Manada de supervivientes
Suben al escenario como saldr¨ªan a la tarima de una cantina. Con la m¨²sica que llevan tocando ya 31 a?os. Lo hacen con aire taciturno. No son muy dados a arrebatos de extroversi¨®n. Y no necesitan de la luna llena para afilar sus colmillos: tras el tanteo inicial se fueron asentando a base de mucho oficio.
Vienen del este de Los ?ngeles, como anunciaron al principio en ingl¨¦s, con una m¨²sica estimulantemente fronteriza. Porque Los Lobos son habitantes de una tierra de nadie. Ni les consideran verdaderos mexicanos, ni aut¨¦nticos estadounidenses. Hac¨ªa muchos a?os que no pisaban Madrid. Pero el Conde Duque tampoco se llen¨® para recibir a esta banda seminal del rock mestizo. Tampoco con Los Lobos se alcanz¨® la media entrada. No acaba de funcionar el Conde Duque esta temporada. Y eso que la nueva disposici¨®n del escenario en un lateral parece todo un acierto. Se ha perdido un poco el norte de la programaci¨®n y se paga con una disminuci¨®n del n¨²mero de asistentes.
Los Lobos
David Hidalgo (guitarra, acorde¨®n y voz), C¨¦sar Rosas (voz y guitarra), Louie P¨¦rez (guitarra 'jarana' y voz), Conrad Lozano (bajo y voz), Steve Berlin (teclados, saxo y voz) y Cougar Estrada (bater¨ªa y percusi¨®n). Veranos de la Villa. Conde Duque. Madrid, 26 de julio.
Repertorio norte?o
Tocando rock (Don?t worry baby...) pueden ser unos de tantos, pero en cuanto recuperan el acorde¨®n y pasan al repertorio norte?o se agigantan. Ahora les ha dado tambi¨¦n por la cumbia. Y siguen expres¨¢ndose a trav¨¦s de los boleros (Sabor a m¨ª) y las rancheras (La pistola y el coraz¨®n).
El sonido parte del cancionero tex-mex y se expande hacia el blues, el country y el rock and roll. Hasta la Guantanamera conducen ellos al aire urbano de L.A. En realidad, Los Lobos, depositarios de una tradici¨®n que mamaron de sus padres mexicanos, tocan aquello que les apetece.
Se van turnando en la bater¨ªa. Louie P¨¦rez la ha dejado: ahora prefiere cantar y tocar la jarana -peque?a guitarra a la que tambi¨¦n se conoce con el nombre de requinto-, y ocupa su lugar Cougar Estrada. Desde que comenzaron tocando en bodas, bautizos y verbenas de la comunidad chicana -norteamericanos hijos de emigrantes mexicanos- nunca hab¨ªan grabado un disco completo en directo. Por fin lo han hecho con Live at the Fillmore, en el venerable local de San Francisco que ellos pisaron por primera vez hace 20 a?os.
Y lleg¨® La bamba. En una versi¨®n energ¨¦tica. Hasta una acomodadora y un guardia de seguridad se mov¨ªan al ritmo del m¨¢s famoso de los sones jarochos, la alegre canci¨®n con la que Los Lobos consiguieron su mayor ¨¦xito. Un poco antes hab¨ªan tocado Come on let?s go, tambi¨¦n de Ritchie Valens. Se despidieron con una inesperada y contundente Cinnamon Girl, de Neil Young.
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