Desobediencia debida
Sus oficiales y el "sentido del deber" les obligan a cumplir las ¨®rdenes del ej¨¦rcito. Sus rabinos, familiares e ideolog¨ªa les exigen desobediencia. Es el traum¨¢tico dilema de muchos soldados israel¨ªes que afrontan estos d¨ªas una decisi¨®n personal que trasciende lo puramente individual y provoca efectos colectivos y nacionales. Las dos caras de la moneda son conocidas: por un lado, la consigna de evacuar a "sus hermanos", los 8.000 colonos de los 25 asentamientos jud¨ªos en la franja de Gaza y Cisjordania, que ser¨¢n desmantelados a mediados de agosto; por otro, su posici¨®n pol¨ªtica y los consejos de las autoridades religiosas, con el riesgo de ser juzgados por "desobediencia".
Son los llamados sarvanim (que en hebreo significa "los que rechazan o incumplen una orden"). No se conoce su n¨²mero exacto, pero se sabe que aumentan d¨ªa a d¨ªa. Un documento militar secreto informaba recientemente de que casi 100 soldados han expresado su rechazo al "plan de desconexi¨®n" que promueve el primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, y, lo que es m¨¢s grave para la c¨²pula militar, su disposici¨®n a no cumplir las ¨®rdenes. El jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, Dan Jalutz, decidi¨® tomar cartas en el asunto y envi¨® a comienzos de julio una misiva a todos los soldados y oficiales. "El ej¨¦rcito no elige sus misiones, s¨®lo las cumple. Este plan ha sido aprobado por el Gobierno y el Parlamento, que han ordenado al ej¨¦rcito y a la polic¨ªa su ejecuci¨®n. Como democracia, debemos cumplir lo que ordena el poder pol¨ªtico. En el ej¨¦rcito no han de imponerse ideas o pensamientos pol¨ªticos", escribe en la carta, que es un intento desesperado para evitar una desobediencia en masa. Ante el caso, muy probable, de que sus palabras se las lleve el viento a o¨ªdos de los desertores, Jalutz no duda en amenazar y sancionar.
El Consejo de Rabinos de las colonias de Gaza y Cisjordania ha pedido p¨²blicamente a soldados y polic¨ªas que deserten y no fuercen la evacuaci¨®n
"No seas part¨ªcipe de este crimen. Ser¨¢ una mancha en tu carrera personal y profesional", se pide en una carta enviada a casa a muchos soldados
Las cartas no fueron suficientes. El pasado domingo, Jalutz decidi¨® disolver la unidad del ej¨¦rcito en la que prestan el servicio militar estos j¨®venes fervorosamente religiosos, despu¨¦s de que nueve soldados rechazaran cumplir las ¨®rdenes de sus superiores para preparar la evacuaci¨®n de Gaza. Algunos desertaron y marcharon precisamente hacia la franja para respaldar a los colonos. Varias decenas de uniformados ser¨¢n procesados por insubordinaci¨®n.
Entre estos soldados, que ya han sido objeto de medidas disciplinarias, hay 40 reservistas, y seis oficiales han sido expulsados del cuerpo. Jalutz ha ordenado endurecer la pol¨ªtica contra los sarvanim "para que sirva de ejemplo y disuasi¨®n a otros que deseen hacer lo mismo". Al margen de las medidas disciplinarias, los oficiales en el terreno prefieren entablar una conversaci¨®n cara a cara con los aspirantes a la desobediencia. En un caso, el oficial se mostr¨® comprensivo y cambi¨® de unidad a un soldado que ten¨ªa inicialmente como misi¨®n evacuar a sus padres y hermanos de una colonia al norte de Cisjordania.
El temor de Sharon es que este fen¨®meno de deserci¨®n se extienda vertiginosamente. Y todas las miradas apuntan a las unidades donde est¨¢ alistado el grueso de los soldados religiosos. Son unidades especiales en las que el ej¨¦rcito permite el ingreso de estos j¨®venes de la corriente religiosa sionista, con altas dosis de motivaci¨®n, y a cambio les da un marco donde pueden seguir sus ense?anzas religiosas a cargo de los rabinos. Es en esos c¨ªrculos donde hay el temor a m¨¢s deserciones.
"Yo puedo convencer a un soldado de que cumpla las ¨®rdenes e incluso, aunque no deba, darle argumentos pol¨ªticos, militares y operacionales. Pero cuando la palabra de Dios y la del rabino entran en juego, no tengo nada que hacer. Yo s¨®lo soy humano", se confiesa un sargento que sirve en Cisjordania.
El Consejo de Rabinos de los asentamientos de Cisjordania y Gaza ha pedido p¨²blicamente la deserci¨®n a los soldados y polic¨ªas que deber¨¢n desalojar a m¨¢s de 8.000 colonos en agosto. "Es posible que pierdan su trabajo y sean castigados, pero lo primordial es ser coherente con uno mismo, con sus creencias y con la palabra de Dios", argumentan.
Iron¨ªas de la historia o de la familia las podemos encontrar en la ministra de Educaci¨®n, Limor Livnat. Pese a sus ideas nacionalistas y a que es un puntal del Likud, no se ha opuesto claramente al plan de evacuaci¨®n. Livnat no tiene que salir de casa para encontrar cr¨ªticos. Su hermano Noam, minusv¨¢lido y habitante de una colonia en Cisjordania, es un ac¨¦rrimo y radical opositor a lo que llama "el plan de huida de Sharon, que premia al terrorismo palestino". Noam no se conforma con palabras y encabeza una iniciativa en la que ha recogido miles de firmas de soldados, la mayor¨ªa reservistas, opuestos a la evacuaci¨®n. El grupo que lidera, Escudo Defensivo, ha anunciado acciones civiles contra cualquier oficial que participe en el llamado "plan de desenganche". Noam Livnat fue noticia a comienzos de mes al ser detenido por incumplir la orden de prohibici¨®n de entrada en los asentamientos de Gush Katif, en Gaza.
Presiones a todo ritmo
Las presiones fluyen a todo ritmo. La oficial Maya B. se queja amargamente de haber recibido una carta en su domicilio en la que le exigen que opte por la deserci¨®n. "No seas part¨ªcipe de este crimen, ser¨¢ una mancha en toda tu carrera profesional y personal", dice la misiva, titulada Contra la salvaje expulsi¨®n, firmada por el grupo autodenominado Coraz¨®n Jud¨ªo. "Es inaceptable que hayan conseguido mis datos personales y traten de presionar e intimidar. Yo soy una oficial que me debo a mi pa¨ªs, que democr¨¢ticamente ha decidido desmantelar esas colonias, y yo lo voy a cumplir", se queja sin esconder su rabia. Pero Maya no es la ¨²nica. Decenas de soldados y oficiales, que tendr¨¢n protagonismo en el plan de evacuaci¨®n, ya sea en funciones de desalojo f¨ªsico como de protecci¨®n, tambi¨¦n han encontrado esta misiva, que eleva, a¨²n m¨¢s si cabe, la ansiedad ante la decisi¨®n que mezcla tormentosamente sentimientos, ideolog¨ªas y ¨®rdenes.
Pero estos sarvanim de derecha no son los pioneros de la deserci¨®n en el ej¨¦rcito de Israel, que siempre ha presumido, desde la creaci¨®n del Estado, en 1948, de la enorme disciplina y patriotismo de sus hombres y mujeres. Los primeros en atreverse fueron j¨®venes pacifistas e identificados con los movimientos de izquierda. J¨®venes y no tan j¨®venes que se niegan a servir en los territorios palestinos. "No podemos seguir siendo part¨ªcipes de la ocupaci¨®n sobre tierras ajenas y un pueblo distinto. Prefiero estar en la c¨¢rcel que ayudar a eternizar la ocupaci¨®n", dice Jonathan Ben Artzi, sobrino del ex primer ministro y actual responsable de Finanzas, el halc¨®n Benjamin Netanyahu. Como ¨¦ste reconoci¨® en una de sus numerosas entrevistas televisivas, "esto pasa en las mejores familias".
Jud¨ªo no destierra a jud¨ªo
LOS 'SARVANIM' TIENEN UN MODELO a seguir: Avi Biber, el joven soldado que, ante las c¨¢maras de todo el mundo, dej¨® tirados a sus compa?eros de la unidad de Ingenier¨ªa, al negarse a destruir hace dos semanas unas viviendas abandonadas en un asentamiento en la costa de la franja de Gaza.
De repente, se volvi¨® a su oficial y, ante la mirada complaciente de un grupo de j¨®venes de la derecha m¨¢s radical, le espet¨®: "Jud¨ªo no destierra a jud¨ªo". Es el famoso grito de guerra de los opositores al desalojo de asentamientos.
Biber, jud¨ªo norteamericano que lleg¨® a Israel hace 10 a?os, se ha convertido en la estrella medi¨¢tica de los colonos m¨¢s extremistas. En especial de las j¨®venes colonas. En el bloque de Gush Katif, en la franja de Gaza, decenas de chicas portan con orgullo su fotograf¨ªa en las carpetas escolares y colocan su p¨®ster en las habitaciones que, si no hay sorpresas o acontecimientos de ¨²ltima hora, ser¨¢n destrozadas en pocas semanas.
"Avi es valiente, fuerte, creyente y adem¨¢s es muy guapo. Lo adoramos", asegura Ayelet, una adolescente de 16 a?os de la colonia de Neve Dekalim. Cuesti¨®n de gustos. Lo que es un hecho es que, para estas chicas, Biber es su David Beckham particular. Tanta es la pasi¨®n que despierta que en el asentamiento de Gadid ya hay una calle con su nombre.
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