La econom¨ªa no es el dinero, est¨²pido
La econom¨ªa es al dinero lo que la literatura al idioma: sale de ¨¦l, pero lo altera y manipula de tal manera que, al final, le debe mucho menos de lo que parece: en cualquier caso, no m¨¢s de lo que le puedan deber una joya al oro en el que est¨¢ tallada o la Gioconda al color negro. El dinero es parte de nuestra vida, y viceversa; existe al ras de nosotros, nos sirve de intermediario, llave, tarjeta de visita o escudo y todos sabemos que si reverenciarlo demasiado puede llevar a la locura, tampoco conviene perderle completamente el respeto porque, como dec¨ªa Woody Allen, ser rico es mejor que ser pobre, aunque s¨®lo sea por razones financieras.
La econom¨ªa es otra cosa: es el r¨ªo que nos lleva. Sus diferencias con el dinero son tantas, que en muchos casos son dos cosas opuestas. Si miras el dinero, ahora mismo la cosa est¨¢ complicada: los precios suben, los euros se escapan de entre las manos y llegar a fin de mes es hacer alpinismo. En cambio, si miras la econom¨ªa, te enteras de que 17 de las 35 las empresas que componen el ¨ªndice Ibex de la Bolsa -entre ellas todas las constructoras e inmobiliarias- han logrado ganancias que suponen sus m¨¢ximos hist¨®ricos y otros siete valores -por ejemplo los grandes bancos, BBVA y Santander- han batido su r¨¦cord anual. Mientras a unos se les hunden las botas en la nieve de los d¨ªas treinta, al pie de la monta?a los poderosos silban aquella canci¨®n de Supertramp Crisis? What crisis? Eso es porque en cuanto nuestra n¨®mina cruza la puerta de un banco, ya no es dinero, sino econom¨ªa.
Por eso se repite tantas veces, la historia siniestra de los seguros: t¨² le das tu dinero a una compa?¨ªa que luego hace lo posible por no cubrir su p¨®liza; pagas, por ejemplo, a una mutua sanitaria durante a?os y, como le acaba de ocurrir a unos conocidos que me lo contaron con los ojos llenos de l¨¢grimas, cuando est¨¢s muri¨¦ndote de c¨¢ncer en un hospital, llega una notificaci¨®n de Asisa que dice que ya has gastado demasiado y que a partir de ese momento dejan de cubrir las facturas de tus m¨¦dicos y tu hospitalizaci¨®n. As¨ª, con un argumento tan irrebatible como un tiro en la espalda.
Y por eso se repite, tambi¨¦n, otra vieja historia, la de las academias que se arruinan y los alumnos que se quedan a la vez sin sus clases y sin su dinero, puesto que los bancos a los que hab¨ªan pedido un cr¨¦dito para pagar los estudios se niegan a dejar de cobrar sus recibos mensuales. "?Qu¨¦ a usted ya no le ense?an nada y suspender¨¢ sus oposiciones? Y a nosotros qu¨¦. Las cuotas son sagradas." Eso acaba de ocurrir, de nuevo, tras el cierre de las academias Studyo, que han suspendido su actividad dejando en la estacada a sus clientes, muchos de los cuales hab¨ªan pedido un pr¨¦stamo para pagar la matr¨ªcula y ahora le deben a los bancos una media de mil seiscientos euros por cabeza. Qu¨¦ ruina.
La direcci¨®n General de Consumo de la Comunidad de Madrid se ha ofrecido a mediar entre los propietarios de Studyo y sus v¨ªctimas, lo cual est¨¢ muy bien; pero ?y los bancos? ?No van a hacerle ver a los bancos que es un disparate pretender que sigan abon¨¢ndoles unos plazos por los que no van a a recibir nada a cambio? ?No ser¨ªa m¨¢s l¨®gico que los bancos le exigieran el resto del pr¨¦stamo a los due?os de las academias que han suspendido su servicio? S¨ª, claro, es que eso ya no es dinero, sino econom¨ªa, dos cosas que no tienen nada que ver una con la otra y que gobiernan distintos c¨®digos legales y hasta morales, por eso algunos hoteles de Londres triplicaron sus tarifas nada m¨¢s producirse los atentados que acababan de matar a m¨¢s de cincuenta personas en los transportes p¨²blicos de la capital brit¨¢nica: es la econom¨ªa, est¨²pido. Pero, ?y la l¨®gica? ?El capital y la l¨®gica tampoco tienen nada que ver ni se puede conseguir que sean compatibles?
Seg¨²n la Asociaci¨®n de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros, los afectados por la clausura de las academias Studyo, que adem¨¢s de en Madrid ten¨ªan centros en Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, C¨®rdoba, La Coru?a, Granada, Le¨®n, M¨¢laga, Palma de Mallorca, Sabadell, San Sebasti¨¢n, Sevilla, Valladolid, Vigo y Zaragoza, podr¨ªan ser m¨¢s de mil, aunque a¨²n no se sabe cu¨¢ntos hab¨ªan pagado con cr¨¦ditos. Es a esas personas a las que hay que defender, tanto de sus academias como de sus bancos. Todo lo que no sea eso, es un disparate.
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