Luxemburgo, s¨ª
Los ciudadanos de Luxemburgo dieron ayer su voto mayoritariamente favorable al tratado constitucional europeo en un refer¨¦ndum que el Gobierno de este peque?o pa¨ªs fundador de la UE hab¨ªa insistido en celebrar pese al voto negativo habido en las consultas de Francia y Holanda. El 56,5% de los electores luxemburgueses votaron afirmativamente, tal como solicitaba la totalidad de la clase pol¨ªtica, con su primer ministro, Jean-Claude Juncker, a la cabeza. ?ste hab¨ªa anunciado que dimitir¨ªa en el caso de que el resultado fuera negativo. Juncker ha sido uno de los pol¨ªticos europeos que m¨¢s decididamente han apostado por continuar el proceso constitucional pese a los dos grav¨ªsimos reveses sufridos en las consultas francesa y holandesa.
Luxemburgo es el decimotercer pa¨ªs de la Uni¨®n en ratificar una Constituci¨®n europea cuyo futuro es extremadamente incierto. Todos los dem¨¢s pa¨ªses que hab¨ªan decidido una ratificaci¨®n por refer¨¦ndum -salvo Espa?a, que ya hab¨ªa optado por el s¨ª como primer pa¨ªs en consulta popular- decidieron posponer su refer¨¦ndum. Se pod¨ªa esperar un resultado positivo al ser uno de los pa¨ªses que viven m¨¢s directamente el proceso de construcci¨®n europea desde sus inicios y se ha visto enormemente beneficiado por el mismo. En este peque?o pa¨ªs entre Francia, Alemania y B¨¦lgica, est¨¢n ubicadas numerosas instituciones europeas, como el Tribunal de Justicia de la UE, el Tribunal de Cuentas y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), y cuenta tambi¨¦n con sedes del Parlamento Europeo y de la Comisi¨®n, al igual que Bruselas y Estrasburgo. Esta masiva presencia institucional europea y su secreto bancario son las causas de un bienestar en permanente expansi¨®n que hoy se traduce en una renta per c¨¢pita de 52.000 euros anuales, la mayor de la Uni¨®n y que pr¨¢cticamente dobla la de los dos grandes vecinos, Alemania y Francia. De ah¨ª que quiz¨¢s lo m¨¢s destacable del resultado es que haya habido tantos luxemburgueses, m¨¢s de un 40%, que han votado en contra, y parece evidente que lo han hecho movidos por el rechazo franc¨¦s a la Constituci¨®n.
El s¨ª luxemburgu¨¦s supone un peque?o consuelo para Juncker, que sufri¨® como pocos la crisis que culmin¨® en la catastr¨®fica cumbre de fin de la presidencia luxemburguesa. Y puede animar a quienes, como el propio Juncker, insisten en que el no de dos pa¨ªses no debe pesar m¨¢s que el s¨ª de ahora trece. Pero el proceso constitucional sigue en suspenso de facto y nadie sabe a¨²n c¨®mo va a continuar.
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