Zabaleta asegura que la mayor¨ªa de presos etarras quiere dejar las armas

El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, admiti¨® ayer que la iniciativa de ETA de expulsar al ex jefe Francisco Mujika Garmendia, Pakito, y otros cinco presos de Puerto II (Puerto de Santa Mar¨ªa, C¨¢diz) cr¨ªticos con la pr¨¢ctica de la violencia es un "mal s¨ªntoma" en un momento en que se propugna la pol¨ªtica de distensi¨®n, un indicador de que el colectivo de presos tratar¨¢ de mantener una forzada unidad frente a la pluralidad de los reclusos. Los partidos coinciden en la valoraci¨®n de que ETA no est¨¢ "suficientemente madura".

El castigo de la expulsi¨®n de sus filas que la direcci¨®n etarra ha impuesto a los principales disidentes de la actual estrategia de la banda ha sido recibido con sorpresa y pesimismo por los partidos pol¨ªticos, aunque Batasuna y la coalici¨®n PNV-EA mantuvieron ayer silencio sobre este episodio. Todos creen ver en la dura medida un reflejo de las muchas resistencias dentro de la banda a dar pasos decididos hacia una distensi¨®n y una tregua que posibilite el inicio del di¨¢logo entre todas las fuerzas pol¨ªticas.

El coordinador general de Aralar y parlamentario navarro, Patxi Zabaleta, admiti¨® que la expulsi¨®n de ETA del grupo disidente es un "mal s¨ªntoma" en estos momentos. Un indicador de c¨®mo el colectivo de los presos tratar¨¢ de mantener una forzada unidad interna de todos los reclusos dispersos en las prisiones de Espa?a y Francia, pese a las evidentes diferencias ideol¨®gicas que se dan en su seno.

Ex miembro de la mesa nacional de Herri Batasuna, de la que fue fundador en 1979, Zabaleta es un conocedor privilegiado del mundo de la izquierda abertzale y un defensor de la pluralidad ideol¨®gica que asegura se da entre los presos de ETA. Por eso el colectivo le declar¨® persona non grata acus¨¢ndole, precisamente, de haber filtrado la carta de los seis disidentes, hecho que ¨¦l ni ha admitido ni desmentido. Esta agresi¨®n personal -"me ha dolido mucho", declar¨®- fue contestada por decenas de personalidades del Pa¨ªs Vasco, que firmaron un manifiesto en su apoyo. Ahora la considera un hecho coherente con la medida de castigo que ha venido despu¨¦s.

Dispersi¨®n negativa

Porque tanto Zabaleta como el partido que lidera escindido de Batasuna, Aralar, est¨¢n dispuestos a defender contra viento y marea la pluralidad de posiciones que, les consta, se da en el conjunto de los presos etarras y que, a su juicio, no aflora a la superficie a consecuencia de la pol¨ªtica de dispersi¨®n.

Seg¨²n declar¨® ayer Zabaleta, esta pol¨ªtica penitenciaria "se ha vuelto, al final, en contra de los objetivos por los que pretendidamente se inici¨®". Alud¨ªa as¨ª a que su implantaci¨®n, a finales de los a?os ochenta, trataba de favorecer la reinserci¨®n individual y el arrepentimiento, por lo que se opt¨® por dispersar a los presos para liberarles de la presi¨®n disciplinaria que ejerc¨ªa la direcci¨®n en los grandes colectivos de las c¨¢rceles.

Hoy en d¨ªa, la dispersi¨®n de los m¨¢s de 700 reclusos entre casi medio centenar de prisiones es, a juicio del dirigente de Aralar, el principal motivo de que no se pueda dar un debate abierto entre los reclusos etarras. Esto evidenciar¨ªa que la posici¨®n mayoritaria es "un sentimiento generalizado" favorable al di¨¢logo, al abandono de las armas y a la aceptaci¨®n de las v¨ªas pol¨ªticas en exclusiva.

Precisamente, hace pocos d¨ªas Zabaleta admit¨ªa que existen, al menos, cuatro posturas dentro del colectivo de presos etarras. Adem¨¢s de los disidentes en Puerto de Santa Mar¨ªa hoy expulsados, que sostienen que la lucha armada dej¨® de tener sentido porque la v¨ªa militar ha fracasado, hay otros que piensan, simplemente, que ya no es oportuna y hay que dejarla. Un tercer grupo sostiene que la violencia no es moral ni socialmente justificable y, finalmente, est¨¢n los que quieren continuar.

La expulsi¨®n de Francisco Mujika Garmendia, Pakito, se suma ahora a la que ya se produjo en 1998 con Jos¨¦ Luis ?lvarez Santacristina, Txelis, compa?ero del colectivo Artapalo, que dirigi¨® la etapa m¨¢s sanguinaria de ETA hasta su detenci¨®n en 1992. De aquella troika dirigente s¨®lo permanece en la banda Jos¨¦ Mar¨ªa Arregi Erostarbe, Fittipaldi, hoy preso en una c¨¢rcel espa?ola.

No parece casual que ambos, significados l¨ªderes como lo han sido, Pakito en el ¨¢mbito militar y Txelis en el pol¨ªtico, hayan sido objeto de dos expulsiones ejemplarizantes, destinadas, al parecer, a evitar interferencias o personalismos en momentos decisivos para ETA. Y precisamente por defender los dos el abandono de la lucha armada en momentos en los que ETA reconoce su disposici¨®n a abordar un proceso de di¨¢logo con el Gobierno. Txelis fue expulsado en septiembre de 1998, pocos d¨ªas antes de firmar el pacto de Lizarra y declarar la tregua. Ahora, cuando la banda anuncia su intenci¨®n de contactar con el Gobierno, deja fuera a Pakito, un dirigente de mano dura.

Pesimismo

La medida ha sido recibida con notable pesimismo por las fuerzas pol¨ªticas, aunque el Gobierno central se ha mantenido en la postura oficial de s¨®lo esperar el "abandono definitivo de la violencia", que ayer repiti¨® la vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega.

El portavoz del PSE-EE, Jos¨¦ Antonio Pastor, dijo que demuestra que ETA "todav¨ªa no est¨¢ lo suficientemente madura" para dejar las armas. Y constat¨® que se da una "contradicci¨®n muy seria" entre esta expulsi¨®n y las declaraciones oficiales del portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, apostando por las v¨ªas pac¨ªficas.

Para Leopoldo Barreda, portavoz del PP vasco, esta medida significa que "ETA sigue en lo mismo que ha hecho en estos ¨²ltimos cuarenta a?os". Y el presidente del PP catal¨¢n, Josep Piqu¨¦, a?ad¨ªa que el que ETA defienda ahora la continuidad de su actividad se debe a que se le ha devuelto "protagonismo pol¨ªtico".

Joan Ridao, portavoz parlamentario de ERC, declaraba por su parte que este hecho refleja que "se imponen las tesis m¨¢s duras y contrarias al di¨¢logo, y por tanto al fin de la violencia".