"No son musulmanes, son asesinos"
Algunos miembros de la comunidad isl¨¢mica temen el hostigamiento policial tras los atentados
"Vienen tiempos muy malos", asegura Mustafa al Belebahi, de 21 a?os, un estadounidense de origen iraqu¨ª. Detr¨¢s del mostrador de una tienda de regalos de Edgware Road, una calle con numerosos comercios y restaurantes de Oriente Pr¨®ximo, mantiene que, tras los atentados terroristas reivindicados por Al Qaeda contra la capital brit¨¢nica, la comunidad musulmana va a ser hostigada por las fuerzas de seguridad. A pocos metros de su comercio, la estaci¨®n de metro en la que estall¨® una de las bombas sigue acordonada por la polic¨ªa y hay numerosas ambulancias cerca. "Todav¨ªa est¨¢n sacando heridos", comenta uno de los pocos curiosos que se han acercado. Los servicios de socorro entran y salen de la estaci¨®n, pero no se les ve acarreando camillas.
Las estaciones de tren, abiertas a media tarde, tambi¨¦n ofrec¨ªan un aspecto fantasmag¨®rico
La mayor¨ªa de los musulmanes consultados en este barrio ¨¢rabe, situado unos cientos de metros al norte de Hyde Park cerca de la estaci¨®n de Paddington, no comparte la opini¨®n de Al Belebahi. Muchos no quieren hablar, pero otros, j¨®venes que fuman una pipa de agua en una terraza o un grupo de ancianos en una esquina, aseguran que no tienen nada m¨¢s que temer que cualquier ciudadano brit¨¢nico amenazado por el terrorismo.
"Eso nunca va a pasar aqu¨ª. Siempre hemos vivido en paz con el resto de las comunidades", afirma Mohamed, de 75 a?os. "Los que han hecho esto no son musulmanes, son terroristas", se?ala un joven, que prefiere no decir su nombre. "Son asesinos, asesinos, pero no tienen nada que ver con nosotros", interrumpe un tercero. "Es un d¨ªa horrible, terror¨ªfico, para todos los que vivimos en Londres", agrega un cuarto.
En cualquier caso, la inquietud, tanto por la cercan¨ªa del estallido de una de las bombas como por la posibilidad de que haya alg¨²n tipo de reacci¨®n contra la enorme comunidad musulmana que vive en Londres, es palpable. Las respuestas "prefiero no hablar", "por qu¨¦ nos pregunta a nosotros", "el due?o no est¨¢" son muy frecuentes. Mustafa al Belebahi, el estadounidense de origen chi¨ª y nacido en la ciudad santa iraqu¨ª de Nayaf, en cambio, no duda en explayarse. "Nos van a aplicar la secci¨®n 54 de la ley antiterrorista", afirma y explica que ya pas¨® 13 horas en una comisar¨ªa por ese art¨ªculo de la legislaci¨®n especial que el Gobierno brit¨¢nico puso en marcha despu¨¦s del 11-S. "Me detuvieron al volante de un coche importado y, como no me pod¨ªan retener bajo ning¨²n motivo, me aplicaron la secci¨®n 54. Cuando comprobaron que los papeles eran legales y que no ten¨ªan nada contra m¨ª me soltaron despu¨¦s de pasar 13 horas en una celda. Pero ahora van a volver contra todos nosotros", dice.
El presidente de la Asociaci¨®n de los Musulmanes de Londres, Ahmed Sheij, ha asegurado a la BBC que los atentados har¨¢n que la comunidad isl¨¢mica del Reino Unido se sienta menos segura y pidi¨® a todos los musulmanes, "especialmente a las mujeres con velo", que est¨¦n atentos. En la calle, la vida cotidiana sigue y, m¨¢s all¨¢ del nutrido grupo de agentes que vigila el cord¨®n en torno a la estaci¨®n de metro, apenas se ven polic¨ªas, aunque s¨ª bastantes familias con las mujeres veladas o completamente cubiertas que se cruzan con espor¨¢dicos turistas que vuelven caminando a los hoteles.
Edgware Road es una de las pocas calles del centro donde los comercios permanec¨ªan ayer por la tarde abiertos. Oxford Street, la zona comercial m¨¢s popular de la ciudad, parec¨ªa casi sacada de Abre los ojos, la pel¨ªcula de Alejandro Amen¨¢bar que arranca en un Madrid desierto: todas las tiendas estaban cerradas y apenas erraban algunos viandantes en lo que, normalmente a las siete de la tarde ser¨ªa un hervidero de turistas y londinenses. No hab¨ªa pr¨¢cticamente coches y los autobuses de dos pisos circulaban casi vac¨ªos, pese a que toda la red de metro de Londres est¨¢ cerrada: el temor a utilizarlos segu¨ªa siendo intenso. Las estaciones de tren, abiertas a media tarde, tambi¨¦n ofrec¨ªan un aspecto fantasmag¨®rico, con muchos menos viajeros de lo habitual, pese a que, sin el metro, se hab¨ªan convertido casi en la ¨²nica forma de volver a casa.
Heathrow, en cambio, parec¨ªa ajeno a todo el horror que ha sacudido a la capital brit¨¢nica. Mayor presencia policial, pero ninguna explicaci¨®n concreta para el cierre de la l¨ªnea de metro que une el principal aeropuerto de la ciudad con el centro. En el tren que lleva a la estaci¨®n de Paddington las televisiones ofrec¨ªan un informativo... del mi¨¦rcoles con la retransmisi¨®n del momento en que Londres fue elegida para organizar los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012. Aquel instante parec¨ªa ayer m¨¢s lejano que nunca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.