Meca se bebe el oro
El nadador catal¨¢n logra su primer t¨ªtulo en los 25 kil¨®metros de aguas abiertas
David Meca se bebi¨® el agua que nadaba para ganar el oro. Se la bebi¨® literalmente, en la prueba de 25 kil¨®metros, la m¨¢s larga del mundial de nataci¨®n que se celebra en Montreal. A sus 33 a?os, en la que posiblemente fuera su ¨²ltima gran carrera en un evento internacional, el nadador catal¨¢n se impuso con una energ¨ªa que lo tom¨® por sorpresa. "?No me lo puedo creer!", dijo al salir del agua, recordando el ¨²ltimo kil¨®metro de la prueba; "?pero si soy el m¨¢s viejo y estoy m¨¢s fuerte que ellos!". A falta de 1.200 metros para la meta, Meca, que iba segundo, atac¨® a Capell, que par¨® para avituallarse. El australiano intent¨® recuperar el primer puesto con un contragolpe pero Meca aguant¨®. Nadaron hombro con hombro durante 300 metros. Y a falta de medio kil¨®metro Meca rompi¨® la cuerda. No perder¨ªa la cabeza de carrera hasta el final (5h 21,4s). Capell fue segundo (a dos segundos) y el b¨²lgaro Stoychev, campe¨®n en 2003, tercero (a siete). Fue una de las carreras m¨¢s r¨¢pidas de la historia.
"Hice el avituallamiento antes de la ¨²ltima vuelta, en el paso por los 23 kil¨®metros, m¨¢s o menos", dijo Meca. Y cuando vi que Capell paraba a beber aprovech¨¦ para tirar. Cuando me dio sed beb¨ª el agua del estanque".
Meca acab¨® por beberse el agua que hab¨ªa vilipendiado. Durante el ¨²ltimo mes antes de la competici¨®n, el nadador hab¨ªa lamentado las condiciones. "Organizan unos mundiales en el pa¨ªs con m¨¢s lagos y nos ponen a competir en un pantano", dec¨ªa. "He venido a nadar, no a boxear", se quej¨®, al llegar a Canad¨¢. "Al ser tan estrecho no hay sitio para pasar sin golpearse con los otros, que a veces pegan y son deshonestos. Adem¨¢s, para parar en los avituallamientos tienes que desviarte".
Precisamente sobre uno de esos avituallamientos edific¨® Meca su victoria. Aprovechando que el australiano Capell se apartaba de la trazada, apret¨® el ritmo. Con la ¨²ltima boya por delante, abierto, buscando el mejor ¨¢ngulo. En ese momento su organismo corri¨® el riesgo de una deshidrataci¨®n. Bajo un sol de justicia, a 30 grados, en pleno mediod¨ªa, el archipi¨¦lago de Hochelaga, en el r¨ªo San Lorenzo, es sofocante. En el estanque de aguas abiertas la temperatura del agua subi¨® a 27 grados. Un horno para los fondistas despu¨¦s de cinco horas de desgaste con el lomo al sol. El estanque, construido para las carreras de pirag¨¹ismo en los Juegos de 1976, no era un lugar ideal para nadar 25 kil¨®metros.
"Ten¨ªa mucho miedo", dijo Meca, al terminar. "Cuando me he levantado esta ma?ana he vomitado de los nervios. Porque desde que empec¨¦ a competir he ganado medallas en todos los campeonatos del mundo, en todos los europeos, en todas las Copas del mundo, y ya ven¨ªa muy mayor. Segu¨ªa sin el oro. Pensaba que no lo iba a conseguir. Pero ?j¨®! con esta medalla me voy a retirar".
En los ¨²ltimos kil¨®metros, para darse ¨¢nimos, Meca no pudo dejar de cantar la canci¨®n de Rosa en el festival de Eurovisi¨®n. "No par¨¦ de cantar el estribillo, que es lo ¨²nico que me s¨¦", coment¨®. Llevaba un a?o y medio sin competir, meti¨¦ndose en la piscina del CAR a las cinco o a las seis de la ma?ana y entrenando hasta las dos. No estaba del todo seguro sobre su estado. Ten¨ªa dudas. "Quise ir el primero", dijo; "aunque es m¨¢s dif¨ªcil porque tienes que levantar m¨¢s la cabeza al respirar, y los que van atr¨¢s te chupan la energ¨ªa. Necesitaba sentirme el primero. Esta vez no se me pod¨ªa escapar".
Dicho y hecho. En el ¨²ltimo kil¨®metro agarr¨® el oro por el cuello.
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