Un abuelo de novela
Francisco Cercas salv¨® a un alcalde republicano en un episodio que recuerda 'Soldados de Salamina', la obra de su nieto Javier Cercas
"Madre de Dios, pero... mi padre seguro que tampoco conoce esta historia. Vaya, vaya tela, ?qu¨¦ impresi¨®n!". Como si los personajes de su aclamado libro Soldados de Salamina estuvieran cobrando vida, Javier Cercas redescubri¨® el martes, con una expresiva sorpresa, la figura de Francisco Cercas. Su abuelo paterno, que luch¨® en el bando nacional en la Guerra Civil, intercedi¨® para salvar la vida de un alcalde republicano de su pueblo.
Una nieta de Antonio Cabrera, antiguo alcalde de Ibahernando (C¨¢ceres), hizo llegar su historia a los micr¨®fonos de Hoy por hoy en la cadena SER. Lo hizo tras un llamamiento efectuado desde Internet por radiocable.com, donde La octava columna, en una suerte de "jard¨ªn de los justos" espa?ol y virtual, recoge testimonios de personas que durante la Guerra Civil ayudaron a ciudadanos de otro bando. As¨ª fue como Cercas pudo acercarse a este desconocido pasaje de la historia de su familia. Recuerda Delia, nieta de Antonio Cabrera, el alcalde republicano, el testimonio que ha forjado el pasado reciente de su familia: "Mi abuelo fue obligado por los hombres de Franco a transportar armas en el frente de Talavera de la Reina, pr¨¢cticamente hasta que termin¨® la contienda".
"A este hombre", dijo, "se le ha recogido para devolverle a su casa"
El regreso a Ibahernando debi¨® ser extremadamente duro, se?ala Delia. A pie, envejecido, cansado y con el deseo de poder abrazar a su familia, Antonio Cabrera accedi¨® a realizar aquel trayecto viajando entre militares que, como ¨¦l, volv¨ªan a sus casas. Era un cami¨®n "de nacionales", pero paisanos suyos, al fin y al cabo, que se dirig¨ªan hacia el pueblo. Aquel trayecto pudo costarle la vida.
El grupo de militares celebraba con euforia la victoria, pero ganar no parec¨ªa suficiente en esta guerra fratricida: "Vieron en mi abuelo una presa f¨¢cil y trataron de obligarle a que abrazara las consignas franquistas y cantara" sus alabanzas. Antonio Cabrera se neg¨®. Los ocupantes del veh¨ªculo decidieron deshacerse de ¨¦l oblig¨¢ndole a beber para arrojarlo, ebrio, por el puente que cruzaba el r¨ªo Tajo. "Esa muerte habr¨ªa permanecido completamente impune". Sin embargo, un militar que viajaba en el mismo cami¨®n, un soldado de Salamina, escuch¨® aquellas intenciones e intercedi¨® en favor del alcalde. "A este hombre", dijo, "se le ha recogido para devolverlo a su casa". Delia desvela con gratitud la identidad de aquel soldado: "Ese hombre maravilloso que salv¨® la vida de mi abuelo se llamaba Paco Cercas. El abuelo paterno de Javier Cercas".
Delia se puso en contacto con La octava columna para reconocer p¨²blicamente la haza?a de aquella persona: "Desconozco si su nieto, Javier Cercas, sabe esta historia o si le agradar¨¢ que la haya contado. Pienso que una persona de su sensibilidad gustar¨¢ de conocer que m¨¢s all¨¢ de lo narrado en su magn¨ªfico libro, alguien cercano a ¨¦l fue protagonista de una historia tan humana y de gran valor", se?al¨®.
Javier, con la sorpresa en el cuerpo, y Delia, la nieta agradecida por la actitud de su abuelo,pudieron finalmente conversar sobre el pasado com¨²n de ambas familias.
Entre las viejas historias familiares que se est¨¢n recogiendo en La octava columna hay quien recuerda al abuelo republicano que ayud¨® a salir del pa¨ªs a un familiar del ex presidente Aznar, otros reivindican la figura de Jes¨²s y Miguela, que dejaron a un lado sus ideas y abrieron una puerta secreta en la tapia del corral para curar y atender a sus vecinos. Muchos testimonios hablan de trastiendas, desvanes, campos de refugiados y trenes en la noche, pero en todos hay un denominador com¨²n: estuvieron protagonizadas por personas que antepusieron el sentimiento de humanidad a la contienda militar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.