'Feminicidio' en M¨¦xico

La polic¨ªa de Chihuahua (380 kil¨®metros al sur de Ciudad Ju¨¢rez) reconoci¨® el pasado 24 de junio que ten¨ªan el cuerpo de Minerva Torres desde hac¨ªa dos a?os. Minerva, de 18 a?os, hab¨ªa desaparecido en la capital de ese Estado mexicano el 13 de marzo de 2001. En julio de 2003, la prensa y las ONG sab¨ªan ya del descubrimiento de una osamenta en un monte que se localiza entre el campo de tiro de la polic¨ªa y el complejo de seguridad p¨²blica del Estado. La polic¨ªa neg¨® este hallazgo. Tuvieron que pasar dos a?os y un cambio de procurador (fiscal) para que la familia confirmara que ten¨ªa ese cad¨¢ver y que se trataba de Minerva.

El asesinato de mujeres en Ciudad Ju¨¢rez se ha extendido a otras partes del pa¨ªs. De los 534 homicidios cometidos en la ciudad fronteriza desde 1993, cerca del 20% tiene algo en com¨²n: presentan rasgos de una crueldad brutal. La suya no es una muerte r¨¢pida. La mujer muere estrangulada, desnucada o apu?alada; presenta signos de violaci¨®n, en ocasiones colectiva; el cuerpo tiene se?ales de tortura y mutilaci¨®n -usualmente uno de los senos es cercenado o arrancado a mordiscos-, y los restos son abandonados en un terreno bald¨ªo o a la orilla de la carretera.

Cerca del 20% tienen algo en com¨²n: presentan rasgos de una crueldad brutal

Este mismo ritual homicida se repite en otras partes del pa¨ªs con una frecuencia similar al de la ciudad fronteriza. Por ejemplo, entre 2002 y 2004, se encontraron 20 cad¨¢veres en Ciudad Ju¨¢rez con un patr¨®n de excesiva crueldad; en Guanajuato (a 300 kil¨®metros al noroeste de M¨¦xico DF) se registraron 21 casos, y en Morelos (60 kil¨®metros al sur de la capital), 19 asesinatos.

La preocupaci¨®n gubernamental ante este problema ha ido creciendo a medida que se difunde la informaci¨®n, y por ello se han creado dos comisiones especiales, una en el Senado y otra en la C¨¢mara de Diputados, para dar seguimiento a los feminicidios en Ciudad Ju¨¢rez y en el resto de M¨¦xico.

El t¨¦rmino, acu?ado por las antrop¨®logas estadounidenses Diane Russell y Jill Radford, se refiere al asesinato de una mujer por el simple hecho de serlo. Marcela Lagarde, presidenta de la Comisi¨®n Especial de la C¨¢mara de Diputados, a?ade que se trata de "un genocidio cometido por hombres que consideran que las mujeres son usables, prescindibles, maltratables y desechables. Todos

coinciden en su infinita crueldad".

Al d¨ªa de hoy, ninguna autoridad mexicana puede dar una cifra fiable sobre el n¨²mero de asesinatos que se cometen en el pa¨ªs cada a?o. Los datos oscilan entre 1.400 y "m¨¢s de 5.000". En 15 meses de trabajo, la Comisi¨®n Especial de la C¨¢mara para investigar los feminicidios ha intentado recabar esta informaci¨®n para procesarla y ubicar los lugares que presentan violencia extrema. Los resultados son escasos. Siete de las 32 procuradur¨ªas estatales no han respondido. Quienes lo hicieron, dieron informaci¨®n imprecisa e incompleta: no distinguen el g¨¦nero de la persona asesinada, no registran los casos que presentan signos de violaci¨®n o tortura, no saben el estado en el que se encuentra el juicio en caso de haber arrestado a alguien...

"Me sorprendi¨® la absoluta ineficacia, incompetencia, indiferencia, insensibilidad y negligencia de la polic¨ªa [que investiga los casos de Ciudad Ju¨¢rez] que han llevado hasta ahora las indagaciones", recordaba Dato Paraam Coomarasawamy, relator especial de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU, que en 2001 viaj¨® a Ciudad Ju¨¢rez para investigar los feminicidios.

El relator, tras una reuni¨®n con agentes de polic¨ªa y fiscales, describ¨ªa su falta de inter¨¦s porque ¨¦stos llegaban a responsabilizar a las mujeres de sus muertes por su "presunta falta de moralidad". Es decir, por el tama?o del escote y de las minifaldas que vest¨ªan en el momento de su desaparici¨®n.

En el caso de Minerva, los agentes de polic¨ªa mostraron el mismo desd¨¦n. Su madre, Martina Albelda?o, recuerda: "Los polic¨ªas nos llevaron a un grupo de madres [con hijas desa-parecidas] a prost¨ªbulos en Durango, Saltillo, Monterrey, Laredo, Casas Grandes, etc¨¦tera, donde supuestamente se encontraban las j¨®venes. Ah¨ª los polic¨ªas tomaban copas, nos dejaban abandonadas en una mesa y falsificaban los recibos de las consumiciones".

Chihuahua, al estar en el mismo Estado que Ciudad Ju¨¢rez, fue el primer lugar donde se comenzaron a repetir estos cr¨ªmenes. Entre 1999 y 2004, la ONG Justicia para Nuestras Hijas tuvo conocimiento de 18 asesinatos de mujeres al estilo de Ciudad Ju¨¢rez. Seg¨²n el primer informe de la Comisi¨®n Especial de la C¨¢mara de Diputados, en 14 Estados (de un total de 32) el feminicidio es un problema grave. No pueden, sin embargo, establecer con precisi¨®n la magnitud de estos cr¨ªmenes.

Los padres de Minerva han denunciado a las autoridades del Gobierno anterior por encubrir el crimen de su hija. El mismo d¨ªa y en el mismo lugar que encontraron el cuerpo de Minerva, descubrieron el cad¨¢ver de Neyra Cervantes. Por ese crimen, la polic¨ªa detuvo a David Meza, el primo de Neyra, quien, seg¨²n las autoridades, "confes¨®" su crimen. Meza se encontraba en Chiapas, a 2.500 kil¨®metros de Chihuahua, el d¨ªa de la desaparici¨®n de Neyra. Afirma que la confesi¨®n la firm¨® tras ser torturado durante 72 horas. Seg¨²n los padres de Minerva, la polic¨ªa neg¨® tener el cuerpo de su hija, pues hacerlo demostrar¨ªa la inocencia de Meza, quien contin¨²a preso. Al ser consultada, la procuradur¨ªa de Chihuahua declin¨® hacer comentarios.

En Ciudad Ju¨¢rez pasaron ocho a?os para que las autoridades comenzaran a investigar. En el resto de M¨¦xico, estos cr¨ªmenes se registran al menos desde 2000. Aunque existe inter¨¦s por indagar qu¨¦ est¨¢ ocurriendo, hasta ahora los resultados de las comisiones especiales y de las autoridades encargadas de procurar justicia son exiguos.