"Frigo es un canalla"

El jueves 7 de julio, san Ferm¨ªn, Jean-Marie Leblanc se regocijaba, ingenuo, de que el Tour de 2005 no hab¨ªa dado pie a¨²n a ninguna noticia sobre dopaje, de que era el primer Tour en los ¨²ltimos siete a?os que le hab¨ªa producido tal placer, de que estaba convencido de que la lucha de las autoridades de todo tipo contra la plaga del dopaje empezaba a dar sus frutos.

El martes 12, Giuseppe Martinelli -director italiano del Lampre, veterano ya en 1998, en el Tour del caso Festina, cuando condujo a Marco Pantani a la victoria- insultaba directamente a su corredor ruso Evgeni Petrov, expulsado de la carrera por superar su hematocrito el l¨ªmite de 50, lo que le convert¨ªa en sospechoso de haberse dopado con eritropoietina el d¨ªa anterior, el d¨ªa de descanso. "Petrov es un imb¨¦cil", grit¨® Martinelli. "S¨®lo espero que ning¨²n otro equipo lo contrate cuando nosotros lo despidamos. Para m¨ª es un hombre muerto. No quiero volver a verlo en la vida".

"El error m¨¢s grande fue volver a creer en ¨¦l", dice su director, que ya le perdon¨® en 2002

El mi¨¦rcoles 13 de julio, ayer, el "imb¨¦cil" espetado por Martinelli hacia el segundo corredor de su equipo que esta temporada se pasa con el hematocrito, se qued¨® en nada con el "canalla" con que Giancarlo Ferretti, director del Fassa Bortolo, iracundo, calific¨® a su amado corredor Dar¨ªo Frigo. La raz¨®n, evidentemente, ten¨ªa que ver con un asunto de dopaje.

Ferretti no ha venido al Tour. El viejo director se ha quedado buscando patrocinador en Roma para la pr¨®xima temporada. Ayer, a las 8 de la ma?ana, le despert¨® una llamada de Bruno Cenghialta, el t¨¦cnico que lleva al conjunto. "La polic¨ªa ha detenido a Frigo", le dijo. Y le cont¨®: "El lunes por la noche, en la madrugada del martes, los aduaneros detuvieron a Susanna, su mujer, en un control en un peaje de la autopista, cerca de Grenoble. Le registraron el coche y encontraron en un termo, con hielo, 10 ampollas inyectables que sospecharon que era EPO u otro producto dopante que han enviado a analizar a Luxemburgo. La encerraron en una comisar¨ªa de Chamb¨¦ry. A Frigo fueron a buscarlo al hotel de Courchevel a las 7.30. Y se lo han llevado a la misma comisar¨ªa".

Y ante tal relato, el ¨²ltimo que le habr¨ªa apetecido escuchar, Ferretti no pod¨ªa reaccionar m¨¢s que de una forma: "Frigo es un canalla", declar¨®. "Me dicen que puede estar un mes en la c¨¢rcel. Un mes es poco. Deber¨ªan prohibirle no s¨®lo volver al ciclismo, sino tambi¨¦n a las cunetas". Un caso como hace tres a?os, cuando la esposa de Raimondas Rumsas, tercero de aquel Tour, fue detenida en Chamonix con el maletero lleno de dopaje. Es la colaboraci¨®n de familiares y amigos los d¨ªas de descanso.

No es la primera vez que Frigo protagoniza un caso de dopaje. En 2001, en el Giro de la redada de San Remo, la polic¨ªa encontr¨® en el equipaje de Frigo, entonces la figura emergente del ciclismo italiano, varias ampollas sospechosas. Seg¨²n la etiqueta, una de ellas era RSR 13, una especie de hemoglobina sint¨¦tica a¨²n en fase experimental. Detenido y enjuiciado, Frigo se descubri¨® v¨ªctima de una estafa: lo que ¨¦l cre¨ªa una sustancia m¨¢gica, extraordinaria, result¨® ser, seg¨²n la pericia judicial, suero fisiol¨®gico. De todo el embrollo Frigo sali¨® con una suspensi¨®n de seis meses. Volvi¨® al pelot¨®n en 2002 en el equipo Tacconi, y volvi¨® a ganar carreras con brillantez, incluida una etapa en el Tour. A finales de a?o Ferretti dijo a sus amigos: "Creo que voy a darle una segunda oportunidad a Frigo. Me ha llamado y me ha dicho que del pasado en ¨¦l no queda nada, que es un hombre nuevo".

Ayer, Leblanc dijo que ten¨ªa unas ganas locas de que la generaci¨®n de Frigo dejara el ciclismo de una vez. Y Ferretti termin¨® as¨ª su discurso: "El error m¨¢s grande fue volver a creer en ¨¦l. Con su cara de ¨¢ngel convenci¨® a todos de que se trataba de un chaval ingenuo y enga?ado. La lecci¨®n de entonces no le bast¨®, m¨¢s que un ingenuo, Frigo es un canalla con C may¨²scula". A ¨²ltima hora el fiscal solicit¨® el procesamiento de la pareja por un delito de contrabando, castigado con penas de hasta tres a?os, pero no pidi¨® su ingreso en prisi¨®n.