Koizumi envida
La convocatoria en Jap¨®n de elecciones anticipadas en septiembre es una arriesgada apuesta de Junichiro Koizumi. Su fulminante decisi¨®n sigue a la rebeli¨®n de una treintena de senadores del partido gobernante que se abstuvieron o votaron ayer con la oposici¨®n contra el crucial proyecto de ley del primer ministro para privatizar el sistema postal nip¨®n, un conglomerado que maneja m¨¢s de dos billones y medio de euros. Koizumi espera que las elecciones a la C¨¢mara baja del mes pr¨®ximo le permitan desembarazarse del sector antireformista del Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD), que gobierna Jap¨®n pr¨¢cticamente sin interrupci¨®n desde hace medio siglo.
Correos no es exactamente lo que su nombre sugiere. El servicio propiamente postal es s¨®lo un ap¨¦ndice de una gigantesca red que engloba a la mayor caja de ahorros del mundo y a una compa?¨ªa de seguros de dimensiones similares. Pero no se trata solamente de un tit¨¢n financiero. En su papel de mayor comprador de deuda p¨²blica del Estado y fuente de financiaci¨®n alternativa a los Presupuestos, el dinero del sistema postal ha permitido tradicionalmente a los pol¨ªticos del PLD gastar mucho m¨¢s de lo necesario. De sus arcas se pagan por igual grandes obras p¨²blicas que favores pol¨ªticos. Y con m¨¢s de 250.000 empleados y una insuperable implantaci¨®n rural, funciona tambi¨¦n como cantera de votos.
La liberaci¨®n de sus fondos a la econom¨ªa productiva -"la mayor reforma en Jap¨®n desde la era Meiji"- se ha convertido en la obsesi¨®n pol¨ªtica del primer ministro. Koizumi considera adem¨¢s la privatizaci¨®n postal, que pas¨® con apuros la criba de la C¨¢mara baja el mes pasado, indispensable para alejar al PLD del dinero f¨¢cil, fuente inagotable de esc¨¢ndalos pol¨ªticos. Para el sector m¨¢s petrificado del partido, sin embargo, la agenda reformista del jefe del Gobierno es anatema, y la divisi¨®n ha adquirido cuerpo entre muchos diputados, vinculados al estatu quo por encima de cualquier otra cosa. Para ellos, perder semejante hucha equivale a arruinar unas maquinarias pol¨ªticas engrasadas y a la virtual entrega de sus esca?os de la C¨¢mara baja -el Senado es indisoluble- a la oposici¨®n del Partido Democr¨¢tico.
El envite de Koizumi se produce en momentos bajos del l¨ªder nip¨®n, el m¨¢s duradero en dos d¨¦cadas. Su popularidad, mucho tiempo en torno al 80%, ha bajado a la mitad. Refleja la disconformidad ciudadana con un primer ministro que no acaba de lanzar la econom¨ªa, aunque en los ¨²ltimos meses los signos son esperanzadores, y cuyas prioridades no comparten. Mucho m¨¢s que la privatizaci¨®n postal, a los votantes japoneses, seg¨²n los sondeos, les importan las pensiones o la pol¨ªtica exterior, terreno ¨¦ste donde Tokio tiene contenciosos espec¨ªficos con China o Corea del Sur. Tambi¨¦n en este sentido, las apresuradas elecciones del mes pr¨®ximo representan para Koizumi la jugada m¨¢s expuesta de su carrera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.