Una pr¨¦dica espectacular
Sonaba Where the streets have no name y 80.000 gargantas coreaban el estribillo mientras 80.000 pares de manos se abr¨ªan en el aire mecidas por otros tantos brazos. Una estampa de multitudes, una imagen que define lo que es el rock de estadio, una sensaci¨®n de sobrecogedor gregarismo s¨®lo conseguida por artistas con ascendente y poder de seducci¨®n. El Camp Nou se dej¨® aplanar por U2. Estas im¨¢genes fueron pauta en una actuaci¨®n triunfal cuyo fundamento radic¨® en el gigantismo del montaje, as¨ª como en el clasicismo de piezas a?ejas.
U2 apelaron al "ande o no ande, caballo grande", sugiriendo que el tama?o s¨ª importa. Porque finalmente s¨®lo hubo tama?o, ya que la imaginaci¨®n no jug¨® un papel destacado en el montaje, que no destac¨® ni por iluminaci¨®n ni menos a¨²n por el partido que se obtuvo de una gigantesca pantalla en la que se proyectaron motivos anodinos, despreci¨¢ndose un contenido visual m¨¢s original. Para eso est¨¢n Madonna o Pet Shop Boys, incluso REM, que en su ¨²ltima gira demostraron qu¨¦ se puede hacer con unas pantallas.
Solidaridad espect¨¢culo
El otro aspecto cuestionable del concierto es que Bono ya ha convertido su solidaridad en un elemento m¨¢s del espect¨¢culo. No es que en el espect¨¢culo manifieste sus ideas, es que sus ideas ya son espect¨¢culo en s¨ª mismas. Solicit¨® se enviasen SMS para ayudar a ?frica y miles de m¨®viles hicieron titilar sus pantallas llenando las gradas de luz digital. Jug¨® con los tres s¨ªmbolos de las religiones monote¨ªstas para pedir respeto y convivencia, pero luego s¨®lo se acord¨® de las v¨ªctimas del terrorismo integrista. En este contexto, la solidaridad tiene una carga sem¨¢ntica nada neutra que Bono, un personaje que se debe creer necesario, olvida absolutamente. ?l est¨¢ aqu¨ª para redimir, liberar y concienciar porque es un "enrollado". Bono no monta un circo como los Stones, monta un p¨²lpito bestial y desde all¨ª se deja o¨ªr.
Siguiendo con comparaciones de estadio, U2 tampoco son Bruce Springsteen, un artista capaz de electrizar multitudes s¨®lo con su m¨²sica, su carisma y su vitalidad. U2 son el carisma de Bono, que no es un carisma animal, sino el refinado carisma del hombre preocupado y sensible que tiene tantas inquietudes que no le caben dentro. Por eso canta como si predicase, por eso se mueve como si lo importante no fuese ir de un lugar a otro, sino dejarse ver en el traslado, por eso la ¨¦pica de un sonido grandilocuente, por eso las simpat¨ªas que despierta la banda.
Todos estos valores explotaron con un repertorio que funcion¨® razonablemente. Los temas antiguos fueron junto a piezas como Vertigo o Elevation las claves de sustentaci¨®n del repertorio, que sufri¨® retenciones cuando las canciones eran las nuevas. Esto no supuso problema alguno para una banda que puede autoafirmarse con un cancionero amplio. Eso es lo que hizo U2 en su triunfal concierto barcelon¨¦s: autoafirmarse ante una multitud que fue el mayor espect¨¢culo de la noche.
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