Se?ora ministra
La ministra de Cultura desembarc¨® durante el alegre y tumultuoso fin de semana entre nosotros y qued¨® gratamente sorprendida. No la vi personalmente, pero ya me hubiera gustado.
Antes de quedar admirada por el igualitarismo de las fiestas pamplonesas, Carmen Calvo visit¨® protocolariamente el Palacio foral. All¨ª, junto al tapiz en el que un Sancho el Fuerte tit¨¢nico, sobre su caballo encabritado, asesta el mazazo definitivo a las huestes del moro Miramamol¨ªn, le fue impuesto el cl¨¢sico, sobrio, elegante e igualitario pa?uelico sanferminero.
El tapiz no data de los tiempos m¨ªticos de los primeros cruzados, sino que es de ¨¦poca un poco m¨¢s reciente: los tiempos de aquel gran tumulto nacional-cat¨®lico que fue el gran Congreso Eucar¨ªstico de Pamplona (a?os 50). Lo m¨¢s llamativo del tapiz es su car¨¢cter cinematogr¨¢fico. Sorprende que el dibujante ha encuadrado, m¨¢s que compuesto la b¨¦lica haza?a, con un vertiginoso contrapicado: uno de aquellos con los que Leni Riefenstahl cantaba la gloria ol¨ªmpica de los cuerpos Danone.
El V Centenario de San Francisco Javier nos ocupar¨¢ todo el a?o 2006
No lejos del tapiz, la ministra, con una generosidad rayana en la prodigalidad -"Haremos lo que nos dig¨¢is, estamos a vuestra disposici¨®n", dijo-, se comprometi¨® a dar toda la ayuda que sea necesaria para la organizaci¨®n del V Centenario de San Francisco Javier, acontecimiento cultural que nos ocupar¨¢ durante todo el 2006.
No sabe bien la ministra lo necesitados que estamos de esa ayuda y, a la vez, lo arriesgado que es ofrec¨¦rnosla sin condiciones. El programa del V Centenario ya ha sido puesto en marcha -incluso se ha destacado a una directora general para tal misi¨®n- y de momento contempla la celebraci¨®n de los siguientes actos: -1. Solemne apertura, con la presencia de intelectuales como el arzobispo Sebasti¨¢n y, si Dios quiere, el propio Ratzinger. -2. Veneraci¨®n de las reliquias del santo, del 3 de marzo al 20 de abril. -3. Primera Javierada (nota para profanos: las javieradas son unas tradicionales romer¨ªas aut¨®ctonas instituidas poco antes del gran Congreso Eucar¨ªstico). -4. Segunda Javierada. -5. Reuni¨®n de personas llamadas Javier (?cuenten conmigo!). -6. Reuni¨®n de instituciones en cuyo nombre aparezca el de Javier... Podr¨ªamos seguir, pero dej¨¦moslo.
De haber tenido la suerte de encontrarme en el sofocante tumulto del fin semana con do?a Carmen Calvo, no hubiera dudado en decirle: "Se?ora ministra, confiamos, no sabe c¨®mo, en que nos ayude con lo del V Centenario de San Francisco Javier. Si la informaci¨®n que tenemos no es del todo err¨®nea, el de Javier estudi¨® y ense?¨® filosof¨ªa en Par¨ªs, en el preciso momento en que la Edad Media daba paso al Renacimiento. Conoci¨® el erasmismo y se vio inmerso en los or¨ªgenes del humanismo. Viaj¨® al otra lado del globo y particip¨® en el primer intento de globalizaci¨®n. Parece que se inclinaba por la multiculturalidad. Fue cofundador de una sociedad que ense?¨® ret¨®rica a Descartes, Moli¨¨re y Voltaire. La misma sociedad que, en la ¨¦poca de los proyectos ut¨®picos, realiz¨® el suyo en Paraguay".
Y hubiera a?adido: "Mire usted si no hay tela cultural en todo esto. Y ya ve: cuanto se le ocurre a esa gente que la ha recibido junto al tapiz, es organizarnos otro gran congreso eucar¨ªstico. No sabe c¨®mo necesitamos su ayuda, se?ora ministra".
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