Claude Simon, el pintor que escrib¨ªa
Fallece en Par¨ªs a los 91 a?os el ganador del Premio Nobel de Literatura de 1985
Los propios franceses dec¨ªan y dicen de Claude Simon que "es mucho m¨¢s le¨ªdo en el extranjero que en Francia". En 1985, cuando los acad¨¦micos suecos decidieron coronar su obra, Simon era un escritor minoritario en su pa¨ªs, asfixiado por la etiqueta nouveau roman. Su caso no es ¨²nico, pero en el de Simon hubo el Nobel y eso lo cambi¨® todo, excepto la discreci¨®n proverbial de un caballero de ojos de un azul intenso, que hablaba un franc¨¦s con un pronunciado acento meridional -Perpi?¨¢n era su ciudad, la que evoca maravillosamente en su ¨²ltimo libro, El tranv¨ªa (2001)- y que nunca quiso mezclar su trabajo literario con la vida p¨²blica.
Claude Simon muri¨® el mi¨¦rcoles en Par¨ªs y fue enterrado ayer, informaron ayer sus editores y el Ministerio galo de Cultura. Ten¨ªa 91 a?os y hab¨ªa nacido en Madagascar, en Tananarive, el 10 de octubre de 1913. Su padre era oficial del Ej¨¦rcito colonial. La mayor parte de su infancia transcurre en Perpi?¨¢n, en una propiedad que la familia ten¨ªa en la localidad vecina de Salses, el l¨ªmite norte de la antigua corona de Arag¨®n. Ah¨ª se convertir¨¢ luego, durante los a?os cuarenta, en propietario de vi?edos.
Alumno del pintor abstracto Andr¨¦ Lhote, enamorado de la fotograf¨ªa, el joven Claude Simon viaj¨® a Barcelona en julio de 1936 para enrolarse en las tropas republicanas. La experiencia de la Guerra Civil espa?ola le marc¨® para siempre e inspira alguno de sus mejores libros, como El Palace (1962) o Le jardin des plantes (1997). Tras su breve andanza espa?ola, Simon vuelve a Francia para enrolarse en el arma de Caballer¨ªa y participar en el desastre militar ante la invasi¨®n alemana. Hecho prisionero por los invasores, consigue escapar muy pronto y encuentra refugio en la llamada zona libre, es decir, administrada por el mariscal Petain. Ah¨ª, en Salses, mientras pinta y fotograf¨ªa, tambi¨¦n comienza a escribir. Lo hace de manera muy visual, marcado por ciertas im¨¢genes que desarrolla en profundidad. "Las palabras poseen, en cambio, ese prodigioso poder de acercar y confrontar aquello que, sin ellas, seguir¨ªa disperso". Las postales de su padre enviadas a la esposa -la madre de Claude Simon muri¨® cuando ¨¦l ten¨ªa 11 a?os-, la idea misma de lejan¨ªa o de exotismo y, sobre todo, la guerra y la noci¨®n de la historia como un eterno volver a empezar son elementos b¨¢sicos de una obra que incluye una veintena escasa de libros.
Aunque el primer libro de Simon -Le tricheur- lo escribi¨® en 1941, no es hasta 1960 cuando su trabajo logra un cierto reconocimiento. Con La ruta de Flandes, en la que evoca su experiencia como soldado durante la Segunda Guerra Mundial, la cr¨ªtica le descubre. Historia (1967), que mezcla la realidad, la memoria y los sue?os a partir de las citadas postales, le confirm¨® como autor de prestigio y minoritario, una consideraci¨®n que no cambiar¨¢ hasta la obtenci¨®n del Nobel.
Buena parte de las t¨¦cnicas narrativas de Simon, de su capacidad para jugar con el tiempo, congel¨¢ndolo o aceler¨¢ndolo, ya se encuentran en Le vent (1957), cuyo protagonista -Antonio Montes- es la s¨ªntesis de lo que el narrador ha aprendido sobre ¨¦l, lo que ha imaginado gracias a ciertos datos y lo que est¨¢ abiertamente inventado. En esos tres planos se mueve la obra simoniana, que se interroga sobre el estatuto del narrador, sobre la identidad y el conocimiento de la persona que habla.
A partir de 1969 y hasta 1981 -La batalla de Farsalia, Los cuerpos conductores o Lecciones de cosas-, Simon atraviesa una fase que ha sido considerada como formalista, pues los hechos en s¨ª tienen poca importancia y lo que la tiene es la capacidad del autor para jugar con ellos y convertir en espect¨¢culo la escritura. A partir de 1981, con Las Ge¨®rgicas, Simon reencuentra el equilibrio entre los placeres de la escritura y los de la evocaci¨®n de los hechos, reconcili¨¢ndolos. En ese texto aparece de nuevo la guerra de Espa?a y todos los recuerdos de la ocupaci¨®n, entremezclados con la Revoluci¨®n Francesa y los a?os setenta.
Simon dec¨ªa de s¨ª mismo: "Ante todo soy un visual. Lo que quiero es mostrar unas im¨¢genes". La novela la conceb¨ªa como "la tentativa de descripci¨®n de todo lo que puede pasar en un instante, recuerdos, im¨¢genes y asociaciones de ideas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.