30 a?os, 4 meses y 24 d¨ªas
La primera pareja del mismo sexo que se casa en Espa?a inici¨® su noviazgo en 1975
Emilio Men¨¦ndez cerr¨® el libro de Qu¨ªmica y se abrig¨®. Un paseo le ir¨ªa bien para despejarse. Pero la noche del 15 de febrero de 1975 era tan g¨¦lida que aquel estudiante de primero de Veterinaria tuvo que resguardarse en una cafeter¨ªa de su barrio, Malasa?a, en Madrid. Quiz¨¢ el primer culpable de esta historia fuera el fr¨ªo.
En la barra de aquel caf¨¦ se acodaba un tipo alto y rubio. Lo curioso fue que aquel pr¨ªncipe azul fij¨® sus ojos azules sobre ¨¦l, un chaval esmirriado de 19 a?os. Carlos Batur¨ªn, que as¨ª se llamaba el forastero, era m¨¦dico, estadounidense, y ten¨ªa mucho mundo. Emilio le devolvi¨® la mirada, a¨²n incr¨¦dulo. Carlos le salud¨®. Comenzaron a conversar. Treinta a?os despu¨¦s, siguen charlando. A todas horas. Rodeados de esas parejas silenciosas que parece que no tienen nada que decirse.
Desde aquella noche no se separaron. Emilio cada d¨ªa llegaba m¨¢s tarde a casa. A la madre le dio por pensar que su hijo peque?o se pasaba las noches haciendo pintadas antifranquistas. Todos en la familia eran de izquierdas. La realidad resultaba menos revolucionaria, pero igualmente rom¨¢ntica. Emilio consum¨ªa las horas en compa?¨ªa de Carlos.
Al cabo de un tiempo, tuvo que contarlo. "Aquello, en el a?o 1975, era un esc¨¢ndalo, y, a¨²n as¨ª, nos fuimos a vivir juntos", dice Emilio. "Eso est¨¢ muy mal visto", le dijo la madre. La se?ora le hizo toda clase de promesas a Jes¨²s de Medinaceli para que su hijo peque?o se reformara. Tuvo que retirarlas todas y asumir a Carlos como yerno.
La Espa?a de los estertores del franquismo resultaba muy asfixiante para la pareja. Carlos decidi¨® que completar¨ªa su especialidad en Nueva York. Emilio le sigui¨®. "Me fui para no volver", recuerda el espa?ol. Pero faltaba la mili. Aquel a?o largo fue la ¨²nica etapa de su vida en que se separaron.El siguiente paso fue Boston. Cuando el doctor acab¨® su residencia, regresaron a Espa?a. Emilio se emple¨® como escaparatista. Se inscribieron como pareja de hecho. Un d¨ªa, pasaron por una pasteler¨ªa, y vieron una pareja de hombres coronando una tarta. Compraron la figurita y la guardaron. Se pidieron la mano. Ayer se casaron. 30 a?os, 4 meses y 24 d¨ªas despu¨¦s de aquel flechazo en un caf¨¦.
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