La vida terrenal de los mitos
El inter¨¦s por los protagonistas de la m¨²sica, el cine, el arte y la literatura aumenta. Biograf¨ªas de Cervantes, Kurosawa, Tiziano y Camar¨®n; diarios y cr¨®nicas de Musil y Dylan, y testimonios sobre Proust y Borges cautivan a los lectores
Si las novelas hacen compa?¨ªa, las biograf¨ªas familiarizan al lector con el personaje. E incluso esas vidas pueden llegar a formar parte de la memoria del lector, sobre todo si la voz que se escucha es la del propio personaje o la de alguien muy cercano.
Hasta hace un a?o nadie cre¨ªa que Bob Dylan fuera a publicar sus memorias. Y menos en tres vol¨²menes. Lo cierto es que el primero ya est¨¢ en la calle: Cr¨®nicas I (Global Rhythm). P¨¢ginas en las cuales Dylan deja ver su vida no de manera cronol¨®gica sino mostrando los momentos en los que su destino le deja entrever el camino reservado. Como cuando firm¨® el contrato con John Hammond, el mismo que hab¨ªa descubierto a figuras como Billie Holliday o Bessie Smith, a pesar de verse a s¨ª mismo como alguien que entonces tocaba "¨¢speras canciones folk servidas con fuego y azufre, y no hac¨ªan falta encuestas para saber que no encajaban en absoluto con lo que emit¨ªa la radio ni ten¨ªan gancho comercial". Tambi¨¦n cuando deja atr¨¢s su nombre de Robert Allen para llamarse Bob Dylan; o el cambio de registro musical, algo de amores, as¨ª como los duelos con la escritura de sus canciones, y el porqu¨¦ de sus modificaciones: "El efecto global ser¨ªa fisiol¨®gico; las estructuras de tresillo moldear¨ªan melod¨ªas a intervalos. En eso consistir¨ªa el alma de la canci¨®n, y no necesariamente en su contenido l¨ªrico. Ten¨ªa fe en ese sistema y sab¨ªa que funcionar¨ªa".
Fe y convencimiento que tambi¨¦n acompa?aron a Camar¨®n de la Isla. As¨ª lo cuenta Carlos Lencero en La leyenda del cantaor solitario (Alba), a partir de una grabaci¨®n que ha entrado en la historia: La leyenda del tiempo, un disco que esparce luz sobre el flamenco y la vida de Jos¨¦ Monje Cruz, fallecido una madrugada de julio de 1992. Pero si lo que se prefieren son los entresijos musicales cl¨¢sicos una opci¨®n es la puerta que se abre con Juan Sebasti¨¢n Bach. Dos libros sobre su humanismo y creaci¨®n y significaci¨®n, a trav¨¦s de Bach (Antonio Machado / Scherzo), de Joseph Soler; y JS Bach. Los d¨ªas. Las ideas. Los libros (Acantilado), de Ram¨®n Andr¨¦s.
Y de protagonistas de la m¨²sica a los del cine. Un buen zoom es el que se puede hacer sobre la vida de una de las leyendas de Hollywood, Henry Fonda, de quien se conmemora el centenario de su nacimiento. De su biograf¨ªa se ha encargado Jos¨¦ de Diego en Fonda. El h¨¦roe feliz (T&B), que reconstruye la manera como este patriarca va creando su figura, a la vez que muestra sus vericuetos personales y familiares. C¨®mo pasa del teatro a protagonizar en la pantalla Contrastes, de Victor Fleming. Despu¨¦s docenas de pel¨ªculas que lo llevar¨ªan al olimpo del cine sin dejar de lado el teatro, con t¨ªtulos como Eso que llaman amor, Las uvas de la ira, Mrs. Roberts, Guerra y paz, Falso culpable, Doce hombres sin piedad y El estanque dorado. Otra deidad cinematogr¨¢fica para conocer es la del director japon¨¦s Akira Kurosawa y su actor fetiche, Mifune, responsables de algunos de los momentos m¨¢s extraordinarios del cine. Esa relaci¨®n y destello entre ambos se descubre en La vida y pel¨ªculas de Kurosawa y Mifune. El emperador y el lobo (T&B), de Stuart Galbraith IV. Una historia que empieza cuando Kurosawa es contratado como asistente de director el 26 de febrero de 1936 por 28 yenes mensuales (unos 670 euros). Eso, a pesar de haber tenido una entrevista desastrosa en la que iba mal vestido y haber expresado su deseo de querer cobrar todo lo que pudiera. A?os m¨¢s tarde llega el encuentro con Mifune, el esplendor de su cine y el deterioro de la relaci¨®n, pero ya ambos con un sitio en la historia con Los siete samur¨¢is, Barbarroja, Tora! Tora! Tora!, Rashomon o Yohimbo.
Cinco siglos atr¨¢s, un inmortal artista nac¨ªa para dejar su arte y su influencia en las generaciones postreras. La de "un artesano que trabaja con los colores, sobre todo con los fundamentales, el rojo, el negro y el blanco, y con esos colores me esfuerzo en penetrar el secreto de la naturaleza y en comunicarlos a quienes miren mis obras". Fueron las supuestas palabras de Tiziano al emperador Carlos y que Alvise Zorzi coloca en su boca en la biograf¨ªa novelada El color y la gloria. Vida, fortuna y pasiones de Tiziano (Debate). Es Italia, el ensanchamiento del mundo, las artes, Venecia, las guerras, el Vaticano, el excepcional fulgor de un mundo en el que coinciden Durero, Veron¨¦s, el taller de los Bellini, Miguel ?ngel, Tintoretto o el propio Tiziano. Un episodio crucial de la humanidad recogido en la vida de Tiziano Vecellio (1490-1576) donde existencia y arte tejen una sola imagen.
Pero m¨¢s all¨¢ de creaci¨®n y est¨¦tica, para Robert Musil "el arte es una especie de enfermedad. Ser¨ªa, por tanto, posible retratar el arte como una enfermedad, algo muy parecido a esto escrib¨ª en mis par¨¢frasis". As¨ª lo plasm¨® en su diario el 12 de marzo de 1902 el autor de El hombre sin atributos. Un d¨ªa triste para ¨¦l, el mismo en que lleg¨® a sentir que se apartar¨ªa "completamente de la vida y, a la vez, que me entregar¨ªa resueltamente a ella, porque la vida no est¨¢ en condiciones de ofrecerme algo que valga lo que ella". Sus Diarios completos se han editado por primera vez en Espa?a, en Debolsillo. La misma editorial publica la biograf¨ªa de otro de los autores imprescindibles del siglo XX: Genet, de Edmund White.
Todas ellas son vidas de creadores que tras ser le¨ªdas se podr¨¢ comprobar, como dir¨ªa Musil, que "es divertido ver c¨®mo todo lo que cae en nuestras manos se convierte en esquema, en silueta bien definida o en recuerdo, de manera que siempre nos creemos en la obligaci¨®n de decir: ?rase una vez".
Testigos privilegiados
Otras vidas arrostradas en su faceta m¨¢s terrenal son las de Marcel Proust y Jorge Luis Borges contadas por sus respectivas criadas. La del primero se llama C¨¦leste Albaret y empez¨® a trabajar con el autor franc¨¦s en 1913. Vivi¨® con ¨¦l sus ¨²ltimos ocho a?os, los de la creaci¨®n de ese monumental En busca del tiempo perdido. Entre ambos hubo empat¨ªa desde el principio y ella no s¨®lo se acostumbr¨® a ¨¦l sino que tambi¨¦n se convirti¨® en una clase de secretaria y amiga. Monsieur Proust (RqueR) crea un fresco formidable tanto de la vida personal del escritor como de los d¨ªas de gestaci¨®n de su obra suprema.
El segundo acercamiento como testigo privilegiado a un escritor lo ofrece Epifan¨ªa Uveda de Robledo sobre Jorge Luis Borges. Ella tambi¨¦n lleg¨® a la vida del autor argentino en un momento crucial, cuando la ceguera
de ¨¦ste ya pr¨¢cticamente lo hab¨ªa cercado y sus ojos s¨®lo ve¨ªan el amarillo. Era 1955 y Borges viv¨ªa con su madre en Buenos Aires. As¨ª es que este testimonio de
El se?or Borges (Edhasa) es clarificador al abordar su parte m¨¢s cotidiana, m¨¢s afectiva, m¨¢s ¨ªntima. La de la realidad del creador de El Aleph o Ficciones.
Pero esta lista de nuevas biograf¨ªas no puede cerrarse sin el protagonista del a?o, Miguel de Cervantes Saavedra. Y lo mejor, seg¨²n escribi¨® Juan Goytisolo, es seguir su vida y su obra a trav¨¦s de las p¨¢ginas que ha escrito Francisco M¨¢rquez Villanueva en Cervantes en letra viva (Reverso).
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