Una paz que bendijo la 'limpieza ¨¦tnica'
No s¨®lo fue la peor matanza desde el final de la II Guerra Mundial; Srebrenica muestra los l¨ªmites de la justicia internacional: 10 a?os despu¨¦s del delito los m¨¢ximos responsables del genocidio siguen en libertad (Radovan Karadzic, presidente de la Rep¨²blica Srpska; Ratko Mladic, su comandante, y Zdravko Tolimir, jefe de inteligencia). Pero Srebrenica es tambi¨¦n el s¨ªmbolo del fracaso de la comunidad internacional que, tras declarar zona segura el enclave (Consejo de Seguridad en abril de 1993), fue incapaz de defender a sus 40.000 habitantes.
Esa incompetencia se manifest¨® despu¨¦s en los Acuerdos de Dayton -auspiciados por Estados Unidos y la UE-, que pusieron fin en diciembre de 1995 a casi cuatro a?os de lucha armada en Bosnia-Herzegovina. En ellos se otorg¨® el papel de pacificadores a los padres de la guerra -el serbio Slobodan Milosevic y el croata Franjo Tudjman- y se bendijo la divisi¨®n ¨¦tnica del pa¨ªs perpetuando las condiciones que provocaron el conflicto: dos entidades pol¨ªticas -Rep¨²blica Srpska para los serbios en el 51% del territorio y la federaci¨®n para croatas y musulmanes bosnios en el 49% restante-. Desde entonces, en cada elecci¨®n democr¨¢tica celebrada en Bosnia han vencido los partidos que provocaron y alentaron la guerra, todos de base comunitaria m¨¢s que ideol¨®gica. El error m¨¢s grave de aquellos acuerdos fue premiar la limpieza ¨¦tnica: Srebrenica qued¨® por ejemplo en la Rep¨²blica Srpska cuando ya se conoc¨ªan los detalles la matanza.
Vesna Pesic, veterana opositora serbia a Milosevic, cree que esos acuerdos representan m¨¢s una tregua que una verdadera paz. Es una impresi¨®n que comparten las tres comunidades. Los croatas de Bosnia no ocultan que su objetivo es unirse alg¨²n d¨ªa a Croacia y los serbios de la Rep¨²blica Srpska sostienen que su derecho a la autodeterminaci¨®n estar¨¢ justificado si se independizara la provincia de Kosovo.
La comunidad internacional invierte dinero y tiene desplegadas miles de tropas para sostener esa paz. En Sarajevo es visible la reconstrucci¨®n, pero tambi¨¦n la crisis econ¨®mica y el elevado desempleo entre los j¨®venes. Su ¨²nica esperanza es lograr el ingreso en la UE para que se diluyan las fronteras; un sue?o tan lejano que ni siquiera parece real.
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