La comunidad jud¨ªa pide la apertura de los archivos vaticanos
Los representantes de la comunidad jud¨ªa de Colonia, compuesta en total por unas 5.000 personas, aplaudieron de forma calurosa las palabras de Benedicto XVI. Pero no dieron por cerrado el terrible cap¨ªtulo del nazismo y del papel, tibio cuando menos, desempe?ado por el Vaticano en aquella ¨¦poca. Faltaba conocer toda la verdad y uno de los cuatro miembros del Consejo de la Presidencia de la comunidad, Abraham Learer, se encarg¨® de record¨¢rselo al Papa.
Learer pidi¨® que se abrieran los archivos vaticanos correspondientes al periodo de la II Guerra Mundial y a los a?os inmediatamente posteriores, cuando miembros de la jerarqu¨ªa cat¨®lica facilitaron la fuga a criminales nazis. El Vaticano mantiene en secreto todos los documentos posteriores a 1939, el a?o en que el Papa P¨ªo XII, considerado filonazi por algunos historiadores, inici¨® su pontificado.
"Una completa apertura de los archivos vaticanos correspondientes a la II Guerra Mundial, 60 a?os despu¨¦s de la Sho¨¢ [el exterminio nazi], ser¨ªa para nosotros una se?al de conciencia hist¨®rica y una respuesta", dijo Abraham Learer. "Usted creci¨® en Alemania en una ¨¦poca terrible", prosigui¨® el dirigente de la comunidad jud¨ªa dirigi¨¦ndose a Benedicto XVI, "y nosotros no s¨®lo vemos en usted al jefe de la Iglesia Cat¨®lica, sino tambi¨¦n a un alem¨¢n que es consciente de su responsabilidad hist¨®rica".
El papel de P¨ªo XII
Juan Pablo II intent¨® aclarar las posibles responsabilidades del Vaticano con la creaci¨®n en 1999 de una comisi¨®n compuesta por historiadores cat¨®licos y jud¨ªos, cuyo objetivo consist¨ªa en trazar una visi¨®n conjunta de la actitud de P¨ªo XII durante el nazismo. La comisi¨®n se disolvi¨® de inmediato, sin embargo, porque Karol Wojtyla se neg¨® a abrir los archivos secretos. Ayer, en su discurso, Benedicto XVI se refiri¨® de nuevo a la necesidad de "llegar a una interpretaci¨®n compartida sobre cuestiones hist¨®ricas a¨²n discutidas". No habl¨®, sin embargo, de desclasificar documentos.
Wojtyla acept¨® en 2003 desvelar una parte de los archivos, correspondientes a la tarea del nuncio papal en Berl¨ªn, cardenal Eugenio Pacelli (futuro P¨ªo XII), en los a?os de ascenso del nazismo, y al funcionamiento de la nunciatura durante la guerra. Uno de los documentos que aparecieron fue una carta de Edith Stein, una jud¨ªa convertida al catolicismo y asesinada en un campo de exterminio nazi, enviada en 1933 a P¨ªo XI, antecesor de P¨ªo XII, para reclamarle una condena inequ¨ªvoca del r¨¦gimen de Adolf Hitler.
"Todos nosotros, que asistimos a la actual situaci¨®n en Alemania, tememos lo peor para la imagen de la Iglesia en todo el mundo si se mantiene este silencio", escribi¨® Stein, citada el jueves por el propio Benedicto XVI como ejemplo de santidad para los j¨®venes. Pero el silencio se mantuvo. Ni P¨ªo XI ni P¨ªo XII condenaron el r¨¦gimen de Berl¨ªn.
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