Impotente Valencia

Un rival vulgar¨ªsimo, repleto de m¨²sculos y de defensas, ape¨® ayer de la UEFA al Valencia, que sigue la corriente del pasado curso: pura decadencia. Le lleg¨® en mal momento esta cita decisiva al cuadro de Quique, con algunos jugadores muy desgastados (Albelda, Baraja, Rufete y Angulo, por ejemplo) y con los nuevos todav¨ªa en el limbo (mal Kluivert y Villa). Tampoco Quique arriesg¨® lo m¨¢s m¨ªnimo: hasta el minuto 70 no jug¨® con dos delanteros, cuando entr¨® Di Vaio por Baraja. Y Fabio Aurelio actu¨® en el centro, dejando s¨®lo a tres defensas. No es que mejorara gran cosa, pero podr¨ªa haberlo intentado antes. Porque para entonces ya estaba Aimar desfondado. Y Vicente sigui¨® la noche desenfocado. Se le dan mal los alemanes. En contra de lo que esperaban de ¨¦l sus entrenadores, Vicente no fue el de la selecci¨®n sino un extremo previsible que abusa de la conducci¨®n del bal¨®n y no halla ni el centro ni el quiebro justo.

El ¨²nico desbordante fue Aimar, pero se top¨® con un espeso Baraja, su mejor aliado de los ¨²ltimos a?os, sin fondo f¨ªsico para un partido tan exigente. Fundido. Parecido puede decirse de Albelda, anta?o gran recuperador de balones, hoy reiterativo hacedor de faltas. De modo que Quique se ha encontrado con dos de los art¨ªfices de las dos ¨²ltimas Ligas valencianistas en horas bajas. Y Sissoko, de 20 a?os, en el Liverpool.

Grave error. El Valencia, sin delanteros puros en el primero tiempo, presion¨® demasiado lejos del ¨¢rea alemana, que sacaba el bal¨®n silbando. Los dos medio centros, Albelda y Baraja, se situaron a a?os luz de sus atacantes. Les falta el aliento para esa presi¨®n en el cogote del contrario que sol¨ªan practicar. Queda la nostalgia.

Da la impresi¨®n de contar con muchos delanteros (Di Vaio, Mista, Villa y Kluivert), pero en realidad a Quique le falta dinamita. Al menos, ayer no dispuso de ella, con Kluivert como ¨²nico punta en el primer periodo. Y ¨¦ste es m¨¢s un pasador que un rematador. Y ni Villa ni Di Vaio olieron un remate.

El Hamburgo, puro hierro en defensa, ha fichado un poco de seda que le permite salir alguna vez de las cavernas, el hispano-holand¨¦s Van der Vaart, el ¨²nico que rompi¨® la zaga local. El pesimismo se extendi¨® por Mestalla en el descanso. Por un razonamiento simple. Si Aimar, que llegaba con la gasolina justa, se hab¨ªa vaciado en esta primera parte sin goles, qu¨¦ pod¨ªa deparar una segunda con el argentino agotado. A no ser que Quique empezara a poner delanteros. Villa, en concreto. Sin embargo, ese goleador que el asturiano lleva dentro no ha sido visto todav¨ªa por Mestalla, contagiado por la flacidez de un equipo con los huesos desgastados.