Una huelga general de funcionarios paraliza parcialmente Portugal

Una huelga general de funcionarios paraliz¨® ayer parcialmente Portugal. Los sindicatos informaron de un seguimiento del 75%, mientras el Gobierno asegur¨® que "en ning¨²n ministerio" esta cifra super¨® el 30%. El paro afect¨® a la mayor¨ªa de los servicios p¨²blicos, en especial en los sectores de salud, finanzas, justicia y a las dependencias municipales. Los funcionarios protestan contra el plan de ajuste de las cuentas p¨²blicas anunciado por el Gobierno.

Las medidas previstas incluyen la subida del IVA del 19% al 21%, la congelaci¨®n de las promociones en la Administraci¨®n p¨²blica, el aumento de la edad de jubilaci¨®n de los funcionarios y el fin de los reg¨ªmenes especiales de sanidad y de seguridad social para los trabajadores del Estado y algunas corporaciones. La huelga de ayer fue la culminaci¨®n de semanas de protestas y de paros sectoriales.

El 17 de junio, unas 50.000 personas desfilaron en Lisboa, en una de las mayores manifestaciones de los ¨²ltimos a?os, seg¨²n los sindicatos. El ambiente de protesta social creciente marca el fin del a?o laboral y el inicio del verano, pese a los esfuerzos del primer ministro, el socialista Jos¨¦ S¨®crates, que lleva dos semanas en un frenes¨ª de anuncios de nuevas infraestructuras y programas de inversi¨®n destinados a modernizar Portugal y a recuperar el crecimiento, estancado desde hace tres a?os.

S¨®crates no quiere que los portugueses se vayan de vacaciones hundidos en la depresi¨®n causada por la crisis financiera, que le oblig¨® a dedicar sus primeros 100 d¨ªas de Gobierno al dise?o de duras medidas de ajuste, entre ellas un aumento de impuestos que el socialista siempre hab¨ªa rechazado en la campa?a electoral.

Tras ganar las elecciones de febrero con un discurso positivo, enfocado en la econom¨ªa, S¨®crates se vio metido en el mismo chaleco de fuerza que sus antecesores: el d¨¦ficit p¨²blico, calculado en un 6,83% del Producto Interior Bruto, m¨¢s del doble del 3% permitido por la Uni¨®n Europea.

La pol¨ªtica financiera asumi¨® el protagonismo y la econom¨ªa pas¨® a segundo plano. "Hay un problema pol¨ªtico complicado: las personas se sienten frustradas cuando comparan lo que se dijo en las elecciones y lo que se hace ahora. Las medidas que el Gobierno anunci¨® tienen un impacto serio en algunos sectores. Pero deb¨ªan ser adoptadas", afirma Jo?o Cravinho, diputado socialista.

La bandera electoral de S¨®crates se llamaba Plan Tecnol¨®gico, una apuesta por el conocimiento, la innovaci¨®n y la investigaci¨®n para cambiar el modelo competitivo luso. Su mentor fue Manuel Pinho, actual ministro de Econom¨ªa. Pero tras la toma de posesi¨®n, en marzo, Pinho "pas¨® a la clandestinidad", como dijo un diputado comunista. S¨®lo la semana pasada el ministro volvi¨® al escenario para anunciar un programa de "inversiones prioritarias" hasta 2009 de 25.000 millones de euros. S¨®crates prefiri¨® llamarlo "programa para la confianza".

La bandera del aborto

Para romper con "el ciclo del d¨¦ficit" y preparar la vuelta de oto?o, S¨®crates ha recuperado un asunto que moviliza la atenci¨®n en Portugal: el aborto. En abril, los socialistas aprobaron despenalizar el aborto hasta las 10 semanas, pero condicionaron la entrada en vigor de la ley a su aprobaci¨®n en un refer¨¦ndum. El presidente, Jorge Sampaio, no lo convoc¨®, porque los plazos legales obligar¨ªan a celebrarlo en verano, cuando pocos acudir¨ªan a votar. Y sin una participaci¨®n m¨ªnima del 50%, el resultado no ser¨¢ valido. Hacerlo despu¨¦s, ser¨ªa imposible: el 9 de octubre hay elecciones municipales y, en enero, presidenciales.

La semana pasada, S¨®crates hizo aprobar en el Parlamento una reforma legal que permitir¨ªa la celebraci¨®n de la consulta en noviembre. Pocos creen que llegue a realizarse, pero recuperar el asunto del aborto en plena ¨¦poca electoral puede ayudar a los socialistas, que se arriesgan a ser castigados por estos primeros meses de gobierno: el aborto divide al conservador Partido Social Dem¨®crata.

A pesar de todo, las "acciones de lucha" seguir¨¢n en verano, y a la actividad de los sindicatos se sumar¨¢ el malestar dentro del Partido Socialista, que no quiere perder las elecciones que se avecinan y que no siempre est¨¢ dispuesto a apoyar las medidas impopulares del Gobierno.