El didactismo de Comediants
El incendio de la biblioteca nacional de Bagdad durante la ocupaci¨®n de Irak por el ej¨¦rcito estadounidense en abril de 2003 sirve a Joan Font de punto de partida para llevar a escena las m¨ªticas Mil y una noches de la literatura ¨¢rabe medieval. Tras el estreno absoluto del montaje en un marco tan id¨®neo como son los jardines del Alc¨¢zar en C¨®rdoba, Comediants present¨® sus Mil i una nits en el XIX Festival Castell de Peralada el pasado viernes, noche de estrellas fugaces, deseos soterrados y n¨ªtida media luna que aguant¨® las casi dos horas del espect¨¢culo de pie. Joan Font, el director de la compa?¨ªa catalana, tuvo unas sentidas palabras de recuerdo para su hermano Joaquim y para Joan Grau, director de S¨¨mola Teatre, ambos fallecidos recientemente.
Les mil i una nits de Comediants se fueron dibujando lentamente a partir de un andamiaje met¨¢lico en cuyos estantes se amontonan bloques de libros de cart¨®n piedra o similar, obra del artista pl¨¢stico y escen¨®grafo Frederic Amat. En este sencillo y trillado espacio esc¨¦nico, que quiere evocar el desolado fondo bibliogr¨¢fico de la biblioteca de Bagdad, aparece un grupo de j¨®venes, vestidos con monos de trabajo, que se disponen a ordenar y custodiar lo que ha quedado a salvo de las llamas y el saqueo. Salima, una joven de larga cabellera negra envuelta en una fina tela roja, surge de entre las cenizas abrazada al volumen de Las mil y una noches. Ella (Txe Arana, la ¨²nica que nos recuerda -con sus leves gestos y su envolvente timbre de voz exento del registro catalanufo de sus compa?eros, tan caracter¨ªstico, por otro lado, de la compa?¨ªa- que estamos en Arabia), como Xahrazad, es la narradora de los relatos escogidos por Font y Luisa Hurtado, responsables de la adaptaci¨®n y de la dramaturgia. Los j¨®venes okupas cambian sus granotes por otras telas m¨¢s livianas y se transforman a su vez en los personajes protagonistas de estos cuentos an¨®nimos. Y as¨ª es como nos llegan, uno tras otro, salvo alguna interrupci¨®n por parte de los saqueadores que nos devuelven a la actualidad.
Arropados por los ritmos orientales que se fusionan con el jazz y el flamenco en directo que sale del la¨²d de Gani Mirzo, al frente de la partitura musical, de la c¨¢lida voz de Neila Amel Ben Bey y del violonchelo, la guitarra espa?ola y la percusi¨®n, el resto de los int¨¦rpretes (Queralt Albinyana, Isaac Alcayde, Alma Alonso, Mia Castellv¨ª, Jos¨¦ Pedro Garc¨ªa, Roger Juli¨¤, Jordi Rallo e Ivan T¨¤pia) se van reencarnando en genios, magos, princesas, visires, marineros, esclavas, bufones en una sucesi¨®n de escenas que acaban por confundirse en un trazo demasiado grueso.
No hay matices que diferencien un cuento de otro, ni de ritmo, ni de iluminaci¨®n, por lo que el conjunto se hace reiterativo y aburrido. No hay sensualidad, no hay erotismo (a pesar de los cuerpos desnudos que se pasean por el escenario y los falos erectos como cimitarras que se insin¨²an a trav¨¦s de los pl¨¢sticos que recubren inicialmente parte del andamio), no hay magia.
Estos tres elementos clave que se asocian a los relatos en cuesti¨®n son aqu¨ª sustituidos por la ingenuidad deliberada de Comediants, una simpleza que raya la bober¨ªa y que suele hacer las delicias de los m¨¢s peque?os. Si no fuera por las expl¨ªcitas referencias sexuales y por su larga duraci¨®n, este montaje podr¨ªa ser una buena manera de acercar Las mil y una noches al p¨²blico infantil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.