?Es usted un asesino?
Ha vuelto Montaigne en una nueva edici¨®n de sus Ensayos I, con espl¨¦ndida traducci¨®n de Mar¨ªa Jos¨¦ Lemarchand y siguiendo los pasos de este maestro que fue alcalde de Burdeos, procede un acercamiento personal -como ¨¦l lo hac¨ªa con todos los temas- a la nueva campa?a publicitaria de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT). Caen los muertos como moscas en las carreteras -est¨¢ a¨²n muy reciente ese atropello mortal de un adolescente en el paseo de la Castellana por un conductor que se dio a la fuga y que ya ha sido detenido, m¨¢s tantos otros desastres- y la DGT lucha por infundir en nuestro cerebro la sensatez con un impactante eslogan. Vemos en el anuncio la fotograf¨ªa de Charles Manson, el asesino de la actriz Sharon Tate y de otras personas y, a la derecha de la fotograf¨ªa, leemos este sensat¨ªsimo texto: "A partir de 140 km/h tienes el mismo respeto por la vida que ¨¦l". A partir de los 140 kil¨®metros por la hora, el riesgo asesino al volante lo perciben hasta los ni?os de dos meses. Tambi¨¦n puede haber personas adultas -si las juzgamos por su fecha de nacimiento- a quienes una velocidad de 140 les parecer¨¢ moderada. Para esas personas son muy ¨²tiles las estad¨ªsticas. La Operaci¨®n Salida de agosto se ha saldado con 40 muertos en las carreteras y la DGT informa de que, en el 23% de los accidentes, influye decisivamente el exceso de velocidad. Pere Navarro, responsable de la DGT, ha declarado que la velocidad es una de las asignaturas pendientes de nuestros conductores.
Hace unos d¨ªas, cruzaba yo por delante de la parroquia madrile?a de la Virgen de Covadonga que antes estuvo en la calle de San Roque. En esta parroquia, Luis Berlanga contrajo nupcias. Y quiz¨¢ inspirado por alg¨²n fotograma subconsciente de El verdugo -suponiendo que no fuera la misma Virgen quien arroj¨® aquel chorro de luz velazque?a en mi cerebro- y al ver ante m¨ª una fila de taxis en una parada, pr¨®xima tuve una idea que s¨®lo la modestia me impide calificar de brillante y que, ay, no ha debido cruzar mucho por las meninges de la DGT. Aquella fila de taxis pegados uno a otro en la plaza de Manuel Becerra, como suelen estar en cualquier parada, me llev¨® a pensar que tambi¨¦n en ciudad circulamos a m¨ªnima distancia del coche que tenemos delante. Y volando ya con la imaginaci¨®n a las carreteras secundarias, autov¨ªas y autopistas, pens¨¦ que tambi¨¦n en esas v¨ªas de circulaci¨®n se circula sin guardar la distancia de seguridad.
Y haciendo memoria pens¨¦ en que ha sido muy excepcional a lo largo de su historia que la DGT, que tiene sus cuarteles all¨¢ por Arturo Soria, recuerde a los conductores que el mantenimiento de la distancia de seguridad es sagrado. Y esas escas¨ªsimas veces en que la DGT ha hablado de la distancia de seguridad nunca ha dicho qu¨¦ se puede entender por tal. Sin la calma estoica del alcalde Montaigne, siempre que me topo con un asesino en serie que, circulando a muchos kil¨®metros por encima de la velocidad permitida, se me pega a dos metros del coche e incluso pone las largas o da un bocinazo para que se enteren del crimen de que el vecino que le antecede viaja a la infantil velocidad de 120 kil¨®metros por la hora, siento un acceso de ira que, desde luego, el santo Job, cuya paciencia era infinita, considerar¨ªa una grave debilidad m¨ªa de car¨¢cter.
Recientemente, en la M-607 vi un panel de la DGT que dec¨ªa: "Distancia de seguridad '40 m". Entend¨ª -y no s¨¦ si acert¨¦- que 40 metros quer¨ªa decir 40 metros y no 40 minutos. Recurro a Google y me entero de c¨®mo se calcula la distancia de seguridad. Hay que aplicar, dice este santo, la regla del cuadrado. Si se circula, por ejemplo, a 90 kil¨®metros por la hora, hay eliminar la ¨²ltima cifra: el 0. Y se multiplica el 9 por s¨ª mismo: 9 x 9 = 9 al cuadrado = 81. Por tanto, la distancia de seguridad respecto al veh¨ªculo que va delante es de 81 metros. Y, claro, si cae un improbable chubasco, llamen al m¨®vil de la Virgen de Covadonga que ha guiado la vida matrimonial de Berlanga y de su familia y Ella les enviar¨¢ un mensaje con la distancia de velocidad correcta.
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