El duende de Brouwn
Nadie le oye, nadie le ve, pero ¨¦l est¨¢ presente en cada uno de sus trabajos. Stanley Brouwn es un duendecillo que en su quehacer no rivaliza con nadie. A excepci¨®n de la literatura. El artista holand¨¦s es un poeta inmensamente sutil, y adem¨¢s hace exactamente lo contrario de cualquier artista, no se arroja, desnudo y obsceno, al mundo, sino que prefiere refugiarse en su isla y enfrentarse ¨¦l solo a la soberbia realidad. El yo matizado de Brouwn es el de Robinson Crusoe, que se cuida de los quehaceres de su casa y establece su propio sistema de pesos y medidas. Tiene necesariamente que reproducir nuestro mundo, el ¨²nico mundo posible, el primer efecto de la ausencia del Otro en la isla. Pero Brouwn es ¨¦mulo tambi¨¦n del eremita de Walden, el viejo Thoreau, quien al final de su vida escribi¨® "un poema que no pudo vivir ni pronunciar". De esta forma -sin fotograf¨ªas de ¨¦l ni de sus obras, sin informaci¨®n biogr¨¢fica, sin entrevistas- Stanley Brouwn se mueve en las superficies, recorre distancias, el movimiento de a hasta b; las mide con el pie sb, el codo sb, el paso sb, y las contrapone al sistema m¨¦trico universal o a otras medidas locales, algunas obsoletas. Anota los datos, en ficheros o carpetas; o dibuja con exactitud en un papel esas distancias mediante segmentos de l¨ªnea, l¨¢minas o tiras de aluminio, vol¨²menes de metal o madera. Son los materiales que le sirven para retratar a personas, edificios, paredes y suelos, y que cuidadosamente coloca en mesas y vitrinas dise?adas con la medida de su cuerpo. El visitante, el Otro, que entra en su mundo, es el revelador de esos elementos tan puros -nunca fr¨ªos, nunca m¨ªnimos- el que disuelve esas medidas, esos objetos, esas distancias, y las hace suyas. Y es entonces cuando el artista ya no est¨¢, quiz¨¢s incapaz de ver a alguien destruir el orden moral de su mundo -como cuando el muchacho Viernes hace saltar la isla, fumando el tabaco prohibido cerca de un barril de p¨®lvora-. Tres semanas antes, Brouwn hab¨ªa estado trabajando en el Macba/isla, dedicada y obsesivamente, pintando rayas en espacios totalmente vac¨ªos. Tambi¨¦n midi¨® edificios que ya no existen o que est¨¢n pendientes de construcci¨®n, y anot¨® sus dimensiones en un papel. Estas maquetas se pueden ver en la exposici¨®n del museo barcelon¨¦s, la primera en Espa?a de este artista nacido en Surinam en 1931, adem¨¢s de otros trabajos de los sesenta, como la serie this way brouwn (por aqu¨ª brouwn), las notas en papel de las indicaciones cuando pregunta a los transe¨²ntes c¨®mo se va desde a hasta b. En una caminata para recorrer sobre un c¨¦sped en la l¨ªnea exacta a-b; todos los d¨ªas durante un a?o, hace sugerencias para recorrer distancias, y del 18 de marzo al 18 de abril de 1971 yo cont¨¦ cada d¨ªa un total de mis pasos con un contador manual, es un inventario de un viaje desde marruecos hasta argelia (en su trabajo nunca aparecen las may¨²sculas) pasando por b¨¦lgica, francia y espa?a. El yo de Brouwn es un yo disuelto, porque penetra en el espacio a trav¨¦s del tiempo; y cuando desaparece, deja tantos cuerpos m¨²ltiples flotando que ya no vuelven a pasar sobre s¨ª mismos, sino sobre los otros.
STANLEY BROUWN
Macba
Pla?a dels ?ngels, 1. Barcelona
Hasta el 25 de agosto
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