El atletismo vuelve a casa
Helsinki, un lugar sagrado, acoge un cambio generacional y la b¨²squeda de una mayor credibilidad ante las sombras del dopaje
El atletismo regresa a casa, a la ciudad en la que se disput¨® la primera edici¨®n de los Campeonatos del Mundo. Han pasado 22 a?os desde entonces, pero permanece la idea de Helsinki como lugar sagrado. Es el pa¨ªs de Nurmi, Kolehmainen, Riitola, Vasala, Vatainen y Viren, atletas que hicieron de las pruebas de fondo un territorio especial de los finlandeses. Es el pa¨ªs de Jarvinen, Nevala, Kinnunen y Lillak, el pa¨ªs que ha glorificado el lanzamiento de jabalina, hasta el punto de que la torre de su estadio ol¨ªmpico mide de altura exactamente el r¨¦cord mundial que logr¨® Jarvinen en los a?os 50. Finlandia es un pa¨ªs apasionado por el atletismo. Se siente en las calles de Helsinki, en las que los Mundiales son un acontecimiento para una gente que tiene una vasta cultura deportiva a sus espaldas.
Fue l¨®gico que los Mundiales nacieran en Helsinki en un momento de grandes cambios en el deporte. El atletismo no result¨® ajeno a la marea. Ayudaron varias razones: la rivalidad entre Sebastian Coe y Steve Ovett, la aparici¨®n de Carl Lewis, el clamor por la profesionalizaci¨®n de los atletas y la ambici¨®n de Primo Nebiolo, el controvertido dirigente italiano, que comenz¨® su particular batalla para establecerse como uno de los personajes de referencia en el deporte mundial. Decidi¨® que el atletismo ten¨ªa espacio y posibilidades econ¨®micas para una competici¨®n planetaria. No se equivoc¨®. Eligi¨® Helsinki como sede inaugural y el ¨¦xito fue instant¨¢neo. En 1983, un joven Lewis gan¨® los 100 metros, su primer gran t¨ªtulo. Steve Cram super¨® a Said Auita, Jos¨¦ Manuel Abascal y Ovett en los 1.500 metros. Un pertiguista de 19 a?os asombr¨® a los aficionados por su coraje y maestr¨ªa bajo la lluvia: era S¨¦rgei Bubka. Heike Dreschler, una muchacha de 17 a?os comenz¨® su largo periplo de ¨¦xitos con su victoria en el salto de longitud. Por muchas razones, aquellos Mundiales fueron inolvidables, pero especialmente por la pasi¨®n que demostraron los finlandeses en el viejo estadio ol¨ªmpico.
Los Mundiales se consolidaron como el tercer gran acontecimiento del deporte, hasta el punto de apurar el negocio cada dos a?os, en vez de los cuatro originales. El atletismo daba mucho dinero a la Federaci¨®n Internacional. Ahora vive un periodo de luces y sombras. Aparecen nuevas estrellas, como los j¨®venes estadounidenses Spearmon, Wariner y Clement, pero los esc¨¢ndalos del dopaje proliferan casi tanto como en el ciclismo. Hay una sospecha general de fraude que, cierta o no, da?a gravemente la credibilidad del atletismo. El caso Balco ha sido desastroso para su imagen. Estrellas del calibre de Marion Jones y Tim Montgomery est¨¢n envueltas en un asunto muy turbio: el consumo de anabolizantes de dise?o, indetectables en los controles. Desde que sali¨® a la luz el programa de dopaje de los antiguos pa¨ªses de la ¨®rbita sovi¨¦tica, no se hab¨ªa conocido un fiasco semejante. En este clima, el atletismo pretende caminar como si no ocurriera nada demasiado grave. Se habla de nuevos controles, de m¨¢s vigilancia, de m¨¦todos m¨¢s afinados, pero la impresi¨®n es que detr¨¢s de las grandes marcas hay un mundo oscuro.
Quiz¨¢ porque no corren los mejores tiempos, el atletismo encuentra en Helsinki un lugar para purificarse. Los atletas finlandeses no han sido ajenos a los esc¨¢ndalos, sobre todo en los a?os 70 y 80, pero el respeto de los aficionados al atletismo es casi sagrado. Es un regreso necesario que coincide con un cambio generacional. Un a?o despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas, muchas de las viejas estrellas no acudir¨¢n a los Mundiales. No estar¨¢n Hicham el Guerruj, Haile Gebreselassie, Maurice Greene, Jones o Kelly Holmes, entre otros nombres capitales en los ¨²ltimos diez a?os. Ha terminado una era y comienza otra con atletas prometedores que esperan consagrarse en Helsinki. Tiempo de cambio, en fin, que ser¨¢ perfectamente apreciado en una ciudad que sabe de novedades y de estrellas. Fue en la capital finlandesa donde Emil Zatopek se consagr¨® en los Juegos de 1952 como uno de los grandes atletas de la historia, donde Lewis rompi¨® a ganador, donde los atletas se sienten c¨®modos porque los aficionados saben todo de sus marcas.
A Helsinki acude el equipo espa?ol con el mismo aire de renovaci¨®n que pesa en el campo internacional. Siguen los ejemplares Manolo Mart¨ªnez o Marta Dom¨ªnguez, sigue Paquillo Fern¨¢ndez y tambi¨¦n Reyes Est¨¦vez, pero en el horizonte comienzan a aparecer nuevos nombres, gente como Casado o Barrios. Se trata de un periodo de transici¨®n que los m¨¢s j¨®venes deben aprovechar. En Helsinki tendr¨¢n la oportunidad de despegar.
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