El tr¨¢gico precedente del Yak-42
62 militares espa?oles perdieron la vida en Trabzon (Turqu¨ªa) el 26 de mayo de 2003 cuando regresaban de una misi¨®n en Afganist¨¢n
El 26 de mayo de 2003 se produjo el peor accidente de las Fuerzas Armadas espa?olas. Un total de 62 militares perdieron la vida al estrellarse el avi¨®n en el que regresaban a Espa?a -un Yakolev 42 ucranio- tras cuatro meses de misi¨®n humanitaria en Kabul, la capital de Afganist¨¢n. Tras dos intentos frustrados de aterrizaje en el aeropuerto turco de Trabzon, donde deb¨ªa repostar, la aeronave se estrell¨®. Nunca lleg¨® a Zaragoza, donde se le esperaba de madrugada: qued¨® hecho trizas en el alto de una monta?a, a 50 kil¨®metros de Trabzon.
Pero el accidente gener¨® adem¨¢s una posterior cadena de episodios tr¨¢gicos. El m¨¢s dram¨¢tico, cuando se descubri¨® que el empe?o del entonces ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, de repatriar los cuerpos de forma inmediata -s¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s- provoc¨® que 30 de los cuerpos fueran incorrectamente identificados. El equipo enviado por el anterior Gobierno para que colaborase con Turqu¨ªa en las identificaciones err¨® en todos los casos que se le encomendaron. Ni siquiera intentaron identificar a los 30 fallecidos asignados por las autoridades turcas. Este hecho sali¨® a la luz en septiembre de 2004, despu¨¦s de que se cotejaran las muestras de ADN de las v¨ªctimas con las de sus familiares. El Ministerio de Defensa durante la etapa del PP hab¨ªa negado que se hubiesen tomado muestras a los militares. Tras destaparse los errores, varios cad¨¢veres fueron exhumados para ser entregados a sus verdaderas familias.
En las investigaciones posteriores al siniestro tambi¨¦n se descubri¨® que el aparato, contratado por la Agencia NAMSA de la OTAN, hab¨ªa pasado por varias subcontratas, en las que se perdi¨® el seguro de vida de los militares. Hasta seis intermediarios intervinieron y cada una cobr¨® su comisi¨®n correspondiente. NAMSA reconoci¨® su responsabilidad en este hecho, pero indic¨® que la responsabilidad de control era compartida con el Ministerio de Defensa espa?ol.
Las denuncias previas al siniestro de algunos mandos por las malas condiciones de los aparatos fletados por el Ministerio de Defensa para transportar a las tropas espa?olas en misiones de paz comenzaron entonces a emerger. Estos aviones eran conocidos por quienes hab¨ªan viajado en ellos como "chatarras volantes". La investigaci¨®n interna de Defensa admiti¨® que las quejas elevadas por los mandos sobre irregularidades en aviones ex sovi¨¦ticos -algunas de las cuales afectaban a la seguridad- no sirvieron para corregirlas, "a la vista de la reiteraci¨®n en determinados incumplimientos", pero apunt¨® a la responsabilidad de la agencia NAMSA en las anomal¨ªas.
En ese mismo informe, se constat¨® que se elevaron 14 partes de queja en tan solo 43 vuelos. En algunos de ellos se hac¨ªa referencia a aspectos graves. Las deficiencias de estos vuelos fueron corroboradas por el servicio secreto del Ej¨¦rcito de Tierra y por el Centro Nacional de Inteligencia.
Las desavenencias entre Trillo y la mayor¨ªa de los familiares de las v¨ªctimas han sido una constante. ?stos han denunciado continuamente su mala gesti¨®n en la crisis, el abandono sufrido por el departamento que dirig¨ªa el ex ministro, e incluso llegaron a lanzar acusaciones de moverse por intereses pol¨ªticos. Trillo fue reprobado hace dos meses en el Congreso. En su intervenci¨®n, el ahora diputado del PP neg¨® cualquier error y responsabiliz¨® de lo ocurrido a los mandos militares. Tras el accidente, Trillo achac¨® el accidente a "las circunstancias meteorol¨®gicas fort¨ªsimas de tormenta y niebla", y defendi¨® que los Yak-42 era "excelentes, con plena garant¨ªa y revisados por la Alianza Atl¨¢ntica".
Este extremo fue negado por la OTAN, que s¨®lo se encarga de revisar la documentaci¨®n. El borrador del informe de la comisi¨®n internacional que se cre¨® en Turqu¨ªa para investigar el accidente desvel¨® que las condiciones meteorol¨®gicas eran adecuadas y que la "extrema fatiga" y la "inexperiencia" de los pilotos fue la principal causa del siniestro.
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