Can¨ªcula
El verano lo acompasa todo. Las ganas de irse a descansar incitan a pasar los asuntos a septiembre. Eso parece que va a ocurrir con el proyecto de nuevo estatuto. No est¨¢ muy clara la necesidad de un nuevo texto aunque parece que nos vemos abocados a ello porque no hay comunidad que no lo pida y nadie se quiere quedar atr¨¢s. Sin que sirva de precedente hay que darle la raz¨®n a Javier Arenas en que no hay un clamor social con respecto a la reforma estatutaria. Y ya para qu¨¦ contar del galimat¨ªas sobre la utilizaci¨®n del t¨¦rmino naci¨®n. Nadie sabe si hay alg¨²n beneficio en reclamarlo para Andaluc¨ªa. Tengo para m¨ª que la gente m¨¢s bien es incr¨¦dula, por mucho que en Catalu?a les vaya la vida en ello: en el fondo los catalanes en vez de seny tienen un exceso de fanatismo. Conviene esparcir unas gotas de escepticismo senequista al personal. Si ser naci¨®n nos da algo, bienvenido. Si no, pues mejor nos esforzamos en otra cosa. En los cuartos, por poner un ejemplo. Parece que Diego Valderas y Juli¨¢n ?lvarez van a tener motivo diferenciador para meses y causa de agravios para una generaci¨®n.
El que inicia el verano con un nuevo estado es el cura Miguel Castillejo: la situaci¨®n de j¨²bilo total, porque ya puede hacer efectiva su magn¨ªfica p¨®liza de jubilaci¨®n. Se ve que algunos consiguen pasar a mejor vida sin abandonarnos. Mejor para ¨¦l, ¨¦mulo del a?orado Juan Pablo II. En contraste, ahora se cumplen 25 a?os de la muerte de un cristiano de otro tipo, Alfonso Carlos Com¨ªn, autor, entre otros t¨ªtulos, del c¨¦lebre Noticia de Andaluc¨ªa que contaba la dura vida de algunos jornaleros, como los cortadores de ca?a de la costa granadina. Mientras tanto, nuestros agricultores luchan de manera denodada por no perder las subvenciones como si el asunto fuera una tragedia griega. Da igual que sean ayudas a la remolacha azucarera, al algod¨®n, al tomate o al aceite. El caso es no perder las generosas ayudas que concede la Uni¨®n Europea en contra del criterio de Tony Blair. Lo que nadie dice, ni siquiera quienes apoyan esas manifestaciones, es que si seguimos con los productos agr¨ªcolas fuertemente subvencionados vamos a acabar con la agricultura del Tercer Mundo, de manera especial la de ?frica, y el Estrecho se llenar¨¢ de pateras. Una especie de efecto mariposa a lo grande y con consecuencias, en este caso s¨ª, dram¨¢ticas.
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