Miradas femeninas
En los a?os dorados del cine cl¨¢sico, sobre todo en EE UU (pero no s¨®lo all¨ª), floreci¨® un tipo de filmes, a medio camino entre el melodrama y, en ocasiones, la comedia amarga que respondi¨®, a falta de mejor taxonom¨ªa, por women's pictures. Estas "pel¨ªculas para mujeres" no estaban hechas, en la abrumadora mayor¨ªa de los casos, desde una perspectiva femenina, sino que aprovechaba, a veces con evidente descaro, su universo y sus problemas para intentar pescar a su espectadora en los dobles programas del cine entonces dominante familiar: eran mensajes patriarcales, s¨ª, pero con cierta mala conciencia.
Mucho ha cambiado el cine desde entonces (y no siempre para mal, antes al contrario). Pero no han cambiado algunos tics y algunas estrategias de captaci¨®n del espectador. Por ejemplo, esta pel¨ªcula de la belga C¨¦cile Telerman, nueva en esta plaza (y en cualquier otra: es su filme de exordio), tiene las pintas de una pel¨ªcula para mujeres de antes, pero con una mirada definitivamente diferente. Se asemeja a sus abuelas en una cosa: en la indisimulada simpat¨ªa con que observa a sus personajes femeninos, que son algo as¨ª como el sentido mismo de la apuesta; en la propuesta de sus caracteres, llenos de matices pero tambi¨¦n con soluciones vitales no demasiado radicales en los comportamientos finales de los personajes.
?POR QU? LAS MUJERES SIEMPRE QUEREMOS M?S?
Directora: C¨¦cile Telerman. Int¨¦rpretes: Mathilde Seigner, Judith Godr¨¨che, Anne Parillaud, Pascal Elb¨¦, Mathias Mlekuz, Thierry Neuvic. G¨¦nero: comedia dram¨¢tica, Francia, 2004. Duraci¨®n: 105 minutos.
Esta simpat¨ªa, esta comprensi¨®n, para sus criaturas mujeres lleva a la directora C¨¦cile Telerman a no detenerse demasiado en la descripci¨®n de los caracteres de sus compa?eros de reparto, mucho m¨¢s sumariamente presentados, menos llenos de matices, infinitamente menos interesantes; en ocasiones, mucho m¨¢s impresentables. Se podr¨¢ arg¨¹ir, y suele ser siempre una coartada para las narraciones que ostentan un cierto aire posmoderno, que al fin y al cabo la cineasta habla de lo que mejor conoce. Pero ninguna dramaturgia que merezca la consideraci¨®n de adulta pasa por alto que cuanto m¨¢s enjundioso sea el conflicto que el filme muestra, mucho m¨¢s interesante resulta para todo tipo de espectadores, hombres incluidos.
Pel¨ªcula coral
Pero m¨¢s all¨¢ de esto, lo que hace a un filme como ?Por qu¨¦ las mujeres siempre queremos m¨¢s? (discutible reinterpretaci¨®n hispana del m¨¢s comedido t¨ªtulo original, Todo por complacer) una propuesta un punto m¨¢s interesante respecto a la media de los filmes que se le parecen, es un m¨¢s aquilatado pulso a la hora de definir las fobias, filias, angustias e ilusiones de sus protagonistas. Todas con profesiones liberales, m¨¢s o menos casadas y con una edad parecida (ninguna de ellas volver¨¢ a cumplir los 30 a?os) y las tres un punto infelices con lo que tienen en casa (un marido volcado obsesivamente en el trabajo y con una oportuna amante; una pareja bohemia con tendencia a pasar mucho tiempo en la cama, y hasta un compa?ero que abandona a una de ellas al comenzar la funci¨®n), sus caminos vitales las abocan a una cotidianidad no precisamente excitante y a unas frustraciones de las que la ficci¨®n las salva personalmente para depositar (casi toda) la responsabilidad en el otro sexo.
La ver¨¢n con mucho gusto los amantes de las ficciones con toques ejemplarizantes. Pero sobre todo ese sector del p¨²blico femenino que se siente muy a gusto en la piel de hero¨ªnas con las que resulta relativamente f¨¢cil la identificaci¨®n. Y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, los degustadores de buenos trabajos interpretativos, de los que el filme regala algunos ejemplos m¨¢s que notables (Judith Godr¨¨che y Mathilde Seigner, significadamente). No es poco para los tiempos que corren.

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