Las ense?anzas del buen Bono
El cantante de U2 consigue electrizar con su m¨²sica y adem¨¢s que se salga del concierto siendo mejor persona
En este mundo canalla, tantas veces dispuesto a desprestigiar las buenas intenciones, no es f¨¢cil sobrevivir a una reputaci¨®n de santo, y Bono, el cantante de U2, lo ha conseguido. Pero ¨¦se no es m¨¢s que uno de sus m¨¦ritos. Tambi¨¦n ha sido capaz de mantener unida su banda 26 a?os; de conseguir que los pol¨ªticos m¨¢s poderosos del planeta lo escuchen; que Bob Dylan lo ame y colabore en sus discos o que Bruce Springsteen lo defina como alguien que "s¨®lo se preocup¨® de conquistar este mundo para poder conquistar desde aqu¨ª el siguiente". Pero, sobre todo, capaz de robarle a los cantautores la canci¨®n protesta para tra¨¦rsela hasta la modernidad: es fant¨¢stico recibir los mensajes solidarios de este hombre al que cuatro c¨ªnicos han bautizado ir¨®nicamente como San Bono, en mitad de un espect¨¢culo vanguardista en el que no se ahorran alardes t¨¦cnicos que te invadan por los ojos y los o¨ªdos adem¨¢s de por el coraz¨®n. Y con una m¨²sica que, cuando quiere, te mete a Fred Astaire y Ginger Rogers en los pies. Al diablo con la camisa negra, el taburete y la guitarra de palo.
Es fant¨¢stico recibir los mensajes solidarios de este hombre al que cuatro c¨ªnicos han bautizado ir¨®nicamente como San Bono
La ¨²nica fama injusta que precede a Bono es la de buen cantante. Una calumnia: no es bueno, es absolutamente maravilloso
En el Camp Nou, mientras en la gigantesca pantalla que hay tras el grupo en esta gira llov¨ªan banderas electr¨®nicas; o las caras de los presidentes de Estados Unidos, Rusia y Reino Unido daban vueltas, como en una descomunal m¨¢quina tragaperras, para que el respetable las abucheara; o iban pasando lentamente los art¨ªculos de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, ese irland¨¦s rebelde, de 45 a?os, que alguna vez se llam¨® Paul Hewson y hace mucho que es Bono para siempre, record¨® los atentados y a las v¨ªctimas de Londres, Egipto, Turqu¨ªa y Madrid, pero tambi¨¦n dijo: "No cometamos el error de convertirnos en monstruos para vencer al monstruo". Un poco m¨¢s tarde, cuando lo que se ve¨ªa a su espalda era la silueta de un mapa de ?frica, le pidi¨® al p¨²blico que iluminase las pantallas de los m¨®viles y los enarbolara como si fuesen velas. Las luces de 80.000 tel¨¦fonos agujerearon la oscuridad. "Qu¨¦ hermoso, es como una constelaci¨®n", dijo Bono, y despu¨¦s dio un n¨²mero, el 5.039, para que los asistentes mandaran un SMS con la palabra ?frica seguida de sus nombres. El dinero de esas llamadas ser¨ªa entregado a organizaciones que luchan contra el hambre en el continente m¨¢s deprimido del planeta. Hacia el final del concierto, los nombres de las personas que hab¨ªan enviado los mensajes corrieron por otra de las pantallas, escritos en grandes letras rojas. El ¨²ltimo de esos nombres era Raquel. Qu¨¦ curioso, podr¨ªan ser las siglas de: "Recuerda a qui¨¦n elegir". Justo el grito que, con diferentes palabras, estuvo dando el cantante de U2 toda la noche.
La militancia de Bono es generosa, pero tambi¨¦n perseverante. No en vano, el propio Springsteen lo ha definido como "un tipo capaz de venderte el puente de Brooklyn". Y lo cierto es que, con tal de hacer llegar su m¨²sica y sus mensajes a los espectadores, Bono hace de todo menos bailar: pide palmas y coros; toca unos tambores y, ocasionalmente, la guitarra ac¨²stica; se venda los ojos y anda a ciegas por el escenario; intercala en los temas de U2 fragmentos de los Beatles, George Harrison, los Who o Bob Marley; camina hacia el coraz¨®n del p¨²blico por las tres pasarelas que salen del escenario, le da la mano a algunos de los que se la tienden; saca a una chica a bailar, canta abrazado a ella, le da un beso, la ayuda caballerosamente a volver a la multitud... Y le hace fotos a la gente. Y habla en espa?ol y en catal¨¢n, incluso dentro de las canciones -"Estamos aqu¨ª unidos, Barcelona", enton¨® en City of bilnding lights...-.En el Camp Nou, se envolvi¨® en una senyera, le regal¨® a The Edge, que ese d¨ªa cumpl¨ªa 44 a?os, una camiseta del Barcelona con el 10 de Ronaldinho y le dio a beber cava. "The Edge toca as¨ª la guitarra porque viene del futuro", dijo. "En el futuro,
los d¨ªas es tu cumplea?os". Otra de las canciones,
que en el disco Passengers est¨¢ interpretada a d¨²o con Luciano Pavarotti, se la dedic¨® a su padre, "un hombre de clase obrera al que le gustaba la ¨®pera. Al volver a casa encend¨ªa la radio, tomaba prestadas las agujas de punto a mi madre y dirig¨ªa con ellas la orquesta". Bono interpret¨® el tema en italiano y con una voz estremecedora, inacabable, que convirti¨® a Pavarotti en un pregonero de fruta. Porque, claro, casi se me olvidaba decirlo: la ¨²nica fama injusta que precede a Bono es la de buen cantante. Una verdadera calumnia: no es bueno, es absolutamente maravilloso.
Junto a Bono, las otras tres cuartas partes de U2 tambi¨¦n saben hacer su trabajo, desde los primeros compases de Vertigo, la canci¨®n que abre y cierra el concierto, hasta el final. Eso sirve para el bajista Adam Clayton y el bater¨ªa Larry Mullen, pero especialmente para The Edge, tan imperturbable y despacioso que parece justo lo contrario de sus propias manos: Springsteen tambi¨¦n se refiri¨® a ¨¦l cuando dio un discurso de bienvenida a U2 en el Rock and Roll Hall of Fame, y fue para calificarlo como una mezcla de Jimmy Hendrix, Neil Young y Chuck Berry. Casi nada.
Los malvados del mundo han acusado a Bono de mil cosas distintas, entre ellas las de creerse un mes¨ªas -aunque ¨¦l, que es cat¨®lico no practicante, dice que la religi¨®n es el gran enemigo de Dios- y de ser un tibur¨®n de las finanzas que aspira a ser ni m¨¢s ni menos que presidente del Banco Mundial -es decir, que lo acusan de querer ser ellos-, pero los asistentes al espect¨¢culo de U2 en Barcelona no s¨®lo fueron felices de esa manera efervescente y sin edad en la que uno s¨®lo puede serlo en un concierto de rock and roll, dieron saltos y cantaron a coro los himnos cl¨¢sicos y nuevos de U2, desde I still haven't found what I'm looking for, One love o I will follow hasta la propia Vertigo. Pero hay algo m¨¢s, y ese algo m¨¢s es lo que m¨¢s parece importarle a Bono y lo que hace sus actuaciones muy distintas de todas las dem¨¢s: es que al comp¨¢s de la m¨²sica, por encima de los rayos l¨¢ser, las pantallas de plasma o la niebla artificial, de un concierto de U2 o sales convertido en mejor persona o es que no se tiene coraz¨®n.
Y todo, porque Bono te lo pide. Gracias, t¨ªo, bendito seas.
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