Entre dos fuegos
El 4 de octubre de 1999, cuatro d¨ªas despu¨¦s de que las tropas rusas invadiesen Chechenia por segunda vez, tras una campa?a de bombardeos que destruy¨® lo poco que qued¨® por destruir en la guerra cerrada en falso en agosto de 1996, el cirujano jefe del hospital central de Grozni me dec¨ªa, exasperado y superado por la avalancha de tanto y tanto herido al que no pod¨ªa atender por la falta de medicamentos e instrumental: "Soy acad¨¦mico de medicina, checheno y bandido".
Recientemente, cuando cay¨® en mis manos El juramento, me pregunt¨¦ si su autor, el tambi¨¦n cirujano Khassan B¨¢iev, no ser¨ªa el m¨¦dico que recurr¨ªa a la iron¨ªa como remedio contra la impotencia. Pero no, aqu¨¦l se llamaba Aslambek Atsal¨¢yev, e ignoro cu¨¢l ha sido su destino. En cuanto a B¨¢iev, igualmente checheno hasta la m¨¦dula, logr¨® montar un hospital en Alj¨¢n Kal¨¢, a pocos kil¨®metros de Grozni, y se propuso convertirlo en "territorio libre", ajeno a la guerra, abierto para cualquier herido o enfermo, ya fuera soldado ruso, miliciano checheno, civil de cualquier etnia, musulm¨¢n o cristiano ortodoxo. Este libro, ante todo un testimonio personal, con origen en un diario, es el reflejo de ese empe?o. El hecho de que lo haya tenido que publicar en el exilio, desde Estados Unidos, constituye la mejor prueba de su fracaso, un fracaso del que nadie con tres dedos de frente podr¨ªa culparle.
EL JURAMENTO. Un cirujano bajo el fuego en Chechenia
Khassan B¨¢iev (con Ruth y Nicholas Daniloff)
EntreLibros. Barcelona, 2005
430 p¨¢ginas. 19 euros
El juramento es la obra de un checheno que ama a su pa¨ªs y a sus gentes, que, "como todo el mundo, quieren vivir en libertad", pero que, m¨¢s all¨¢ del rechazo a la ocupaci¨®n rusa, no deja de reconocer que en los dos bandos hay buenos y malos. Incluso en el suyo, donde "hay personas que han tra¨ªdo honor a nuestra naci¨®n" y otras que "han hecho que el oprobio caiga sobre ella".
No todo es guerra en este libro, pero todo tiene trasfondo de guerra, incluso el nacimiento de B¨¢iev, poco despu¨¦s de que su familia regresara de Kazajist¨¢n, adonde fue enviada por Stalin en 1944, junto con todo el pueblo checheno, en condiciones infrahumanas, por el "crimen colectivo" e imposible de colaboracionismo con el invasor alem¨¢n. Pero lo que singulariza a El juramento es la voluntad de este m¨¦dico empe?ado en cumplir el juramento hipocr¨¢tico durante la segunda guerra con Rusia tras la desintegraci¨®n de la URSS, la que comenz¨® en septiembre de 1999 y que Vlad¨ªmir Putin se empe?a en decir que termin¨® apenas dos a?os despu¨¦s, sin que altere su diagn¨®stico el continuo de muertes y atentados.
Ser m¨¦dico, para B¨¢iev, s¨®lo pod¨ªa significar una cosa: atender por igual a rusos y chechenos. La consecuencia: estar en el punto de mira de los dos bandos. Y en ese conflicto cauc¨¢sico, sucio y siniestro como pocos, eso era tanto como jugarse la vida. Que la bala o el cuchillo viniese de uno u otro bando s¨®lo depend¨ªa de las consecuencias. El juramento explica c¨®mo logr¨® sobrevivir, con ayuda de alguna buena estrella, m¨¢s all¨¢ de la l¨®gica de la violencia. Para los rusos era un "bandido" (como se autodefin¨ªa ir¨®nicamente el doctor Atsal¨¢yev en 1999). Para los milicianos chechenos, un "traidor". Y todo por hacer lo que deber¨ªa hacer todo m¨¦dico.
Este libro no es de los que pide una cr¨ªtica literaria. No es ¨¦se su objetivo. Y, sin embargo, el resultado final del relato de B¨¢iev (seg¨²n los dos colaboradores norteamericanos con los que ha contado) es tan apasionante como la mejor de las novelas. El episodio de la operaci¨®n al m¨¢ximo l¨ªder guerrillero, Shamil Bas¨¢yev (que perdi¨® un pie en la azarosa huida de Grozni) y del simulacro de juicio al que le someti¨® otro jefe independentista, Arbi Bar¨¢yev, est¨¢n contados, por ejemplo, con un ritmo trepidante y cinematogr¨¢fico que corta el aliento.
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