laga; cinco a?os m¨¢s tarde Mari Paz mat¨® su primer novillo sin caballos. La inicial oposici¨®n de su progenitor y las continuas volteretas de sus comienzos no mermaron el ¨¢nimo de la joven, que debut¨® con caballos con 19 a?os en Fuengirola, y el 29 de septiembre de 1997 recibi¨® los trastos de matar de su compa?era Cristina S¨¢nchez. Se convert¨ªa as¨ª en la primera mujer que tomaba la alternativa en nuestro pa¨ªs, ya que su madrina hab¨ªa accedido al escalaf¨®n superior en la plaza francesa de Nimes.
No ha sido f¨¢cil su carrera. Ocho festejos en su primera temporada, 26 en la segunda y 29 en el a?o 2000, todos en M¨¦xico. All¨ª confirm¨® su alternativa en la Monumental, donde una rotura de f¨¦mur par¨® en seco sus ilusiones de futuro. Un a?o de rehabilitaci¨®n le cost¨® volver a estar en forma; demasiado tiempo para que una mujer siga contando en las agendas de los taurinos. No obstante, la fortuna le sonri¨® con una exclusiva de 30 festejos en el pa¨ªs azteca, lo que supuso el punto de partida de una carrera que se ha desarrollado sobre todo en M¨¦xico y Venezuela. En las cuatro ¨²ltimas temporadas s¨®lo ha toreado siete tardes en Espa?a, y la de ayer, en Las Ventas, fue su primera actuaci¨®n este a?o en nuestro pa¨ªs, si bien ha actuado en ocho corridas al otro lado del Atl¨¢ntico. Cuando faltaban s¨®lo cuatro horas para que sonaran los clarines de Las Ventas, Mari Paz descansaba en el hotel con la orden tajante de que no se le pasaran llamadas. ?Est¨¢ dormida? "No creo", responde Jorge, su hermano y mozo de espadas; "estar¨¢ so?ando, que es lo que hacen los toreros en tardes de tanta responsabilidad". Recuerda Jorge con cierta amargura las zancadillas que ha recibido su hermana en su lucha constante por ser figura del toreo. "Un poco m¨¢s que los dem¨¢s", a?ade, "por ser mujer, sin duda". Considera que Mari Paz atraviesa un momento profesional muy bueno "porque los a?os le han dado madurez y las dificultades la han hecho muy fuerte como torera".
Mari Paz admira a todos los toreros de pellizco, entre los que destacan Curro Romero, Rafael de Paula y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, y, seg¨²n su hermano, "es una torera de raza y valor, con un punto de gusto que sorprender¨¢ a los buenos aficionados".
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