"?Lo que ha tenido que sufrir mi hija!"
La familia de una mujer abrasada con l¨ªquido inflamable por su marido cuenta el calvario que pas¨® en seis a?os de matrimonio
"?Nadie sabe lo que ha tenido que sufrir mi hija en estos ¨²ltimos cuatro a?os!". Josefa, una mujer de car¨¢cter fuerte, se viene abajo. No hace m¨¢s que recordar que su hija Vanesa, de 25 a?os, permanece en estado muy grave despu¨¦s de que, el pasado 30 de julio, su marido, Horacio Barco, la rociase con un l¨ªquido inflamable y la prendiera fuego en Puertollano (Ciudad Real). Para Josefa ahora s¨®lo hay dos obsesiones: que su hija se recupere de las quemaduras que sufre en el 61% de su cuerpo y obtener la custodia de sus nietos, de tres y cuatro a?os.
Vanesa es la segunda de tres hermanos. Naci¨® el 21 de diciembre de 1979 en Madrid, porque la madre hab¨ªa ido a la capital a pasar las navidades con sus familiares. "Se adelant¨® a lo previsto y naci¨® en el inicio de las fiestas", recuerda Josefa. Estudi¨® hasta tercero de Educaci¨®n General B¨¢sica. Faltaba mucho a clase por las continuas hemorragias que sufr¨ªa; ten¨ªa que estar ingresada a menudo.
La mujer estuvo de pie, consciente, envuelta en llamas, mientras su agresor hu¨ªa corriendo
Hace ocho a?os, Vanesa comenz¨® a salir con otro chaval del pueblo, Horacio Barcos Orihuela, nacido el 14 de abril de 1977. Estuvieron de novios dos a?os hasta que, el 14 de mayo de 1999, pasaron por el altar. Seg¨²n recuerdan familiares y amigos de Vanesa, los primeros a?os fueron normales y nadie estaba enterado de los malos tratos que sufr¨ªa la mujer a manos de su marido, en especial desde hace cuatro a?os.
Comenzaron con el nacimiento del primer hijo, que ahora tiene cuatro a?os. Justo un a?o m¨¢s tarde, lleg¨® el segundo. Esta vez fue ni?a. "Cre¨ª que conoc¨ªa muy bien a mi hija, pero durante a?os no me dijo nada del calvario por el que estaba pasando", explica Josefa. El car¨¢cter afable de Vanesa, abierto, cari?oso, hasta proporciones insospechadas en algunas ocasiones, tapaban cualquier problema que tuviera.
Durante ese tiempo, el matrimonio se manten¨ªa gracias a las chapuzas y a los trabajos temporales que desempe?aba Horacio. Hac¨ªa peque?as obras para el Ayuntamiento y para alguna empresa de piedra artificial, de pintor e incluso para una firma de televisi¨®n por cable.
La caja de los horrores se abri¨® hace dos meses. El pasado 8 de junio supuso un antes y un despu¨¦s en la relaci¨®n de Vanesa y Horacio. Ella se hab¨ªa quedado en casa de sus padres, en la calle de Vel¨¢zquez n¨²mero 53 de Puertollano, mientras que su marido se hab¨ªa ido con unos amigos a tomar unas cervezas. Sobre las dos de la madrugada, el hermano de Vanesa la acompa?¨® a su casa, que est¨¢ a unos 10 minutos andando. En ese intervalo de tiempo, el marido se present¨® a recogerla en el domicilio paterno y, al encontrarla de camino, comenz¨® a insultarla. "Horacio lleg¨® a decir que la sangre iba a correr esa noche por Puertollano", a?ade la madre.
Se inici¨® entonces una fort¨ªsima discusi¨®n entre la pareja. ?l rompi¨® de un pu?etazo la ventana, al intentar agredir a Vanesa. Eso le produjo un corte en una mano. Todo ocurri¨® delante de sus dos hijos. Esa misma noche, la mujer abandon¨® su casa con los ni?os y, tras denunciar todo lo ocurrido, se march¨® a casa de sus padres.
Seg¨²n ha denunciado la familia hasta en seis ocasiones en la comisar¨ªa del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa de Puertollano, Horacio ha amenazado de muerte tanto a Vanesa como a la madre de ¨¦sta. "Le hizo la vida imposible todo el tiempo que pudo. Mi hija se dio de alta como aut¨®noma y comenz¨® a llevar el bar de la Asociaci¨®n La Fraternidad. Entonces, Horacio iba all¨ª y comenzaba a tirarle al suelo todas las botellas, la llamaba 'hija de puta' y la amenazaba con que la iba a matar. Eso lo ha visto mucha gente", afirma con indignaci¨®n el padre de Vanesa, Antonio Rodr¨ªguez.
Desde ese momento, la vida de la mujer ha sido un constante sinvivir. Toda su familia y sus amigos estaban pendientes de los tel¨¦fonos m¨®viles para ir a recogerla cuando sal¨ªa del trabajo. La avisaban de que acababan de ver a Horacio en alguna calle cercana a su domicilio, para que no saliera o para que eligiera un camino de vuelta distinto al habitual. "Nos hemos cansado de denunciar las amenazas y nadie nos ha hecho caso. Se ha saltado la orden de alejamiento que le dict¨® la juez, de 200 metros, todas las veces que ha querido", incide Antonio.
Fuentes de la Subdelegaci¨®n del Gobierno en Ciudad Real se?alaron la semana pasada que la comisar¨ªa no hab¨ªa recibido la condena de la juez de Puertollano que obligaba a Horacio a mantenerse a una distancia m¨ªnima de su esposa de 200 metros. Vanesa pidi¨® en la lectura del fallo que se anulara esta orden, pero la magistrada no le hizo caso.
"Lo lleg¨® a pasar tan mal que minti¨® a sus jefes de La Fraternidad y les dijo que le hab¨ªa salido un trabajo en el Ayuntamiento para no volver al bar. Desde hac¨ªa dos semanas estaba en el bar La Segoviana, en el centro del pueblo", recuerda Josefa. "Mi intenci¨®n era enga?arla y llevarla para Madrid con sus hijos para alejarla de todo el peligro. Iba a estar con mi familia. Lo ten¨ªa planeado para el lunes [por ma?ana] pero todo se ha precipitado", a?ade.
La tragedia se produjo sobre las nueve de la ma?ana del s¨¢bado 30 de julio, cuando Vanesa iba a despedir a Manel Murillo, un amigo de la familia que regresaba a Barcelona. ?ste insisti¨® para que no fuera con ¨¦l a la estaci¨®n, sabedor del peligro que corr¨ªa la joven. De hecho, la envi¨® un mensaje dici¨¦ndole que no fuera a la estaci¨®n porque estaba a punto de subir al tren. Pero Vanesa ya hab¨ªa salido de casa, as¨ª que la llam¨® por tel¨¦fono. La conversaci¨®n que ambos manten¨ªan ces¨® de pronto.
Manel intent¨® llamarla varias veces, pero el m¨®vil no daba ni se?al. Justo en ese momento, Horacio se acerc¨® a ella y le dio un beso. Sac¨® una botella azul no muy grande y comenz¨® a rociarla con un l¨ªquido inflamable para, acto seguido, prenderle fuego. Algunos vecinos, al ver que la arrojaba algo, pensaron que se trataba de agua, dado el calor que comenzaba a hacer, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. La mujer se qued¨® de pie, consciente, mientras ard¨ªa. Algunos vecinos acudieron a socorrerla y avisaron a los servicios de emergencia. Su agresor huy¨® a la carrera.
Mientras llegaba la ambulancia pudo decir c¨®mo se llamaba y qui¨¦n la hab¨ªa intentado asesinar. Tras recibir las primeras curas, fue trasladada a la Unidad de Grandes Quemados del Hospital de Getafe, uno de los mejores de toda Espa?a en esta especialidad. Horacio era detenido al poco por la polic¨ªa. No opuso resistencia y reconoci¨® lo que acababa de suceder. La juez de Puertollano que instruye el caso orden¨® su ingreso en la c¨¢rcel de Herrera de la Mancha, en Manzanares.
"Ahora querr¨¢n decir que est¨¢ loco. Su familia va diciendo que ha visitado cinco veces El Carmen [un psiqui¨¢trico de Ciudad Real], pero todo es mentira. Lo que le hizo a mi hija se lo hizo con premeditaci¨®n y sabiendo muy bien lo que hac¨ªa", protesta Josefa.
Paradojas de la vida, Horacio hab¨ªa quedado citado ese fat¨ªdico s¨¢bado a las once con Antonio, el padre de Vanesa, para intentar arreglar la situaci¨®n de la pareja. No tuvo oportunidad. "S¨®lo quiero que se pudra en la c¨¢rcel y que no vuelva a salir en toda su vida. Mi hija podr¨ªa estar en el cementerio y eso no se lo perdonar¨¦ nunca", dice con voz de odio y dolor Antonio.
Una recuperaci¨®n muy lenta
Vanesa Rodr¨ªguez evoluciona muy bien de sus graves heridas. Eso al menos es lo que dicen los m¨¦dicos a su familia. Fue sometida a una intervenci¨®n el pasado martes para hacerle injertos en las piernas y en un brazo. "Los m¨¦dicos nos han dicho que le ha bajado bastante la inflamaci¨®n de coraz¨®n y que los pulmones y los ri?ones comienzan a funcionar mejor", explica Josefa, su madre.
El pr¨®ximo martes, Vanesa se someter¨¢ a otra operaci¨®n para nuevas curas en la espalda y el pecho. Los m¨¦dicos ya les han dicho que la recuperaci¨®n ser¨¢ lenta. Deber¨¢ estar sedada, como hasta ahora, durante un mes y medio como m¨ªnimo. A partir de ah¨ª, permanecer¨¢ ingresada un a?o, para que la piel se regenere y pueda superar las graves lesiones producidas que sufre.
La familia es muy optimista y espera que todo pase cuanto antes. "Es una chica joven, con ganas de vivir, y seguro que sale adelante", a?ade Josefa. ?sta tiene previsto irse a vivir con sus nietos al distrito madrile?o de Moratalaz. Quiere alejarlos de la tragedia que han sufrido poniendo tierra de por medio. "No saben nada. Creen que su madre est¨¢ ingresada por un dolor de barriga. Cuando pase el tiempo, ir¨¢n a psic¨®logos que les expliquen lo que pas¨®", confiesa.
La familia de Vanesa est¨¢ muy agradecida al Ayuntamiento de Puertollano y al alcalde, Joaqu¨ªn Hermoso Murillo, que se han volcado en atenciones. De hecho, el municipio pagar¨¢ el piso de alquiler en Moratalaz y todos los gastos de los nietos durante el tiempo que sea necesario. La Junta de Castilla-La Mancha se personar¨¢ como acci¨®n popular en el juicio contra el marido de Vanesa.
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