El expolio del at¨²n
Pescadores valencianos dejan de capturar una especie sometida a la sobreexplotaci¨®n de los grandes barcos de cerco
Recuerda que hace diez a?os pesc¨® en Castell¨®n una pieza de 400 kilos. Y lo recuerda porque el at¨²n rojo, el mayor de los peces comerciales del Mediterr¨¢neo, forma parte ya pr¨¢cticamente de la memoria de los pescadores de la costa valenciana. Agust¨ªn Olivares, pescador del Grau de Castell¨®n de 39 a?os, explica que hasta hace unos a?os los pescadores valencianos ten¨ªan, entre las temporadas fuertes de trabajo de cada a?o, dos fechas marcadas en el calendario: de abril a junio, principalmente, cuando los atunes entran al Mediterr¨¢neo a desovar, y en menor medida de agosto a octubre, cuando hacen el camino de vuelta. En invierno, el protagonismo era cedido al salmonete, la dorada o la lubina, entre otros. La pesca de at¨²n rojo se realizaba con barcos tradicionales. "Yo era de los que m¨¢s pescaba, unos 20 (atunes) de media por barca", explica. "Nos gan¨¢bamos muy bien la vida". El pescador recuerda que el ¨¦xito de este tipo de pesca, con buen precio comercial, empez¨® a atraer a aguas del Mediterr¨¢neo a grandes barcos de cerco. Barcos que en la actualidad dominan este tipo de pesca y que han obligado a la flota pesquera valenciana a buscar alternativas.
Muchos barcos no descargan la mercanc¨ªa en puerto sino en otro barco en plena mar
La pesca de esta especie se dispar¨® de la mano de la demanda japonesa de materia prima para sushi. Agust¨ªn Olivares recuerda que en poco tiempo el kilo de at¨²n rojo pas¨® de pagarse a 600 pesetas (3,6 euros) a 5.000 pesetas (30 euros). Cifras que arrastraron hasta el Mediterr¨¢neo a los primeros barcos procedentes de Jap¨®n. Con el tiempo se unieron franceses e italianos y en menor medida los espa?oles. Cerqueros que pescan en muchos casos con apoyo de otros nav¨ªos y de aviones o helic¨®pteros, a pesar de que esta pr¨¢ctica est¨¢ prohibida en junio. A finales del mes pasado, de hecho, la Guardia Civil inmoviliz¨® en Castell¨®n tres avionetas de propiedad francesa que aparentemente se dedicaban a detectar bancos de atunes. El resultado de esta voracidad comercial es que se ha esquilmado la costa valenciana de esta especie.
Las organizaciones ecologistas WWF/Adena y Greenpeace llevan a?os denunciando la captura masiva del at¨²n rojo en el Mediterr¨¢neo y alertan de la disminuci¨®n de la especie por la fuerte presi¨®n de la pesca industrial, que dirige su producci¨®n a granjas de engorde. Las cuotas de pesca asignadas en el mundo por la Comisi¨®n Internacional para la Conservaci¨®n del At¨²n Atl¨¢ntico (ICCAT, en sus siglas en ingl¨¦s) -32.000 toneladas anuales, de las que 18.300 corresponden a la Uni¨®n Europea- se superan claramente y al ritmo actual en cuatro o cinco a?os se puede producir "el colapso comercial", momento en que deje de ser rentable la captura, advierte Ra¨²l Garc¨ªa, experto en pesca de WWF/Adena y coautor de un amplio informe sobre el engorde del at¨²n rojo. Este pez, que puede medir m¨¢s de tres metros y alcanzar m¨¢s de 650 kilos de peso, realiza anualmente migraciones de miles de kil¨®metros. Su rapidez es sorprendente. Olivares recuerda que un at¨²n marcado (pr¨¢ctica del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa para conocer las rutas de esta especie) un d¨ªa en C¨¢diz fue detectado al siguiente en Portugal.
Durante el verano, el at¨²n rojo busca el agua c¨¢lida del Mediterr¨¢neo para la reproducci¨®n y el desove, y all¨ª esperan los grandes barcos pesqueros. Las piezas se capturan principalmente con barcos cerqueros, que lanzan sus redes de varios kil¨®metros de longitud, rodean al at¨²n y luego lo trasladan a granjas de engorde antes de acabar en el mercado japon¨¦s, que absorbe el 95% de lo pescado. Este sistema ha sustituido al tradicional de los pescadores valencianos, que pese a que modernizaron su flota hace algunos a?os ante la buena evoluci¨®n comercial de este tipo de pesca, no tuvieron ninguna opci¨®n ante los grandes cerqueros de otras latitudes. En la Comunidad Valenciana, explica otro pescador castellonense, hay s¨®lo tres o cuatro barcos de palangre (pesca selectiva y que consiste en una l¨ªnea principal a la que se amarran muchos ramales dotados de anzuelo con cebo) dedicados al at¨²n rojo. Los pescadores, adem¨¢s, explican que la pesca de cerco hace muy dif¨ªcil el control oficial de las capturas, ya que en muchos casos los barcos ni siquiera descargan en puerto y trasladan su carga a otro buque y, por otro lado, las granjas permiten ir sacando las capturas seg¨²n las necesidades. Tambi¨¦n defienden la diferencia entre un tipo y otro de pesca, que no se limita al sistema de trabajo. El peso m¨ªnimo legal para capturar el at¨²n ha pasado de seis a diez kilos, pero es a partir de los siete a?os cuando el at¨²n rojo inicia su etapa reproductora. Anta?o, los pescadores valencianos centraban la pesca en atunes de entre seis y 14 a?os (Olivares muestra una tabla con edades y pesos). El at¨²n que se pesca, resumen ahora, es cada vez m¨¢s peque?o.
La ¨²ltima evaluaci¨®n del estado del at¨²n rojo en el Atl¨¢ntico Oriental, advierte WWF/Adena en su informe publicado el a?o pasado, data de 2002, pero distintos estudios indican "una fuerte sobreexplotaci¨®n de las reservas" de peces, una situaci¨®n que no es sostenible a largo plazo. La organizaci¨®n ecologista destaca que la expansi¨®n de las granjas de engorde en el Mediterr¨¢neo ha complicado a¨²n m¨¢s la gesti¨®n racional de este recurso pesquero. Las redes de cerco "son el ¨²nico arte m¨®vil capaz de capturar at¨²n vivo", por lo que estas flotas y las granjas act¨²an de la mano. En Espa?a, estas granjas se concentran en Murcia, donde se han instalado una decena que controlan unas pocas empresas. Tambi¨¦n hay dos granjas en Andaluc¨ªa y una en Tarragona. En otras autonom¨ªas como Baleares o la Comunidad Valenciana, los intentos de abrir granjas han fracasado.
Con todo, la temporada fuerte de esta pesca est¨¢ a punto de terminar. No ha sido la mejor, a juzgar por los datos que manejan distintas cofrad¨ªas. La de D¨¦nia explica que mientras el a?o pasado se considera "muy bueno", ya que entraron en su lonja alrededor de 500 toneladas de at¨²n rojo, este a?o los barcos, procedentes de otros puntos de Europa, sobre todo de Francia, no superar¨¢n la cifra, que oscilar¨¢ entre las 160 y las 180 toneladas. Son las que llegan a puerto.
La preocupaci¨®n por la evoluci¨®n de este tipo de pesca, en cualquier caso, no ha hecho levantar la voz s¨®lo de los grupos ecologistas y, en este sentido, en diversos municipios valencianos pesqueros se han pedido medidas en alg¨²n momento. Este a?o, por ejemplo, el portavoz de Gent de D¨¦nia (grupo independiente), Pedro Pastor, explica que han solicitado tanto al Ministerio de Medio Ambiente como al Consell que se tomen medidas que limiten la pesca de cerco al menos durante algunos a?os. La preocupaci¨®n por esta especie, a?ade, es compartida por todo el Consistorio.
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