Las l¨¢grimas de Zulema
Del desgraciado amor entre un cristiano y una mora, a quien su padre empared¨® por deshonrarle, brot¨® una fuente en Aracena
La leyenda conocida como La fuente de Zulema, que relata el drama amoroso vivido entre una bell¨ªsima joven mora del mismo nombre y un apuesto caballero cristiano, a¨²n perdura fresca, en la memoria colectiva de los vecinos de Aracena (Huelva). En cualquier rinc¨®n de esta localidad serrana, de 6.708 habitantes, puede uno sentarse a escuchar la historia de ese amor imposible que se desenvolvi¨® en medio de una pasi¨®n arrolladora y que finalmente tuvo un tr¨¢gico desenlace. Hoy esta leyenda cobra inter¨¦s, revive, porque pudiera ser el relato de cualquier amor frustrado entre personas de diferentes religiones y culturas en una sociedad marcada por la mezcla de razas y credos como la actual.
La historia tiene diferentes versiones e incluso recomponiendo lo que queda de la tradici¨®n oral hay cierta confusi¨®n en el relato. Esta leyenda est¨¢ recogida en el libro titulado Voces de la sierra del escritor onubense Manuel Garrido Palacios, que recupera en ese volumen las distintas interpretaciones sobre el relato. La sierra de Aracena es muy rica en este tipo de historias que surten el imaginario colectivo de muchos de sus pueblos.
La leyenda se desarrolla cuando los moros de Abderram¨¢n I poblaban Aracena entre los a?os 933 y 937 y viv¨ªan en la llamada morer¨ªa, en el interior de la fortaleza. La edificaci¨®n fue tomada posteriormente por los Templarios en 1500. El actual castillo de Aracena, que se erige sobre un cerro, fue levantado en el siglo XIII sobre esa fortaleza musulmana.
La joven Zulema era hija del gerifalte de la fortaleza y se enamor¨® desesperadamente de un caballero cristiano. Los amantes estaban obligados a verse a escondidas, de forma clandestina, seg¨²n se cuenta, en una torre de la alcazaba.
El castillo que se conserva hoy en Aracena tiene una torre almohade que se yergue sobre afiladas rocas y est¨¢ llena de recovecos. Ese rinc¨®n apartado fue testigo del imposible romance, all¨ª el amor de los dos j¨®venes atravesaba cada d¨ªa el infranqueable muro cultural y religioso que los separaba. Hasta que un d¨ªa ocurri¨® lo previsible: un soldado los descubri¨® y cont¨® al padre de Zulema que su hija se escapaba por las noches ayudada de una doncella para verse con un cristiano. El padre mont¨® en c¨®lera y cort¨® en primer lugar la lengua y sac¨® los ojos de cuajo al soldado para que no pudiese dar fe de lo que hab¨ªa visto ni o¨ªdo. Luego esper¨® a que llegara la noche para acudir a la cita de los enamorados y sorprenderlos, pero cuando lleg¨®, el joven cristiano se desped¨ªa de la joven mora para ir la guerra y se alejaba en su caballo.
El padre, enfurecido por lo que consideraba una deshonra, empared¨® viva a su hija en lo m¨¢s alto de la fortaleza. La leyenda cuenta que la joven llor¨® tanto y su dolor era tan profundo que los lamentos se o¨ªan en todo el pueblo. Y de sus l¨¢grimas encendidas brot¨® un manantial que m¨¢s tarde se transform¨® en ca?o: La fuente de Zulema. Esa fuente se ubica en la carretera de Aracena y tiene una formidable panor¨¢mica del Castillo. Los vecinos siguen creyendo firmemente que la fuente man¨® por las l¨¢grimas de Zulema.
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