Zapeando con Zipi y Zape
Compruebo que es muy distinto navegar por las ondas hercianas que hacerlo por el ciberespacio, zapear con el mando a distancia que con el teclado de Internet. Son dos operaciones manuales id¨¦nticas, incluso un mismo verbo admitido por la Real Academia, pero nada que ver. El otro d¨ªa me pas¨¦ todo el santo prime time en plan homo zapping. Zapeaba obsesiva y compulsivamente, como dir¨ªa un "psi" de esos libros de autoayuda que compro en el aeropuerto. Saltaba fren¨¦ticamente con el mando a distancia de un canal al otro. Del jurado de la Operaci¨®n Triunfo, jaleado por ese chico que continuamente cambia de look metrosexual, a las televisiones locales de mi pueblo, con pel¨ªculas infames pero sepias, tertulias pol¨ªticas (?en agosto!) con el inconfundible tonillo Cope, ahora elevado por Esperanza Aguirre a categor¨ªa suprema de la televisi¨®n del futuro, al menos del futuro de Madrid, y que como yo veo las teles, incluso las locales, en una pantalla plana, se me transforma en Zaplana, que dir¨ªa Juan Cruz homenajeando a Cabrera Infante. Pasando de un Frasier ya disfrutado el siglo pasado a un musical de La Primera con inolcultable estilo Bollywood, a dos cap¨ªtulos de la estupenda serie 24 y que ya hab¨ªa disfrutado en DVD comprado hace la tira en El Corte Ingl¨¦s. Y as¨ª continuamente. Por ese lado del zapeo televisivo no hab¨ªa novedades y s¨®lo se trataba de brincar de lo ya masticado a lo ya visto, del m¨¢s rancio chicle visual made in USA a la m¨¢s reciente papilla de fabricaci¨®n nacional, de un remake en directo (Telecinco) a otro en diferido (El verano de tu vida).
Cuando estoy delante de la tele mi zapeo es mec¨¢nico, pero cuando estoy en la Red es puramente obsesivo
A ver si tengo m¨¢s suerte con la otra pantalla plana, me dije. Y entonces me puse a zapear por las webs de Internet, saltando fronteras a la caza y captura de blogs, bit¨¢coras, chateos o conspiraciones estilo C¨®digo Da Vinci, porque ¨²ltimamente me enganchan los sitios de la Red especializados en contar interioridades de los spin doctors de Bush, esos ocultos manipuladores de opini¨®n de la Casa Blanca, y no precisamente la del presidente Bartlet de la serie, y sus nada imaginarias redes subterr¨¢neas. Y, por cierto, que los disc¨ªpulos espa?oles de los spin doctors de Bush, conectados on line con sus mentores, siguen en sus trece conspirativos despu¨¦s del 14-M y por tierra period¨ªstica, mar radiof¨®nico y confidenciales digitales.
Pero tambi¨¦n me aburr¨ª en el ciberespacio durante el prime time del otro d¨ªa. En cualquier caso, mientras hac¨ªa ambos surfeos, confirm¨¦ una sospecha mediol¨®gica, como ahora dicen que se dice, en pleno arrebato de sargento zapador. Les puedo garantizar como homo zapping que soy, y a mucha honra, que no es lo mismo hacerlo delante de la pantalla de nuestra muy fronterizada televisi¨®n que hacerlo delante de la pantalla sin fronteras de Internet. Les cuento mi particular experiencia de doble uso a sabiendas de que estoy transgrediendo un principio sagrado de este peri¨®dico ("En agosto, Juan¨ªn, estamos para divertir, no para teorizar"), pero no lo puedo reprimir luego del prime time saltimbanqui.
Cuando estoy delante del plasma de la tele mi zapeo es mec¨¢nico, compulsivo, pero cuando estoy delante de la pantalla de cristal l¨ªquido de la Red es puramente obsesivo. En un sitio necesito cortar -con la publicidad, el aburrimiento, la papilla rosa del teleturmix nacional, las cosas de segunda mano, tanta redundancia-, pero con las pantallas de los blogs, las webs, los chats o como diablos se llamen esas interactividades- yo propuse "bit¨¢cora", pero fracas¨®- utilizo el zapeo para avanzar, ir m¨¢s all¨¢, separar la paja y las pajas ideol¨®gicas del trigo racional, sea local o global. Y ahora me pongo en plan seminario tipo Men¨¦ndez y Pelayo: "...porque a fin de cuentas, las relaciones entre la mano y el cerebro, como se sabe desde Leroi-Gourhan, han sido decisivas e irreversibles en la formaci¨®n y evoluci¨®n del homo sapiens".
El homo zapping de la caverna primitiva -la anal¨®gica de Plat¨®n- utiliza la mano para teclear en el mando a distancia sus cabreos personales, sus iras tribales, sus deseos m¨¢gicos y cham¨¢nicos. Pero el homo zapping del ciberespacio, el digital, utiliza los dedos de teclear en el PC para buscar ansiosamente, y por brinco desfronterizado, las novedades del mundo exterior, a ser posible racionales, cosmopolitas y un pel¨ªn kantianas.
En una pr¨®xima edici¨®n del Diccionario de la Real deber¨ªan matizar este doble uso en el gen¨¦rico "zapear". Un nieto legal de Zipi y Zape, los aut¨¦nticos fundadores del verbo.
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