Humo en las calles
Egibar est¨¢ para lo que est¨¢. Pedirle a un martillo pil¨®n que se esfuerce en cascar nueces es pedirle peras al olmo, dicho sea con total frutalidad. Egibar sali¨® el otro d¨ªa no del armario sino del arc¨®n frigor¨ªfico, que es donde mejor se soporta la can¨ªcula, para lanzarnos un alegato estival en el que prefiri¨® pasar de puntillas sobre los actos vand¨¢licos protagonizados por Batasuna en San Sebasti¨¢n para centrarse en el PSE, y lo hizo con esa ret¨®rica rocosa que le caracteriza y que tanto se echa de menos incluso en vacaciones, porque seguimos en vacaciones y en fiestas aunque no lo parezca. Por eso Egibar solt¨® (Egibar suelta) que al PSE le "interesa meter el morro" en el Gobierno vasco.
Pudo haber dicho que al PSE le interesa inmiscuirse en el Gobierno vasco, pero entonces no hubiera sido Egibar. Por cierto, ?conocer¨¢ el verbo inmiscuirse? Porque una cosa es cometer la acci¨®n, o sea conjugar el verbo -Egibar tambi¨¦n estar¨ªa inmiscuyendo el morro en las cosas del PSE aunque con una sintaxis muy suya: "Son perros viejos haciendo pol¨ªtica, no son gente de hoy, y tanto aqu¨ª como los que est¨¢n en Madrid, les conocemos de sobra"-, y otra muy distinta saber que tal verbo existe como verbo. ?Recuerdan aquel personaje que no sab¨ªa que hablaba en prosa y no cupo en s¨ª de gozo cuando se lo se?alaron? Pues eso, que Egibar no dijo ni mu -le cuadra- acerca de lo sucedido en Donostia ni tampoco acerca de lo que Balza opina acerca de lo que all¨ª aconteci¨®.
Batasuna se manifest¨® y eso con el consentimiento de la Ertzaintza. Es cierto que no pudo celebrar la manifestaci¨®n que quer¨ªa, pero tampoco quiso contentarse con la que le permitieron pese a que al d¨ªa siguiente alardease de que se manifest¨®. Decidieron mantener un pulso y lo sostuvieron hasta el final. Bastaba darse una vuelta por la calle para comprobar que los distintos saltos y concentraciones eran cualquier cosa menos espont¨¢neos, dada la presencia de oportunos directores de orquesta que indicaban a la muchachada de a pie qu¨¦ ten¨ªan que hacer o d¨®nde deb¨ªan concentrarse. El humo de las barricadas era como el que sale de las reses cuando las marcan, Batasuna estaba se?alando que la calle era suya. ?Por qu¨¦ la Ertzaintza arremeti¨® contra ellos pero no impidi¨® que se mini-manifestaran? Porque recibieron ¨®rdenes superiores.
Lo dej¨® entrever el propio Balza cuando sostuvo que el haber arremetido contra ellos en la Parte Vieja donostiarra hubiera puesto en peligro la integridad de los agentes. Y ah¨ª es donde asoma el morro -que dir¨ªa Egibar- una extra?a bestia, porque con eso Balza dijo: a) que la Ertzaintza ser¨ªa poco menos que una ONG que estar¨ªa m¨¢s para disuadir que para correr riesgos (resulta f¨¢cil imaginar la cara que se les habr¨¢ puesto a los integrantes del cuerpo); b) que hay determinados espacios de impunidad, lugares donde las huestes de Batasuna campan a sus anchas e imponen su ley, y c) que sumados a y b resulta que la Ertzaintza puede menos que Batasuna; en una palabra, que la Ertzaintza est¨¢ derrotada de antemano.
Y esto es grav¨ªsimo, no menos que comparar a Batasuna con el PP en esa extra?a gracieta nacionalista que quiere que sea lo mismo un partido constitucional que un colectivo ilegalizado que apoya la violencia de ETA, de la que, seg¨²n los tribunales, es su brazo pol¨ªtico. Pues bien, todo esto va a volverse a repetir en las fiestas de Bilbao. Los ingredientes est¨¢n ah¨ª: Batasuna, con su firme prop¨®sito de montar jaleo en las calles (es la parte palo) mientras persista el conflicto (ya lo quiere rentabilizar pidiendo a gritos, en la parte zanahoria, que la legalicen); la Ertzaintza, acomplejada por sus propios mandos, que la consideran m¨¢s d¨¦bil que los malos, y Balza que en el fondo quisiera lavarse las manos como Pilatos, pero si hay que mancharse s¨®lo se mancha una.
Como bien dijo Egibar con ese extra?a facilidad que tiene para la huerolog¨ªa: "Hay un largo camino por recorrer". ?Ser¨¢ hasta Tipperary? ?O estar¨ªa pensando en Getxo?
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