Respiro centroamericano

No son tiempos propicios al libre comercio en EE UU. En el pa¨ªs con la econom¨ªa m¨¢s importante del mundo, sus legisladores, sean republicanos o dem¨®cratas, reflejan los temores de los grupos empresariales y sindicales a que las consideradas econom¨ªas emergentes compitan en igualdad de condiciones. Las dificultades para aprobar en el Congreso el Tratado de Libre Comercio con Centroam¨¦rica son suficientemente representativas. Los grupos de presi¨®n de algunos sectores manufactureros, el textil de forma particularmente intensa, los del az¨²car y algunos sindicatos han estado a punto de impedir que un grupo de seis pa¨ªses subdesarrollados, que exportan en un a?o a EE UU lo que M¨¦xico en cinco semanas, acceda a comerciar sin barreras con el gigante estadounidense.

El acuerdo deber¨¢ eliminar a partir de ahora las trabas principales al comercio y a la inversi¨®n entre EE UU y la Rep¨²blica Dominicana, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. El valor del PIB agregado de estos pa¨ªses apenas equivale al 1% del estadounidense. Pocas razones, por tanto, para esos temores que han vuelto a subrayar las muy serias tentaciones proteccionistas que subyacen en importantes sectores econ¨®micos de EE UU. La mayor¨ªa de los opositores de uno y otro partido a ese acuerdo han centrado su desconfianza en la posibilidad de que se intensifiquen las inversiones centroamericanas de empresas estadounidenses, con el fin de pasar a producir m¨¢s barato y el consiguiente impacto en el mercado de trabajo estadounidense. La Casa Blanca, por su parte, ha hecho de la aprobaci¨®n de este acuerdo una cuesti¨®n de seguridad nacional: el medio a trav¨¦s del cual garantizar en esa regi¨®n las reformas democr¨¢ticas necesarias y una estabilidad pol¨ªtica suficiente. No menos importante y complementario con esos objetivos es la conveniencia de asegurar un sentimiento de la poblaci¨®n latinoamericana menos adverso a EE UU que el actual. No se debe olvidar tampoco que cuatro de esos pa¨ªses -Rep¨²blica Dominicana, El Salvador, Honduras y Nicaragua- han apoyado los esfuerzos militares de EE UU en Irak.

Mucho menos destacadas han sido las mayores posibilidades que tendr¨¢n algunas exportaciones estadounidenses, las farmac¨¦uticas o las de material de construcci¨®n, por ejemplo. Las vicisitudes para adoptar el acuerdo han revelado una vez m¨¢s lo dif¨ªcil que resulta ser consecuente con los principios del libre intercambio. Es m¨¢s f¨¢cil adornar la ret¨®rica del comercio libre y la globalizaci¨®n que aplicarla en la propia econom¨ªa, aun cuando sea la m¨¢s poderosa y eficiente del planeta.