Lecciones desde Osuna
Reina y Barrios pasan a semifinales de 800; Olmedo, herido, abandona
Por amor, Manolo Olmedo dej¨® Sevilla y se fue a vivir, a entrenar, a crecer, a Valladolid, qu¨¦ fr¨ªo. Por dolor, Manolo Olmedo, joven esperanza del 800 espa?ol, otro de la escuela andaluza que llegaba como nunca tras un a?o de entrenamientos en las nieblas de Pucela, abandon¨® mediada su serie de los 800 metros, sangre corriendo muslo abajo, el recuerdo de los clavos afilados de David Krummenacker profundamente marcado.
Antonio Manuel Reina, Quillo para el mundo atl¨¦tico mundial, es de Osuna y no se ir¨ªa de Sevilla ni jarto grifa. "A Reina no hay quien lo cambie", dice su entrenador, Manolo Alcaide. "Y que nadie lo intente. No tiene sentido. Para Reina hay otras cosas en la vida aparte del atletismo, o el amor, y hace bien".
"A Reina no hay quien lo cambie y que nadie lo intente", dice Manolo Alcaide, su entrenador
Reina, que ya tiene 24 a?os, que a¨²n tiene 24 a?os, prefiere comer patatas fritas de bolsa o hamburguesas que seguir una dieta cient¨ªfica, prefiere las buenas sensaciones a las agendas r¨ªgidas, prefiere unas risas a la seriedad monacal de otros atletas. "Y si uno disfruta de la vida es mejor atleta", a?ade Alcaide. "No s¨¦ qu¨¦ ser¨ªa de Reina si fuera un cient¨ªfico, no s¨¦". Con Alcaide, poco a poco, sin tirones, sin bruscos acelerones, ha ido haciendo su cuerpo a la prueba de los 800, la ¨²ltima prueba de velocidad, el 400 alargado que exige el metabolismo anaer¨®bico m¨¢s perfeccionado, el mejor control de los dep¨®sitos de gluc¨®geno, la fuerza flexible que no es s¨®lo la fuerza bruta que dan las pesas sin m¨¢s, la resistencia aer¨®bica que permita llegar al toque de la campana fresco, como si se partiera de cero. "Y este a?o nos hemos permitido ir un paso m¨¢s adelante en su modelado", dice Alcaide. "Este a?o su cuerpo es m¨¢s maduro y ha podido hacer m¨¢s trabajo de fuerza. Y aunque parezca parad¨®jico ha perdido volumen y peso, pero ha ganado en fuerza flexible, que es la que permite la velocidad. Y tambi¨¦n hemos trabajado mucho el 400, donde puede bajar de 46s, o de 35s en los 300. Y ah¨ª est¨¢ la clave del 800 actual".
Pero para contradecir a Alcaide, aunque s¨®lo sea por animar la velada un poco, el 800 actual es bastante m¨¢s. Es un mundo variado donde conviven el 1,92 metros de Eugenio Barrios, el gigante de Alc¨¢zar de San Juan (Ciudad Real), que se clasific¨® por tiempos, llegada crispada, ag¨®nica, en la ¨²ltima serie, y el apenas 1,60 metros de Belal Mansoor Ali, el joven de Bahrein, de s¨®lo 16 a?os, que gan¨® hace un mes el Mundial juvenil de 1.500 y que tambi¨¦n gan¨® la serie de Barrios. Un mundo el del 800 en el que Rachid Ramzi, el marroqu¨ª de Bahrein que hab¨ªa ganado menos de 24 horas de salir ayer a exhibirse en su serie la final de 1.500, quiere construir una casa ins¨®lita, pues nadie antes en un Mundial ha doblado victoriosamente 800 y 1.500; un mundo en el que ha florecido el talento an¨¢rquico del campe¨®n ol¨ªmpico Yuri Borzakovski, o en el que ha crecido la barba fundamentalista de Djabir Said-Guerni, campe¨®n mundial en Par¨ªs; un mundo que ha permitido que el hijo de Billy Koncellah, el keniano doble campe¨®n mundial en 1987 y 1991 se llame Yusef Saad Kamel, corra con la camiseta de Bahrein y sea el gran favorito para la final. Un mundo en el que el Quillo Reina se siente ya tan a gusto que ayer se permiti¨® sentar c¨¢tedra, dictar algunas lecciones desde la curva.
Al toque de campana, Reina, que no quer¨ªa sorpresas, que se sent¨ªa lo suficientemente fuerte e inspirado como para forzar su destino, que se sent¨ªa lo suficientemente pesado de piernas por el fr¨ªo como para necesitar soltarlas, se puso por delante, por fuera de la calle uno, en paralelo con Sheridan Kirk, que ocupaba la cuerda. Y desde all¨ª, en plan pantalla, hizo los 400 segundos metros que dicen los libros que hay que hacer en una serie para clasificarse no sin sufrir, que en los 800 siempre se sufre, sino haciendo sufrir a los dem¨¢s. Todo el que quisiera pasar por delante deber¨ªa adelantar por fuera, hacer un sobreesfuerzo, abrirse para no rozarse con Reina, con un f¨ªsico que impone. All¨ª sigui¨® tambi¨¦n en la ¨²ltima curva, en la que aceleraba ligeramente siempre que ve¨ªa por el retrovisor que alguien quer¨ªa pasarle por fuera, y le dejaba sin aliento. Y all¨ª sigui¨® en la ¨²ltima recta, con el viento de cara, la melena suelta hacia atr¨¢s, la musculatura menos crispada que otros a?os, m¨¢s suelta, m¨¢s flexible. M¨¢s libre. Gan¨® su serie. Se gan¨® el respeto de sus rivales.
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