Un lector empedernido
Marcos Serrano, ¨ªntimo amigo de Pereiro, olvid¨® por un d¨ªa su condici¨®n de gregario
Eddy Merckx vio a su hijo Axel meterse en la escapada buena. Sentado ante el televisor, en Burdeos, cogi¨® el tel¨¦fono y llam¨® a Robert Lelangue, que fue su director en el Molteni y ahora es el ch¨®fer de Leblanc, el patr¨®n del Tour. Mediante el viejo amigo, el Can¨ªbal mand¨® mensajes a su hijo, que pedaleaba en el grupo de escapados por el coraz¨®n del Languedoc. Axel Merckx debi¨® de escucharle, regul¨® y lleg¨® con sorprendentes posibilidades de victoria a la subida de Jalabert, que as¨ª se conoce desde hace diez a?os a la carretera que lleva de Mende al aer¨®dromo de la localidad. Tres kil¨®metros al 10% que para la organizaci¨®n son un puerto de segunda y para los corredores "una tortura", como reconoc¨ªa Zandio, del Illes Balears, que dijo hasta aqu¨ª he llegado y se despidi¨® de sus compa?eros de fuga a falta de cinco kil¨®metros para la meta.
Pod¨ªa haber llamado diez mil veces Eddy, pod¨ªa hasta haberle prestado sus piernas a su hijo, desde Burdeos que Axel, ayer, no habr¨ªa ganado ni por esas. Ayer era el d¨ªa de Marcos Serrano, un gallego culto que si en vez de nacer en Chapela, pedan¨ªa de Redondela (Pontevedra), lo hubiera hecho cerca de Grimberger, en B¨¦lgica, se habr¨ªa hecho de oro ganando cl¨¢sicas con la mitad de pedaladas que ha dado en su vida ayudando a los dem¨¢s, primero en el Kelme, despu¨¦s en el ONCE y ahora en el Liberty. "Es un gregario que sube bien", le defini¨® ayer Marino Lejarreta, que en 1990 gan¨® muy cerca de Mende, en Millau. El junco de Berriz trabaja en el Liberty, junto a Manolo Saiz, quien ayer reconoc¨ªa que la victoria de Serrano "le viene bien al equipo". "Los chavales han trabajado mucho en este Tour, pero como nos ha fallado el l¨ªder, no se ha valorado lo suficiente", dijo Saiz, que cada vez que se acerca por estos lares gana etapa, con Lejarreta y Jalabert en 1995 en tarde enorme de pedales.
Dicen algunos que Saiz se replantea las funciones del gallego, "honesto y comprometido", al que le acaba de renovar por dos a?os. Ser¨¢ por su compromiso con el grupo, que qued¨® patente cuando el corredor tom¨® la palabra: "Este equipo ha sabido levantar la cabeza, podemos estar muy orgullosos todos", afirm¨®.
Serrano, amigo ¨ªntimo de Pereiro -"entrenamos 200 d¨ªas al a?o juntos"- se resiste a ser considerado un gregario. "Si he de trabajar, trabajo, pero tengo mis cualidades". De hecho, cuando Manolo Saiz le reclam¨® para el ONCE, por recomendaci¨®n de ?lvaro Pino, fich¨® a un tipo que iba para figura, un corredor de mucha clase, escalador pero bastante r¨¢pido, que ayer se subi¨® al podio del Tour gracias a las horas que lleva dando pedal: "Es as¨ª, he puesto en funcionamiento toda mi experiencia en las cl¨¢sicas. Este final era de cl¨¢sica y lo sab¨ªa". Pero la carretera, que tiene estas cosas, le ha llevado a pensar m¨¢s en los dem¨¢s que en ¨¦l y lo ha hecho sin que se le cayeran los anillos. "A m¨ª me gusta rozar triunfos como este", explic¨®.
Enamorado de las cl¨¢sicas -este a?o ha hecho 8? en Lieja y 7? en la Flecha Valona- atac¨® dos veces a fondo para quitarse de encima a Merckx y Vasseur y no lo logr¨®. "Ha sido en el ataque m¨¢s flojo cuando me he ido. Sab¨ªa que llegaba solo o no ganaba". Cambi¨® de ritmo y dijo adi¨®s. Lleg¨® solo, como llegan los campeones, tras un sprint de dos kil¨®metros, pedaleando de pie, m¨¢s propio de clasic¨®mano que de un simple gregario, por mucho que tenga que ejercer de tal. Falto de l¨ªder a quien ayudar, superada la gripe que casi le deja fuera de combate en los Alpes, ayer lleg¨® el primero a un monte plagado de saltamontes. En casa, sus dos hijos, Clara y Marcos, lo celebraron con mam¨¢.
A Serrano se le nota que es hijo del due?o de una imprenta y que de ni?o le cogi¨® afici¨®n a la lectura. Estudiante de INEF, descart¨® matricularse en periodismo en el ¨²ltimo minuto. Se maneja con soltura al explicarse. Empedernido lector noct¨¢mbulo, no meti¨® un s¨®lo libro en la maleta que se trajo al Tour porque luego, por la noche, le dan las mil y hay que descansar.
As¨ª, descansado, gan¨® en un aer¨®dromo a un Merckx.
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