El adi¨®s a Gaza

El desalojo forzoso de los colonos jud¨ªos que se niegan a abandonar sus hogares en los asentamientos en la franja de Gaza se est¨¢ realizando a buen ritmo y sin que se hayan producido los grandes disturbios que muchos pronosticaban. Seg¨²n fuentes militares israel¨ªes, m¨¢s de la mitad de los cerca de 9.000 colonos ya han abandonado el territorio sin apenas resistencia.

Es cierto que a¨²n permanecen en el interior de algunos asentamientos los n¨²cleos m¨¢s radicalizados de sus habitantes junto a algunos miles de militantes llegados en su apoyo. Sin embargo, todo parece indicar que la presencia de colonos en Gaza, que comenz¨® hace 37 a?os, concluir¨¢ mucho antes de la fecha prevista del 3 de septiembre. Todo ello es una buena noticia, aunque empa?ada por el asesinato ayer de tres ciudadanos palestinos por parte de un desequilibrado israel¨ª, un hecho que tuvo el precedente del soldado israel¨ª que dispar¨® contra los pasajeros ¨¢rabes de un autob¨²s en Israel hace dos semanas. Pese al clima de tensi¨®n emocional, los incidentes han sido m¨ªnimos y el apoyo mayoritario a la retirada ha acabado por ahogar las protestas. Tambi¨¦n la parte palestina ha demostrado su voluntad de no entorpecer la operaci¨®n y hasta los elementos m¨¢s radicales, como Ham¨¢s, han permanecido inactivos.

La hist¨®rica operaci¨®n puede ya considerarse un ¨¦xito del Gobierno de Sharon. Pero s¨®lo tendr¨¢ el efecto deseado -abrir las puertas a un proceso real de paz- si le siguen otros pasos similares en Cisjordania. Todo el mundo es consciente de que ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil, sobre todo dada la cantidad y el tama?o de los asentamientos all¨ª radicados y el n¨²mero de colonos. Pero la devoluci¨®n total de Gaza a los palestinos es un gran paso en la mejor direcci¨®n que deber¨ªa facilitar el clima necesario para impulsar una soluci¨®n duradera. Ahora es imprescindible que israel¨ªes y palestinos, con pleno apoyo de la UE y EE UU, aprovechen el momento y no dejen que sean, una vez m¨¢s, los radicales de ambas partes los que con sus provocaciones, que las habr¨¢, frustren por en¨¦sima vez las esperanzas que despierta la operaci¨®n de Gaza.