El mensaje es el formato y el 'kidult' el juguete
Ayer Sami me escacharr¨® el lector del DVD intentando meter en la ranura un grasiento disco de la factor¨ªa Disney, El Rey Le¨®n 3, al que est¨¢ enganchado. En otros tiempos tecnol¨®gicos hubiera sido el drama del verano, porque el DVD se ha convertido en formato de primera necesidad casera; como el plasma, el ADSL, el m¨®vil, el iPod, el microondas y dem¨¢s artilugios de pantalla plana. El p¨¢nico s¨®lo dur¨® unos segundos porque me di cuenta de que lo que sobraban en casa eran lectores de DVD. Es m¨¢s, utilic¨¦ como alternativa un juguete Sony de Sami, la PlayStation 2, para ver por la noche una peli de 1932, Freaks, la cult-movie de Browning que la cinefilia considera la biblia del furor freak y que me hab¨ªa llegado por el cartero rural, v¨ªa Amazon.fr. Ya s¨¦ que lo tienen en El Corte Ingl¨¦s y la FNAC, pero as¨ª es m¨¢s r¨¢pido y todav¨ªa me pone cachondo utilizar la Europa sin fronteras.
Ahora entiendo el furor de los editores por inundar los quioscos Gutenberg de tanta mercanc¨ªa Lumi¨¨re
Pero vayamos al estropicio. S¨®lo ayer, luego del accidente, me di cuenta de que hab¨ªa estado acumulando lectores DVD. Como en otros tiempos, descubr¨ª que mi casa estaba invadida por esas cucarachas verdosas llamadas transistores, gusanos electr¨®nicos que emit¨ªan aquellos temibles rayos l¨¢ser de la serie B y pulgas memoriosas llamadas chips. Por lo menos, soy propietario inconsciente de los siguientes lectores DVD: el que est¨¢ permanentemente conectado al plasma del cuarto de estar, los del ordenador fijo y el port¨¢til, el de la PlayStation 2 y, como todos, la ranura comediscos de la cada vez m¨¢s polivalente cadena musical, que tambi¨¦n lee lo que le meten por su boca digital. ?Cinco! Nunca hab¨ªa tenido tantas versiones distintas de un mismo formato, si exceptuamos el formato codex, llamado libro, y ahora entiendo el furor de los editores por inundar los quioscos Gutenberg de tanta mercanc¨ªa Lumi¨¨re.
Y hablando de McLuhan, estoy convencido de que el profeta canadiense no quiso decir que el medio era el mensaje, sino que el mensaje es el formato. El cine visto en sala est¨¢ en crisis y la tele vista en el cuarto de estar no hay quien la aguante si no llenas el tejado de europarab¨®licas piratas, lo cual es una pasta en hackers. S¨®lo el formato DVD est¨¢ viviendo una edad de oro, con sus lectores m¨²ltiples, sus bonus, versiones subtituladas, escenas no censuradas, making-off, formatos originales y entrega a domicilio. Por cierto, que la compa?¨ªa norteamericana Netflix, especializada en la veloz y c¨®moda entrega a domicilio v¨ªa mensajer¨ªa de los DVD de estreno, ha sido clasificada por la pen¨²ltima revista Wired como una de las empresas m¨¢s apetitosas de la econom¨ªa global, inmediatamente despu¨¦s de Google, Apple (el iPod, claro), Amaz¨®n (tambi¨¦n entrega a domicilio), Yahoo!, Pixar y compa?¨ªa.
No s¨¦ qu¨¦ pensar¨¢n los disc¨ªpulos espa?oles de McLuhan, empezando por Jorge Lozano, de esta revisi¨®n de aquella frase que cambi¨® el mundo de la comunicaci¨®n, pero yo, por ahora, o s¨®lo por este encierro agoste?o, la adopto ciegamente porque ya est¨¢ demostrado que los mensajes que nos llegan son siempre los mismos con ligeras variantes o remakes, que los medios tradicionales est¨¢n en crisis o fusionados, pero que los formatos no hacen m¨¢s que danzar y multiplicarse. El Rey Le¨®n, por ejemplo, hace mucho tiempo que ya no pertenece a la galaxia de las salas de cine y es bastante m¨¢s rentable cuando se comercializa y declina en otros formatos. Lo tengo en DVD, en las tem¨¢ticas de Disney Chanel, en la versi¨®n interactiva y virtual de la PlayStation 2, en miles de webs, en libros o codex para colorear, en pl¨¢stico y plastilina, en modelo comestible o de caramelo, en los baberos y hasta impreso a cuatricrom¨ªa en los pa?ales de usar y tirar, ese gran avance de la humanidad procreadora.
Y hablando de peque?os. Gracias al estropicio del lector de DVD y a la utilizaci¨®n alternativa del juguete Sony de Sami, acabo de descubrir otra tendencia que s¨®lo he visto citada por la siempre atenta Laura Freixas, en La Vanguardia. El fen¨®meno kidult. Esa fusi¨®n comercial y gramaticalmente redonda entre kid (ni?o) y adult y que est¨¢ convirti¨¦ndose en el formato y el negocio del milenio. O sea, los juguetes que utilizan los adultos, como yo con la PlayStation, o sencillamente los productos te¨®ricamente infantiles pero que tambi¨¦n, o sobre todo, apasionan a los mayores. Pongamos, los enormes Simpson como tecnolog¨ªa de doble uso generacional que utilizo sin parar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.